El MIR en la historia de la izquierda radical chilena. Entrevista a Eugenia Palieraki, autora de "¡La Revolución ya viene!" - Carcaj.cl
09 de septiembre 2015

El MIR en la historia de la izquierda radical chilena. Entrevista a Eugenia Palieraki, autora de «¡La Revolución ya viene!»

por Carcaj

Dossier Carcaj 50 años del MIR[*].

La historiadora griega Eugenia Palieraki (Atenas, 1977) dedicó buena parte de sus años de estudios a investigar la historia de la izquierda chilena, y particularmente la del MIR. El resultado de esta investigación es lo que ha sido plasmado en el  libro “¡La revolución ya viene!”, un tomo de 482 páginas publicado a fines del año pasado por la editorial LOM. El libro, centrado en los primeros años de la experiencia revolucionaria del MIR (es decir, desde su fundación el año 1965 hasta que asume su dirección la joven generación de Concepción y gana las elecciones la Unidad Popular, el año 70), cumple con despejar muchos de los prejuicios y equívocos en torno a la organización, así como con retribuir la importancia que tuvieron en su fundación otras tradiciones revolucionarias de la izquierda chilena, tales como el trotskismo y el sindicalismo.

Cumpliéndose 50 años de la fundación del MIR, entrevistamos a la autora para indagar en algunos de los aspectos de su importante trabajo.

Carcaj: Tu libro intenta reconstruir la historia del MIR a partir de una idea central: la conformación del MIR no significó una ruptura sino una continuidad frente a las tradiciones de la izquierda chilena y latinoamericana. Esa premisa, a la vez teórica y metodológica, si es que eso es separable, está en abierta oposición a la historiografía que llamas militante pero también a la conservadora, que insiste en presentar el MIR como una suerte de anómala excepción. Para eso haces un detallado análisis de las historias militantes y de la influencia del sindicalismo, en particular el de Clotario Blest, del trotskismo chileno, del PS y de otras organizaciones de la izquierda en su fundación. Esto se enmarca en un proyecto de “crítica desmitificadora” que permitiría, dices hacia el final, “renovar la historia del MIR” y “encarar críticamente el mundo de hoy y, por consiguiente, reinventarlo”. Ahora bien, ¿por qué en particular el MIR?

E.P: La respuesta a esta pregunta me parece que no puede ser breve, porque se trata en realidad  de hablar de los orígenes de una investigación y de describir el camino intelectual y personal que lleva a un investigador o a una investigadora a elegir un objeto de estudio al que dedica varios años de su vida (en mi caso fueron unos diez años entre el inicio de esta investigación y la publicación del libro). La elección de un objeto de estudio en las ciencias sociales se basa en inquietudes intelectuales, pero también en interrogantes de orden más personal y casi diría existencial, ¿no? En mi caso, en un primer momento me interesé en Chile en general, y en el MIR en particular, por algunos encuentros que me marcaron profundamente, y estos encuentros generaron en mí un interés muy acentuado en la historia reciente de Chile. Y por cierto esta historia tiene muchas similitudes con la historia reciente de Grecia.

Ahora bien, mi primer trabajo de investigación no estuvo dedicado al MIR, sino a las movilizaciones sociales y políticas, más específicamente a las movilizaciones callejeras en Santiago durante la Unidad Popular. Este primer trabajo de investigación apuntaba a estudiar desde abajo, desde la calle, desde los movimientos sociales y también políticos y no desde las instituciones y los partidos políticos, los mil días de la Unidad Popular.

Durante la elaboración de este primer trabajo, encontré numerosas veces en la bibliografía referencias al MIR. La mayoría de estas referencias eran breves, muy controversiales y a menudo opuestas las unas a las otras. Mientras algunos autores presentaban al MIR como la única organización política del período que había sido capaz de prever el golpe de Estado y también de proponer una salida, la única solución viable a la violencia de la burguesía y de la derecha golpista, es decir, armar al pueblo; para otros autores el MIR eran unos ‘cabeza de pistola’ que, por la radicalidad de su retórica (y no tanto por sus acciones), habían acentuado la crisis política y acarreado la caída de la Unidad Popular. O sea, para algunos autores, el fin violento de la Unidad Popular era sobre todo una responsabilidad del MIR.

