Foto: Nicolás Slachevsky

13 de marzo 2023

Poesía sin desperdicio + Cascajo (selección)

por Claudia Kerik // Poemas por Manuel Illanes

Sobre Cascajo, de Manuel Illanes; México, Ediciones Bon Art, 2022.

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De los deshuesaderos de la periferia de la capital, del espectáculo que ofrecen coches desvencijados, enterrados en la nada, como un espejismo de nuestra imaginación, o la basura que se acumula por tiempo indefinido en montículos de materias inertes, toma su aliento cuasi profético este poeta para armar un discurso que, “como el parabrisas / de un carro / tras un choque”, deje caer sobre nosotros sus vidrios cortantes hechos palabra. Y el lector que tema ser dañado por una cascada de cascajo tras un derrumbe, que no se acerque, pues es seguro que no saldrá ileso del tránsito por este poemario. Pero de esa incómoda experiencia nace la promesa que estos versos cumplen de obrar sobre nosotros como “tratados / de piromanía”: encendiendo llamaradas en la visión, redescubriendo la desolación de un mundo que reconocemos en su extrañeza. Manuel Illanes, joven poeta nacido en Chile, habitante de Tláhuac, Iztacalco y Tlalnepantla, quien ha sido reconocido con una mención honorífica en el VII Premio de Literatura, Ciudad y Naturaleza “José Emilio Pacheco” por este libro, entra pisando fuerte con esta poesía nacida de los desechos humanos y materiales, los cuales consigue enfocar para acercarlos al lector usando un estilo que combina técnicas cinematográficas con cruces de discursos filosóficos y referencias culturales, que por el modo en que son tratadas también se vuelven visuales, partes de un escaparate poético con el que construye su observación dinámica de “realidades psicológicas”, a la manera de Sean Bonney, una de sus importantes influencias, y de Mario Santiago Papasquiaro, otro de sus modelos definitivos. Del primero deriva su proyección de ciertas zonas de la ciudad “que se extienden hacia atrás y hacia adelante en la historia, zonas que se unen para crear una ciudad nueva / invertida superpuesta”, óptica que materializa sobreponiendo a la periferia de la Ciudad de México la escenografía de una saga de ficción como Mad Max, la cual es combinada hábilmente con referencias bíblicas e injertos de vaticinios apocalípticos, que tanto desde lo fantástico como desde lo canónico se entrecruzan y afirman inesperadamente su sentido irreductible. En sus poemas convergen y toman la voz personajes de ambos ámbitos, y una aguerrida superviviente de la desolada tierra baldía como Imperator Furiosa, habla sola, luego de que la voz del profeta Ezequiel se ha dejado oír (“…dice que en la basura / está nuestro futuro. / Que habremos de vivir / entre el cascajo / como ardillas en un bosque calcinado”). Por otra parte, el sello de los “Consejos de un discípulo de Marx a un fanático de Heidegger”, poema paradigmático de Papasquiaro, se hace presente en el uso de recursos estilísticos, signos y diagonales, así como en las sentencias vertidas en mayúscula que interrumpen el discurso, pero más que nada, su huella se radicaliza en la absoluta certeza de su premisa básica: “En cualquier momento acontece un poema”, especialmente uno que ilumine la fealdad de este mundo para ofrecernos algo más. En ese punto es que se sitúa este poeta pepenador del cascajo, Manuel Illanes, dispuesto a “escombrar la lengua” con esta poesía del post-apocalipsis, nutrida de la filmografía de los holocaustos nucleares, atemporal y envolvente, que como el ángel del cuadro de Paul Klee —que Walter Benjamin volvió una imagen inmanente de nuestro tiempo— también da la espalda al futuro “mientras el cúmulo de ruinas crece ante él hasta el cielo”.

