Chilcocas: Fanzine #1
Selección de textos e imágenes del primer fanzine publicado por el colectivo de feministas latinoamericanas Chilcocas en Francia, 2020. Para ver el fanzine completo haz click aqui.
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Editorial
Chilco es una arbusto nativo de los sures del continente americano, que podemos reconocer por sus características florecitas: unas graciosas bailarinas de color morado y fucsia intenso. La fuerza del chilco yace en su capacidad medicinal y sanadora. En la cultura mapuche se utilizan sus flores como infusiones reparadoras de la sangre, dolencias menstruales y renales. El nombre Chilcocas lo escogimos en su honor: el chilco representa la potencia feminista dentro de todas las chicocas -esta palabra se usa popularmente en Chile para referirse a un grupo de mujeres-.
Este fanzine es también una instancia para reflexionar y preguntarnos sobre nuestra construcción colectiva; por nuestro vínculo con américa latina :¿es realmente lo latino constitutivo en nuestra forma de ser y hacer feminista ?; preguntarnos por la continuidad del movimiento: ¿Es necesario seguir consolidadas como bloc latino?; ¿cómo darle continuidad a las dinámicas colectivas desde nuestras particularidades y desde nuestras similitudes?; ¿tenemos un propósito, un horizonte?
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No queremos un pedazo del pastel, queremos cambiar la receta.
La “Marche de Nuit Féministe” del 7M es una «contra marcha» a la marcha feminista institucional del 8M en Francia. Hay muchos temas que dividen a los feminismos actualmente en Francia, el trabajo sexual, la cuestión Trans y el uso del velo. Además de otros temas que se discuten como el feminismo carceral, universal e institucional. Por otro lado, la cuestión del Terfismo y et Swerfismo toman espacio dentro de estos feminismos, por ejemplo el escándalo que sucedió hace unos meses cuando una persona de la colectiva de @Collage_Feminicides publicó un thread transfóbico en Twitter. Así que, no sintiéndome segura y siendo cero tolerante frente al lo “TWERF”* y “SWERF”**, frente al feminismo institucional, blanco y carceral, en espacio me siento legítima de “toma lugar”. Sin duda, la presencia de una diversidad de colectivas y grupos con las que me identifico, me dan seguridad. Dentro de este marco, como Cortège Latinx, estuvimos marchando junto con la Batucada «Lesbo-Trans Féministe Guarichas Cósmicas», antes de la represión policial en el fin de la marcha. A lo largo de la trayecto, las colleuses llenaron las paredes con slogans feministas: en el piso, en las estaciones de bus, en los almacenes, en los muros, en las ventanas, en todas partes. También vimos proyecciones en las paredes de los edificios denunciando los feminicidios. Se sintió mucho “la colère” y “la rage”; el espacio estaba inundando de energía, fuego y de “sororité”. Al final de la marcha, hubo represión y violencia policial. Se oían los coros al unísono “La police déteste toutes les femmes, et toutes les femmes détestent la police»; “Police partout, justice nulle part” y “Siamo tutti antifasciste”. Un poco de tiempo después, nos dimos cuenta que cada salida de la Place de la Republique estaba cercada por camiones de policía CRS.
Estábamos encerradas.
*Terf – Trans exclusionary Radical Feminist
**Swerf – sex-worker exclusionary radical feminist
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La marche de nuit du 7M
La linterna no es buena guía para transitar los cerros de noche. Con su luz limitada, no alcanza más que a dibujar un punto de luz en el camino. Los ojos pierden sensibilidad al estar sometidos a ella, volviendo más negra la oscuridad de la sombra. Éramos esclavxs de un punto de luz, pero pronto descubrimos nuestra redención en la luz de la luna. Al apagar la linterna, se encendieron nuestros sentidos. Al encender la luna, se apagó por primera vez mi miedo a transitar la noche. La luna fue la mensajera de un conjuro efímero de libertad, al seno de la vida de los cerros: los senderos me pertenecían y yo pertenecía a ellos. Esa fue la sensación que, entre cánticos, pancartas y antorchas, me visitó de golpe en la marche de nuit del 7M. La calle nos invitó a transitar sus velocidades; a agacharnos como renacuajo, para transformarnos en leopardos y correr a toda velocidad, o metamorfosear en mariposa y revolotear los hombros de nuestras compañeras. A ser la zarzamora silvestre que brota en todos los rincones para pegar los collages des feminicides. A abrir paso a las voces feministas con pisadas del porte de un cerro. En nuestros cánticos de brujas se vociferaba el conjuro de la liberación del patriarcado, que hizo callar el ruido de las calles de Belleville. La calle nos pertenecía y nosotras pertenecíamos a ella. Nos cuidaba la noche, me cuidan mis amigas. Esa noche, la luna fuimos nosotras.
