Foto: Nicolás Slachevsky
Call Center
1. Romina está sentada en su living comedor, lleva una blusa bien planchada y un peinado ordenado, un pantalón de pijama y pantuflas. Desde el baño entra Vicente en pijama.
VICENTE ¿Y tú? ¿No estás llamando?
ROMINA Es hora de almuerzo
VICENTE ¿Y?
ROMINA No llamamos en hora de almuerzo.
VICENTE Para no molestarlos mientras comen.
ROMINA La gente no contesta cuando come y a mí me pagan por hora, si me paso una hora marcando y marcando sin que nadie conteste, es plata perdida para la empresa.
VICENTE ¿Y a qué hora se acaba la hora de colación entonces?
ROMINA (Mira el reloj) 15 minutos.
VICENTE ¿Te quedan 15 minutos? Ya no almorzaste entonces, déjame que te prepare algo.
ROMINA No. Terminó hace 15 minutos.
VICENTE Ah.
Silencio.
VICENTE Y… ¿ya marcaste tarjeta?
Silencio.
ROMINA Qué estúpido… (Ambos ríen)
VICENTE ¿Pasa algo?
ROMINA Nada.
VICENTE ¿Segura?
ROMINA Sí.
Silencio.
VICENTE No te creo…
Silencio.
ROMINA Es una tontera
VICENTE ¿No confías en mí?
ROMINA Es que es para reírse.
VICENTE ¿Pero qué? ¿Algún compañero te puso mala cara? ¿Te están molestando? Porque si es así, tú me dices y yo lo pongo en su lugar…
ROMINA Me da vergüenza.
VICENTE Vergüenza hay que tener para robar.
ROMINA Es lo mismo…
VICENTE Tu no le estás robando a nadie, no le estás poniendo la pistola en la cabeza a nadie para comprar.
ROMINA Si sé… pero me da vergüenza… imagínate, ponte en mi lugar… o no… imagina que estás en tu casa, encerrado, con la tele prendida, escuchando todo el día cuánta gente se ha enfermado, cuántos muertos hay, cómo cuidarse y de repente… un número desconocido llamando…. O sea es para pasarse todas las películas posibles…no siendo esto suficiente… contestas y es para ofrecerte un 30% de descuento en algo que… (Irónica) pueda necesitar muy pronto…o sea, no se a ti, pero a mí me daría rabia, si yo no fuera yo, me pego, cómo tanto descriterio… cuando me contrataron, este no era mi trabajo, esto es lo que se les ocurrió que hiciera mientras no puedo ir a la oficina… Esto es lo que la empresa está en condición de ofrecer.
VICENTE Es mi culpa…
ROMINA No digas tonteras
Silencio largo.
VICENTE Son las tres y media, voy a ver la comedia…
ROMINA Pero…
VICENTE Es tu trabajo, en otro momento te hubiese dicho que mandaras todo a la punta del cerro de caca más lejano que exista, pero ahora… métele una sonrisa aunque sea, que crean que esto fue lo mejor que te pudo haber pasado.
ROMINA Yo echaría a cualquiera que disfrutara hacer esta pega…
VICENTE Voy a poner la tele bajita para no molestarte.
ROMINA Ya.
Romina abre el computador, se coloca los audífonos, elige un número para el marcado, se acomoda en el sillón y cruza sus brazos, con la mirada fija en el techo espera que contesten
ROMINA ¿Alo?, Buenas Tardes, ¿hablo con la Señora Mercedes Valenzuela?… Señora Mercedes, usted habla con Romina Jiménez, la estoy llamando en nombre de Cementerio Parque del Recuerdo para ofrecerle un 30% de descuento en la compra anticipada de sepulturas familiares en cualquiera de nuestros parques. Dígame una cosa ¿Usted ya tiene pagada alguna sepultura? Entiendo, y dígame ¿Ha considerado parque del Recuerdo como lugar de descanso? Ok, dígame ¿Cuántos son en su familia? Ah… ustedes solamente… mire tengo un plan que podría interesarles, es para tres personas, es a perpetuidad lo que quiere decir que… ah… perdón, es que generalmente la gente no sabe… entiendo… sí…. (Silencio) ¿Le dije que este servicio incluye las lapidas? Ustedes… ¿Han pensado qué hacer cuando llegue ese día? … sí… La escucho (Silencio largo) Es mi trabajo, señora… ¿Cómo? No… oiga nunca fue mi intención…. Sí, ok… Si desea más información puede visitar nuestra página web… hasta luego (Corta, se saca los audífonos y cierra el computador) Vieja de mierda. (Suspira)
VICENTE ¿Qué onda?