Cascajo es una pieza singular de poesía urbana que enriquece el panorama de la lírica de la Ciudad de México, en la cual se inscribe, con un trabajo que hace su aportación al repertorio poético de la urbe, donde nos trae de regreso a “la monstrua” que Eduardo Lizalde describiera en su Tercera Tenochtitlan, ahora convertida en una yerma “Ciudad de los Deshuesaderos” sobre la cual el poeta amplía la mirada. Y al igual que lo hace su ilustre antecesor, Manuel Illanes también recupera fielmente las resonancias bíblicas de los profetas que tomaron su voz para denunciar un mal que ha sido castigado con la destrucción, pero extiende todavía más su red de resonancias hebreas a lo largo del poemario donde salpican, junto a los ritos mexicanos, el olor a ruda, las veladoras y las flores de chicalote, imágenes de la “Sión de nuestros sueños” con “candelabros puestos sobre la mesa del desierto”, como haciéndole justicia al propio término ‘cascajo’ (חָצָץ,ָ jatzátz) cuyo origen también se remonta al Antiguo Testamento. Y aún más: nuestro autor recobra el eco de Jeremías quien clama por una ciudad cautiva: su Jerusalén destrozada, que es condenada por sus pecados; pero lo hace con un tono diferente al de su modelo precursor, invirtiendo la lamentación del profeta por una actitud de desapego y calma frente a lo que parece ser la representación de un paisaje en ruinas, sin final.

Este libro no solamente nos ofrece la vista de exteriores de las afueras de la capital como locaciones para un guión de cine, sino que a la par establece una tensión sostenida con momentos de silencio y violencia al interior de supuestos departamentos anodinos, en los que introduce al lector y desde donde reproduce escenas conflictivas, de impotencia, de ira y dolor contenido (“Hay tanta / materia oscura / en el silencio / interrumpido / del comedor”). Y este paso abrupto de la voz a la imagen y de la imagen a la voz, alcanza alturas impensables, por ejemplo, cuando de una palabra recogida del basurero procede la conversión esencial de su bagaje poético y ante nuestro asombro surgen los fémures que Paul Celan convirtiera en poema de la quintaesencia de Auschwitz. Y así el pepenador termina de transformar los desechos de la historia en señales fulgurantes para el camino, fogonazos que surgen de la misma cadena de poetas convocados para tejer un solo llamado de atención que opere de golpe sobre nosotros, como “incendios / de carcasas / de autos” que nos obligan a mirar lo que acontece en esta ciudad.

Y desde la escoria de los basurales, todavía nos asalta la belleza de una poesía sin desperdicio…

**
*

CASCAJO
(Selección)

por Manuel Illanes

CASCAJO

No sólo

la palabra

usada

en México

para indicar

basura.


No sólo

la pila

de escombros

que invade

el deshuesadero

de Avenida

La Turba

casi esquina

c/ Piraña

& que el Perro

& la pandilla

reducen

s/ fin.


No sólo

el altar

de la Santa

Muerte

c/ varios

cuerpos

de gallinas

decapitadas

& restos

que humean

enfrente.


No sólo

el breviario

de la maleza

sino también

el manifiesto

corrosivo

que acompaña

sus imágenes:

Akira

acelerando

p/ Canal

de Chalco

c/ los cerdos

atrás

de su moto

rugiente


balizas

encendidas

como veladoras

en la oscuridad.


G. Debord

montado

en el asiento

de una carcasa

de carro

quemada

mientras

conduce

a 160 km/h

como si fuera

Mad Max

cruzando

la Zona

Prohibida


sus aforismos

grafiteados

en las puertas

de la carcasa

ennegrecida

e inmóvil.

*

PORTBOU

El secreto está

en saber

que no vamos

hacia ningún

lugar cierto


                  Ezequiel


en subir

resollando

los peldaños

de la escalera

& preguntar

p/ una mujer

siempre ausente.

                     Aullar

a todos & nadie

desde la calle:

¿Has visto

a mi viejita?


El secreto

está en pararte

frente

a la puerta

de tu dpto.

& golpear

la madera

gastada

una &

otra vez

¿vieja,

 vas a abrir

o no vas

a abrir?

c/ una fe

intacta:

la de que

tu mujer

abrirá

la puerta


& entonces

la zarza

ardiente


& entonces

el Sinaí

en la noche

vuelta estrella

de la revelación.


Fe de urraca

cercada

p/ el abismo


la misma

que guió

a W. Benjamin

p/ los caminos

sinuosos

de la frontera

entre Francia

& España

hacia

un pueblito

llamado

                 Portbou


donde sólo

lo esperaba

     el NO

de la burocracia


    el NO

de la policía


    el NO

rotundo

del mundo


que es como

la puerta

que golpeas

c/ frenesí


            Ezequiel


detrás

de la cual

imaginas

que aguarda

la zarza

ardiente


el Sinaí

en la noche

de la revelación.