En la investigación en ciencias sociales, controversias como esta son por lo general signo de un tema apasionante y de una investigación que promete ser una verdadera aventura intelectual. En este caso fue confirmada la regla. Pero más allá de la curiosidad puramente intelectual que me suscitó el tema, había también razones mucho más profundas para mí, en tanto investigadora, en tanto ciudadana y en tanto ser político,que justificaban este interés en el MIR.

Cuando yo empecé mi investigación, a inicios de los años 2000, es decir, solo una década después de la caída del Muro de Berlín y de la disolución de la Unión Soviética, la revolución había desaparecido como horizonte o como perspectiva de la humanidad. También en los años 2000, en las ciencias sociales, después de una década de dominio incontestado de los intelectuales liberales, la revolución, inclusive en tanto objeto de estudio de la historia, o sea en tanto objeto histórico, era vista como pasada de moda. De hecho, si hacen una búsqueda de las bases de datos  bibliográficas con la palabra ‘revolución’, ven claramente que en los años 90 y 2000 casi no hay estudios o libros con la palabra ‘revolución’ en el título. Entonces para mí trabajar este tema implicaba emprender una aventura tanto intelectual como política, una forma de cuestionar la muerte de la revolución, de interrogaren todo caso la famosa tesis del ‘fin de la historia’, en modesta escala por supuesto. Adicionalmente se trataba para mí de trabajar sobre la generación de los que fueron jóvenes militantes en los 60 y 70, que es la última generación que había creído tan firmemente en la revolución y que también vivió una de las peores derrotas de la izquierda del siglo XX. Así, mi motivación, más personal y política esta vez, era entender mejor, a través del estudio de la historia del MIR, la historia del compromiso revolucionario, pero también la crisis de este proyecto político y, tal vez,  prever las posibilidades de su actualización.

Para volver a la pregunta inicial: ¿por qué el MIR? El MIR porque mi investigación sobre él me permitía dar respuesta a interrogantes que iban mucho más allá del caso específico del MIR, y autorizaban abordar temas y preguntas mucho más amplias: las relaciones entre las diferentes corrientes de izquierda; lo que ellas tenían en común, más allá de las disputas y divisiones ideológicas, por supuesto sin restarles importancia; el papel de la violencia en el cambio social y político; los medios y las razones de por qué se politizan ciertos sectores sociales como los estudiantes, los campesinos, los pobladores, las mujeres.

Ahora bien, no intenté hacer una historia de la izquierda mundial a través del MIR, sino que también me interesaba ver a través de él la historia de la izquierda y el mundo popular chileno. Y para mí el gran interés que representa la historia de la izquierda chilena es la masividad de sus partidos, es la fuerza y combatividad de su sindicalismo, es la profunda politización de los sectores populares, cosa que todavía se percibe, a pesar de todos esos años de dictadura, de Concertación y de despolitización o intento de despolitización de esos sectores. Y todos esos elementos, que para mí son la riqueza de la historia reciente, del siglo XX y XIX, se reflejaban, se veían también a través del MIR.

Carcaj: Respecto al libro, ¿es importante que tenga la palabra ‘revolución’ en el título? Podría haber sido otro título, perfectamente.  Nombrabas el hecho de que la palabra ‘revolución’ no aparecía mucho en los estudios del 2000, pero tu libro sí la tiene.

EP: Por una parte, es un homenaje a este sentimiento de que la revolución era inminente en los años 60, pero también es un síntoma de una cierta actitud o postura más crítica que tengo, seguramente por mi formación: o sea  ‘la revolución ya viene’ es como ‘la alegría ya viene’. Se supo que la ‘alegría’ nunca vino y desafortunadamente la revolución tampoco, al menos por ahora, ¿no? Aunque, bueno, hay investigadores que consideran que la Unidad Popular sí es una revolución, pero eso sería otro tema.