ROMINA Me trató pésimo…
VICENTE Vieja tonta.
ROMINA Me lo merezco.
VICENTE No digas tonteras.
ROMINA Es raro, pero es como que me pongo los audífonos y siento que tengo que vender sí o sí la sepultura.
VICENTE Comisión por venta…
ROMINA No, es como si de mí dependiera el éxito de toda la familia que compone parque del recuerdo, porque primero está la empresa, después Dios… y al final la gente. (Silencio). ¿Sabes lo que me dijo?
VICENTE ¿Qué?
ROMINA Yo entiendo que tú estás haciendo tu trabajo, pero tu trabajo es asustar a viejas como yo, que necesitarán luego lo que tú vendes, pero que no tienen cómo pagarlos. Yo y mi marido somos solos y estamos enfermos… si yo pudiera comprar una sepultura, ¿no te parece que ya lo habría hecho? El tiempo es poco y tú eres una sinvergüenza, deja de tomarme el pelo. (Silencio) Qué rabia…
VICENTE ¿Y qué vas hacer?
Silencio.
ROMINA Voy al baño y sigo.
2.- Vicente está sentado viendo la tele, cuando Romina vuelve del baño el baja el volumen al televisor.
VICENTE Suerte
ROMINA Gracias (Se pone los audífonos, marca rápido) ¿Aló?, Buenas Tardes, ¿hablo con la Señora Mercedes Valenzuela?… Señora Mercedes, usted habla con Romina Jiménez, la estoy llamando a nombre de Cementerio Parque del Recuerdo para ofrecerle un 30% de descuento en la compra anticipada de… (Silencio prolongado) Perdón, señora… ¿señora?
VICENTE ¿Qué pasó?
ROMINA ¡Ay! Soy una estúpida, cómo tan tonta, no me di cuenta, te prometo que no.
VICENTE ¿De qué?
ROMINA Llamé a la misma señora.
Silencio.
VICENTE ¿Es marcado automático?
ROMINA No.
VICENTE Eres estúpida… Bueno, no tienes que hacerlo si no quieres…
ROMINA Claro, con lo que tú ganas, alcanza.
VICENTE Ten por seguro que si pudiera salir a trabajar…
ROMINA Ya, sé, ya sé, ya. Pero ponte en mi lugar, me equivoqué, es verdad, pero es mi trabajo al final del día… no me puede tratar así por hacer mi trabajo… y yo tampoco puedo ponerla en su lugar. Yo sé que mi llamada es un recordatorio de que se va a morir… ¿pero qué? Si todos nos vamos a morir, a todos nos van a meter en un hoyo. No le deseo mal, pero ojala que se le muera el marido y tenga que pagar el precio completo de la puta sepultura familiar, vieja re-conchetumadre.
VICENTE Para un poco. Te equivocaste de norte, amor. La vieja no es tu enemiga. Ya, quizás le tocaste la fibra con lo de la sepultura. Pero tienes que pensar que es una vieja entre las cientos de viejas que tienes que llamar. Tuviste mala suerte y eso es todo. No van a ser todos los llamados así.
ROMINA Si no hago este trabajo no comemos, me amarraron pagándome todo el mes anterior a pesar de que fuimos menos de la mitad del mes bajo el compromiso de mantener las ventas, mientras yo llamo, todos los altos mandos están en sus enormes casas descansando, pasando la cuarentena a la orilla de sus piscinas con vista a todo Santiago, nosotras estamos con la oreja hinchada en el teléfono mordiéndonos la lengua cuando nos hablan golpeado y corriendo para cumplir ventas y llamadas diarias. Sueño mal cuando me quedan números sin llamar y me dan ganas de llorar mientras se marca, quiero tanto que contesten como que no contesten, es raro.
VICENTE ¡Ya! Se acabó entonces, no lo hagas más. Una cosa es que no lo pases bien y otra cosa es que te enferme. No estás obligada.