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Declaración Levantamiento de una Vagina-Animita-Altar
Estos rostros de mujer manchados de rojo buscan conmemorar a todas nuestras hermanas víctimas de femicidio. En el 2019 hubo cerca de 4000 femicidios en América Latina y 150 compañeras muertas por femicidio en Francia. Conmemoramos a Vanesa Campos y Jessica Sarmiento, que fueron asesinadas en la Bois de Boulogne por ser mujeres, por ser inmigrantes, por ser trans y por ser trabajadoras sexuales. Esta noche, les prendemos velas y las invocamos para acompañarnos en la lucha feminista.
Vemos en la vagina tanto la causa de muerte de estas mujeres, como el símbolo de nuestra propia capacidad para dar vida. Reconocemos en nuestros cuerpos femeninos, territorios constantemente conquistados, dominados y explotados por el patriarcado. Estos rituales son para nosotras armas políticas y espirituales.
Partiendo de nuestra herencia latinoamericana, construimos esta vagina- animita para rescatarla como un espacio callejero de recogimiento, reflexión y vínculo con las ánimas de nuestra hermanas caídas. Levantamos esta vagina-altar para sacralizar y adorar nuestros poderes creativos femeninos, históricamente invisibilizados. En este ritual, queremos enaltecer los espíritus de los feminismos anticoloniales y anticapitalistas que nos mueve en esta lucha.
Aprovechamos esta instancia para distanciarnos de las feministas universalistas. Pues pensamos que ellas buscan combatir por todas, pero sin nosotras. Elevan máximas absolutas, intentando dirigir toda la batalla igualitarista desde los cielos. Pero así, niegan la diversidad de feminismos que van brotando desde los suelos. Esencializando a «la mujer», esconden supuestos racistas, transfobicos e intolerantes, que finalmente perpetúan el orden imperante.
«Ni la Tierra ni las mujeres somos territorio de conquista».
Marichiweu!!
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Chilpko
Desde los años 80s, el movimiento ecologista chipko lleva a cabo una asidua resistencia en defensa del medio ambiente en India. Chipko viene del hindi y significa abrazar. El movimiento recibe el nombre de la acción de protesta más conocida, donde mujeres abrazaban a los árboles del valle Doon para impedir su tala. Vandana Shiva llama a este gesto un abrazo a la vida, y en él ve las semillas de una lucha ecofeminista anticolonial.
En las particularidades de las técnicas textiles, este gesto de las mujeres chipkose asoma. Cuando empleamos estas técnicas, nuestras manos se entrelazan y se enredan en la materia formando un círculo: las técnicas textiles son un abrazo a la materialidad. Nuestra individualidad se tiende y se distiende sobre este encuentro circular de acogida. Hilamos nuestra historia sobre la tela y a través de ella nos tejemos a la historia que queremos construir y descubrir ensemble.En la desembocadura de los cauces de la materia y nuestro cuerpo, yacen las fibras narrativas que bordamos en nuestros agujeros. Chilco viene del mapudungún y significa el que nace cerca del agua. El aprendizaje mutuo es el cuento que cantaban los chilcos del jardín de mi abuela. El movimiento de sus pistilos se asomó estos días en la conversación de la Daphne. El color de sus pétalos son los destellos rojos del ojo del diucón, dice la Feña. En baile de la Coté a su amiga en cuarentena, brotó la luz rosada de la danse de los chilcos.
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