Borrando los puntos cardinales
Sobre Texto, Imagen, Performance. Poéticas en desplazamiento medial. Durante el año pasado tuve el placer de asistir a un encuentro literario donde ninguno de los invitados declamó un texto de su autoría, ni el interés radicó en establecer contactos. El anómalo evento se llamó: Pueblos Abandonados, fue animado por Marcelo Mellado y organizado por el colectivo Buceo Táctico. El día fue intenso, pues acodados en una sala de un pre-universitario comunitario en Llo Lleo, nos dedicamos a realizar un diagnóstico y establecer propuestas sobre el atávico problema de invisibilidad que adquiere la escritura producida en regiones. Un aspecto que emergió –y que me precio de haber “aportado”– es el derrotero común de intentar comparar el campo artístico provinciano, ergo las obras que allí se circulan y trafican, con las modas predominantes de la capital, cuyos cauces siempre responden a otra lógica. Lo que se debía hacer entonces –decíamos premunidos de algo parecido a la rabia– es pensar la autonomía crítica y productiva de los espacios territoriales, entendiendo que lo más sensato para un escritor regional es articular un polo con los creadores que comparten su paisaje lluvioso, referencial y subjetivo, en vez de procurar ponerse al día con la producción del centro. Esto lo decíamos entiendo a su vez que por más homogénea que se quiera pensar el acceso al mundo globalizado –sobre todo a la hora de rendir cuentas a la OCDE– los desfases entre centro y provincia siempre están presentes de forma elocuente.
Esta intención de registrar una serie de obras circunscritas a un espacio regional, analizadas desde una matriz extraterritorial que no planea equipararse con ningún centro o tendencia, se propone el notable volumen “Poéticas en desplazamiento medial”. El libro analiza la escritura poética y su desplazamiento hacia lo escénico, producida en los alrededores de la entrañable ciudad de Concepción (donde vive Syd Barret, según Jorge González), en un arco temporal que va desde fines de los ochentas, la década de los noventas y los inicios del dos mil. Como aclara el ensayo de apertura: “Nos interesa confluir en la apreciación de un tipo de devenir cultural, acotado en un campo de acceso vinculado a la Octava Región”.
Estructuralmente el volumen se compone de estudios críticos realizados por el escritor Alexis Figueroa (para más señas, autor del indispensable Vírgenes del Sol In Cabaret), y el Doctor en Linguistica Fernando Teillier. Estos escritos, rayanos entre el ensayo crítico y el latoso paper académico, sientan sus bases en una serie de entrevistas realizadas a los actores de la escena, los escritores: Tomás Harris, Egor Mardones, Jorge Ojeda, Ricardo Manhnke, Damsi Figueroa, Elisabeth Neira, Bárbara Calderón, Herrera-Garrido y el propio Alexis Figueroa. A estos autores no los une tanto el territorio-espacio común sobre el cual desplegaron sus obras, sino el hecho de que sus obras escapan la escritura poética convencional, derivando hacia la narrativa, la performance, el cine o la intervención pública. El estudio apunta a analizar a los autores bajo el rol de operadores de discursos, que mediante recursos como la cita, el uso de estructuras discursivas o la puesta en juego del cuerpo, producen obras cargadas de simbolismos que dan cuenta de las fronteras endebles del territorio. En este sentido, se abandona la idea totalizante del genio artista, que más que leer las fracturas de una ciudad se dedicaría a refundarla –cosa que no pasa, ni remotamente, en las obras de los autores seleccionados.
El complemento de los escritos críticos es la inclusión de “Trabajos de autor”, basados en la acertada decisión de permitirle a cada uno de los entrevistados disponer de cuatro hojas para agregar lo que quisieran. Gracias a este acto nos encontramos con poemas inéditos, imágenes documentales, apuntes de obra, trabajos plásticos conjugados con fragmentos narrativos (donde destacan los trabajos de Jorge Ojeda), registros de performances e incluso mensajes filiales. Este dispositivo democratizador, permite leer quizá el anverso del trabajo investigativo, pues mediante una serie de discursos entrelazados, reconstruye algo así como el anecdotario simbólico de la época analizada. Es decir, permite entender el arco que hay entre el afiche pegado por Alexis Figueroa bajo dictadura donde una TV decía: Bienvenidos a la máquina, welcome to the tv, y bajo ella aparecía la leyenda: Nosotros; los que sucedemos en la ciudad de una película; hasta las esculturas intervenidas de Damsi Figueroa o las intervenciones performativas de Cristian Lagos o Ely Neira. Todo esto plasmado por el diseñador Ricardo Sepúlveda Q. quien se vuelve un legítimo tercer autor del volumen. Estas decisiones editoriales y estéticas, permiten que “Poéticas en desplazamiento medial”, se constituya como un libro que conjuga de forma excepcional la revisión detallada de una escena artístico-cultural, tornándose un libro necesario en tanto archivo para cualquier investigador de poesía o arte chileno, pero a su vez un libro atractivo para cualquier lector, algo así como ese objeto que sobrepasa el carácter físico del libro como mueble, y termina teniendo un lugar privilegiado en la biblioteca invitando a recorrerlo de tanto en tanto para evitar la pesada pátina del polvo.
En tiempos donde los actos performativos incorporan en su producción la necesidad del registro digital y su masificación en las redes virtuales, ejemplo de ello fue el “thriller” realizado por el movimiento estudiantil, Como advierte Rodrigo Zúñiga en su reciente libro La extensión fotográfica.
Poéticas en desplazamiento medial efectúa una reflexión crítica en torno al desborde de la performance, y analiza en detalle la categoría híbrida de la escritura poética contemporánea. La tesis de cierre es tajante, tanto que no queda más remedio que citarla íntegra: “No se trata entonces del mentado paso desde la “grafósfera” a la “videósfera” y tampoco de un rompimiento o fractura de lo escrito, sino de la incorporación de nuevas formas narrativas, de interpretación poética, de aquello que al acontecerme en cuanto procesos experiencial me sucede en cuanto visión poética y cuyo sustento principal sigue respondiendo en gran medida a los requerimientos propios de la representación textual”.
Guido Arroyo González.
Valdivia, Chile.