*

EL TÍO BILL ALECCIONA A FRANCIS BACON EN EL DESHUESADERO-TÁNGER DE AVENIDA LA TURBA C/ PIRAÑA (CIRCA 5 AM)

La mordedura

de óxido

que deja

el tiempo

sobre la carcasa

que ahora

incendiamos


Francis


es el botín

que la realidad

nos roba

día tras día.


Un par

de bachitas

para empezar

la jornada

entre bolsas

c/ envases

de refresco

& lavadoras

destripadas.

Tonayan

& mona

sólo cuando

la luna

se ausente

del cielo

& seamos uno

c/ la sombra:


mucho más

que cráneos

escalpados


un poco

menos

que desahucio

reiterado

p/ la lengua.


Hazle caso

al Perro


sabe más

que todos

nosotros:

un pedazo

de mierda

sobre el pavimento

sigue siendo

un pedazo

de mierda

sobre el pavimento


c/o/s luz

c/o/s poema.


Esa navaja

histérica

que gime

s/ pudor

en el espejo

astillado


en el convulso

espejo

del alba


es tu rostro


Bacon

una mueca

que se pierde


como

una veladora

en la oscuridad


como

un grueso

brochazo

sobre la tela

de nadie


de nada


de esta

carcasa.

*

S. LEONE MONOLOGA SOBRE STALINGRADO EN ALGÚN LUGAR DE LA NOPA, TLÁHUAC

Porque, para ellos, un mundo justo es un mundo cuerdo. Pero Chernobyl no tuvo nada de cuerdo. Lo que ocurrió ahí, lo que ocurrió después e incluso el bien que hicimos. Todo. Locura.
Personaje de Valeri Legasov en Chernobyl

Dédalos

de escoria

abatidos

sobre

la orilla

congelada

del Volga


un malpaís

invadido

de metralla

& acechanzas


helados

maniquíes

entre los que

se ocultan

tiradores

cuyos aciertos

confirman

la sentencia

de Hobbes

el hombre

es un lobo

para… etc.


Qué encuadre

podría

dibujar

los paisajes

c/ ruinas


la obscenidad

del día

glacial

invadiendo

los cuerpos

ateridos.


Qué travelling

seguir

los movimientos

del miedo

abriéndose

paso p/

el cascajo


& los murmullos

de pardos

& bolcheviques


atrapados

como ratas

en ese desierto

s/ dunas.


Inútil

el montaje

cuando


CUANDO-


Una película

c/ fotogramas

ausentes


triturados


la reali—

*

DE POR QUÉ NO ESCRIBO POEMAS COMO B. BRECHT (ANTI-HOMENAJE)

yo debería


debería


                   pero:


Mad Max

camina

p/ Gallo

de Oro


platica

c/ el Perro


se van

a monear

al tianguis


pulques

& resplandor.


Max

baila

c/ pasos

de briago

una cumbia

en el sonidero

& luego

despedaza

biblias

para compartir

un gallo

c/ Keylor.


Max

entra

en los salones

de juego


la mañana

completa

acribillando

zombies


como avispas

atrincheradas

en un rincón

del techo.


Max

vende

películas

piratas

duerme

en el sillón

destripado


de Aída

mientras

el mundo

arde    arde

como un carozo

sangriento.


MAX NADA

SABE DE TEBAS


allá están

todos muertos


MAX NADA

SABE DE TEBAS


allá están

todos muertos


MAX NADA

SABE DE TEBAS


ALLÁ

                        ESTÁN

                                                TODOS

                                                                              MUERTOS.

*

DISCÍPULO DE MANES

La literatura

es cascajo


estos días

de smog

& encierro


de ropas

agitadas

p/ la lluvia


de piedras

que fijan

calaminas

a los techos.


La literatura

es cascajo


& también

una raíz

a la que aferrarse

contra el—–.


Un vocablo

como otros

cuya brasa

escondo

bajo la lengua


que disimulo

entre guiones


metástasis

silenciada.


Quemadura

el aire

cuando

del cuerpo

sólo astillas:


falanges

húmeros

tibias

cráneos.