ROMINA Sí estoy obligada, todo es obligado ahora. No salir de tu casa es obligación, es obligación no abrazarse, ni tocarse, ni hablarse de frente… hasta lavarse las manos es obligación. Hacer mi trabajo es obligación, que no me guste es obligación. Que tú no hagas tu trabajo es obligación. Sentirnos incapaces de ser útiles y perderle el valor al tiempo es obligatorio (Respiración agitada, un punto intermedio entre un llanto desconsolado y un ataque de ansiedad) Nos tienen donde nos querían…. Por fin nos tienen donde nos querían.
VICENTE No, oye, mírame, mírame, concéntrate en mi, respira más lento, Romina, respira más lento
ROMINA No puedo, no puedo.
VICENTE Si puedes, ven, siéntate, cuenta hasta diez.
ROMINA Uno, dos, tres, cuatro.
VICENTE Lento.
ROMINA Cinco
VICENTE Respira
ROMINA Seis
VICENTE Respira
ROMINA Siete, ocho, nueve
VICENTE Lento
ROMINA Diez… (Inspira lento)
3.- La mañana del día siguiente, Romina bien peinada y con su blusa blanca planchada, se sienta en la mesa esta vez, abre el computador, mira la pantalla, toma el teléfono para marcar. Vicente entra en la habitación, la mira un momento, ella no se ha percatado de que él está ahí.
VICENTE (La asusta) Buenos días.
Silencio
ROMINA ¿Qué tienen de buenos? Es broma… ¿cómo dormiste?
VICENTE Bien. Nunca pensé que iba ser de esos tipos que se levantan y quedan desocupados. Y mírame, el mejor desocupado.
ROMINA ¿Me preparas un café?
VICENTE Todo para la mejor telefonista de esta casa.
ROMINA Gracias. (Romina se pone los audífonos, abre el computador y digita un número, espera) ¿Aló?, Buenos días, ¿hablo con el señor Sergio Cardone Solari?… Don Sergio, usted habla con Romina Jiménez, lo estoy llamando a nombre de Cementerio Parque del Recuerdo para ofrecerle un 30% de descuento en la compra anticipada de sepulturas familiares en cualquiera de nuestros parques. Dígame una cosa ¿Usted ya tiene pagada alguna sepultura? o ¿Ha considerado parque del Recuerdo como su lugar de descanso? ¿Ha pensado en morirse? Discúlpeme si le parece que es una pregunta tonta, dado que usted es uno de los miembros del directorio del parque. Solo me interesaba que escuchara lo estúpidas que sonamos todas las telefonistas cuando llamamos a la casa de gente al azar para ofrecerle comprar sepulturas de más de 700 UF, sí, lo que escuchó. No sabe, Don Sergio, las cosas que tengo que escuchar, ayer una señora me dijo que era una pendeja sin vergüenza, me insultó y antes de cortarme me dijo estúpida y me lo dijo con tanto asco, con tanta rabia que lo único que pensé es que esos insultos no eran para mi, ni me los merecía, esos insultos eran para usted, Don Sergio y para toda la mesa directiva que usted dirige, a todos ustedes viejos de mierda, que nos pagan un sueldo miserable y que se llenan los bolsillos vendiéndole a la gente pasto verde y arboles altos como si fueran un lujo. Y escúchame bien: te invito, Sergio a hacer por un día mi trabajo o el de cualquiera de todos los que trabajamos en el parque viendo cómo cobran precios imposibles a gente pobre que necesita enterrar a sus muertos. Eres, son, todos ustedes un grupo de viejos ladrones, asquerosos, sin ningún miramiento. Ojala que cuando te mueras te entierren en tu cagá de parque y que te coman los gusanos. Los gusanos no distinguen, da igual si eres empresario, telefonista o una vieja de mierda, nos van a comer a todos por igual y todo lo que te metiste en los bolsillos, no te lo vas a poder llevar. Acuérdate de mi nombre, viejo conchetumadre, me llamo Romina Jiménez y no pienso vender ninguna sepultura más. Prefiero ser pobre, que esclava. (Corta)
Silencio
VICENTE Mi amor… qué valiente… (Riéndose) se merece todo lo que le dijiste, oh! ¡Es que te las mandaste! Nadie en su vida lo había puesto en su lugar…
ROMINA Vicente.
VICENTE ¿Qué?
ROMINA No contestaron.