Carta a Pablo Neruda
Poema 18/10 y una noche desesperada
Me podría sentar a escribir los versos más tristes esta noche.
Podría escribir por ejemplo: La noche está estrellada y simple, pero no, la noche está en furia y arde, y su luz ha iluminado nuestros caminos mostrando nuestro pasado vivo, claro y estático, inamovible y resignificante.
La noche oscura ya no se acerca a nosotros, ya que nuestros gritos la ahuyentan y no la dejan pasar.
Me podría sentar a escribir los versos más tristes esta noche, pero ya no estoy triste, estoy ansiosa, temerosa, inquita y excitada. Las historias se entrelazan, nos agarran por la espalda y nos hacen retroceder, rebobinarnos, comenzar de nuevo y entender.
Me podría sentar a escribir los versos más tristes esta noche, pero ya no voy a escribir, voy a salir, me moveré, caminaré, y nadie ni nada nos podrá parar jamás, porque ahora comenzamos a construir otra historia.
Me podría sentar a escribir los versos más tristes esta noche, pero es momento de escribir las injusticias, las rabias, el agotamiento de nuestro sistema, para que nunca más volvamos a sumirnos en la inercia social en la cual nos encontrábamos presos.
Me podría sentar a escribir los versos más tristes esta noche, pero ya no estoy sola, ahora somos un mar que despertó y con la energía de sus olas destruirá todo a su paso, arrancará de raíz los cimientos que creíamos perpetuos y nos mostrará la fertilidad que se ocultaba bajo nuestras narices.
Me podría sentar a escribir los versos más tristes esta noche, y estos podrían ser los últimos versos que yo podría escribir, porque nosotros, lo de entonces, ya no somos los mismos.