Quemadura

el aire:


túmulos

que los perros

de la noche

ocultan.


Colinas

de Santa Fe:


excrecencias

del paisaje.


Manes

dijo


El hombre

es un lobo

para el hombre


La muerte

es el maestro

de Alemania


Después

de Auschwitz…

Etc.


Manes

nada dijo


sólo arrojó

un puñado

de ceniza

a los ojos.


Puso a zumbar

el miedo

bajo la lengua.


Restalló en furia

c/ el abrazo

del mundo


su esplendor

satánico


reino de luz

& tinieblas

mezclados.


La literatura

es cascajo


una raíz

a la que aferrarse

contra el miedo.


Nosotros


pepenadores

entre escombros.

*

MANIFIESTO N°9 P/ UN ARTE CASCAJO

Entra & sale de una película

                                                de Agnes Varda.

Recorre los tianguis

p/ las tardes

                                           cuando la basura

se acumula en las calles

                                           & rescata de entre las cajas

                                                                                           las bolsas

que repletan el asfalto

                                         algunas frutas & verduras

                                                                                       para comer.

Puede ser un teporocho

                                       un esquizo como un potro

                                                                         desbocado p/ las voces

un cantor del sol en clave huitzilin

                                                   de alas tornasoladas

                                                                                      & rapidísimo batir

revoloteando entre quiotes.

                                         O puede no ser más que otro habitante

de la Monstrua

                                                                                   Tenochtitlan hundida

que no deja de retornar

                                                        a su antiguo asiento

entre inundaciones & granizadas

                                                                       de fines de verano.

DICE que en la basura

                                        está nuestro futuro.

Que habremos de vivir

                                   entre el cascajo

                                                            como ardillas en un bosque calcinado.

Pronto.

                           Dibuja corazones

                                                             en el polvo del camellón

                                                                                                         mientras dice

tararea canciones c/ su voz de Él

                                                                            su voz de Ella.

Porque no es un teporocho

                                        ni un potro como esquizo

                                                                                desbocado p/ las voces.

Es una reina que baila & canta

                                              que recorre las calles

                                                                                  c/ su bolsa de yute

cargada de vegetales & frutas

                                                       los bolillos que ha comprado temprano.

Dice que la basura.

                                         Dice que el cascajo.

                                                                                 IMPERATOR FURIOSA

                                                       es su nombre.

Dice que las semillas son lo único

                                                             que importa

                                                                                     que sólo ellas pueden salvarnos

                                                     de Aniquilación.

                                                                                            Guarda

en los bolsillos de su pantalón

                                           algunos granos de maíz

                                                                                que mira cuando está cansada.

DICE.

                                                                       DICE.

Canta & baila

                                                                           dibuja corazones en el camellón

mientras entra & sale

                                 de una película de Agnes Varda

                                 & se hace imagen

                                                                                            carne en las calles.

Ella

                                  espigadora entre espigadores

                                  pepenadora en los escombros.

Maestro en Letras Mexicanas por la UNAM. Ha publicado los libros de poesía Tarot de la carretera (Fuga, Santiago, Chile, 2009), Crónica de Tollan (Piedra de Sol, Santiago, Chile, 2012; La Ratona Cartonera, Cuernavaca, México, 2013), Memorias del inframundo (Mantra Ediciones, Ciudad de México, 2016), Paraíso inc. (Ediciones Ojo de Golondrina, Ciudad de México, 2018; Editorial Navaja, Iquique, Chile, 2021), Diario de la peste (G0 Ediciones, Santiago, Chile, 2019) y Paisaje con ruinas (Gravity’s Rainbow, Ciudad de México, 2021). También figuran poemas suyos en las antologías Chile mira a sus poetas (Pfeiffer, Santiago, Chile, 2015), Residencia temporal: seis poetas chilenos en México (Aldus, Ciudad de México, 2016), Evocaciones de la Torre Latinoamericana (Sitges, Ciudad de México, 2021) y La ciudad de los poemas. Muestrario poético de la Ciudad de México moderna (Ediciones del Lirio, Ciudad de México, 2021). Recientemente recibió una Mención Honorífica en el VII Premio de Literatura Ciudad y Naturaleza José Emilio Pacheco 2022 por su poemario inédito “Cascajo”.

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