Con el vértigo necesario
Con el vértigo necesario para destruir cualquier ritmo
me escindo del mundo,
me voy siempre lejos
por ser/padecer la monstruosidad.
Transito por este valle
en conjunción con mi propia sombra,
no tengo aspectos armónicos con los cuales dialogar.
Si me tocan nuclearmente desconecto
y avalancho todo con mi ira,
soy devota
de la amargura.
No me miren,
por las noches soy de fuego y me consumo.
Tardía a veces
aparece una pregunta
y no sé si seguir yendo o volver,
mas no importa
ya no hay nada,
tengo miedo como
para no creer.
No me miren,
por las noches soy de fuego y me consumo.
Si me placen los destrozo con colmillos,
puedo gritar la eternidad llorando y no me basta.
Tengo el hábito de sentirme juzgada,
de juzgar al que me juzga
y detonar la rudeza,
vivir la libertad de la crudeza.
Beber la soledad de la torpeza.
Hacer
de la tristeza una gran certeza.
Crear
con este miedo una fortaleza.
(y vivir ahí, vivir ahí.)
No me miren,
por las noches soy de fuego y me consumo
*Imagen de portada: «Eva», de Luigi Stornaiolo