Carcaj: Pero además el título está en presente, entonces si uno no lee el subtítulo, también es una especie de afirmación del presente en cierta medida. Podría haber sido ‘la revolución venía’.

EP:También era un mensaje humilde para decir… bueno, solidaridad y apoyo a las movilizaciones sociales, que también las vivimos por aquí, en Grecia.

Carcaj: Siguiendo el desarrollo de la premisa que comentábamos antes, el libro documenta con bastante precisión la influencia de los trotskistas en el MIR, cuestión que no aparece tanto en otra historiografía. Sin embargo en Chile las organizaciones trotskistas no estuvieron tan presentes, como sí es el caso en Europa o en Argentina, en que trotskismo quiere decir algo así como ‘izquierda radical’ o  ‘ultraizquierda’. Entonces la pregunta es más o menos simple: ¿Crees que eso se debe a la estrategia trotskista en Chile de integrarse al PS, al MIR, etc.? ¿O ves otra particularidad en que el trotskismo no haya, en sus organizaciones, tenido tanta importancia como en Argentina, en Francia, por ejemplo? No conozco el caso específico de Grecia, pero en otras partes de Europa el trotskismo, sus organizaciones, sí fueron fuerte.

EP:Yo no diría que el trotskismo chileno haya tenido menos importancia que en Argentina o en Europa. En Europa, también en Francia, cuando se habla del trotskismo, salvo en el caso de militantes que están en partidos trotskistas, se hace referencia a él más o menos en los mismos términos que en Chile.  O sea, que es una corriente política bastante marginal, que tuvo algunos éxitos electorales que son más una excepción que la regla, y que también está caracterizado por sus innumerables esciciones. No hay país donde los partidos trotskistas no se hayan escindido.  Entonces, yo diría que el trotskismo en tanto corriente independiente, en tanto partidos independientes, no tuvo tanta presencia en Chile como en Argentina, en Francia, incluso en Grecia. Pero me parece que esto no es un signo de la debilidad del trotskismo, sino más bien de su fuerza. O sea que el trotskismo en Chile, hasta le golpe deEstado, tuvo una extraordinaria influencia e incidencia desde el Partido Socialista, un partido con una militancia muy numerosa, que pesó durablemente en la vida política chilena. Y los trotskistas del Partido Socialista en varios momentos de su historia tuvieron un peso considerable, y pudieron enmarcar su línea política enuna orientación claramente de izquierda, más de izquierda de lo que hubiera tenido el Partido Socialista si no hubiesen estado militando ahí. En cuanto al trotskismo independiente, sí, es verdad que tuvo una presencia más bien marginal en términos del número de militantes o de durabilidad de las organizaciones que lo componían. Funcionó sin embargo como un lugar de formación de jóvenes, de los que luego  algunos formarían el MIR, y también como un espacio político que le dio la posibilidad a militantes más radicales de la izquierda chilena de tener un lugar de compromiso político y de acción cuando los dos grandes partidos adoptaban una línea política más conservadora. Por último, el trotskismo fue determinante en la fundación y en la historia del MIR, incluso después de la expulsión de los trotskistas el 69.

Carcaj: Siguiendo esa misma línea, al principio del libro, sobretodo en el primer capítulo, aparece más o menos fuerte la influencia de las corrientes libertarias o anarquistas, sobretodo en Clotario Blest, en las movilizaciones del norte de los años 20, y también en la FECH, etc.; luego se hacen solo algunas menciones en la parte de las expropiaciones y en la idea de la acción directa que tomó el MIR, pero el centro de tu investigación en particular está más bien en las relaciones de este con el PS, con el PC, con el trotskismo, con las corrientes cristianas de base. La pregunta es la siguiente: ¿La influencia anarquista o libertaria se limitó a eso o ves una influencia mayor, que no pudo ser desarrollada por falta fuentes documentales, por ejemplo? Esta pregunta tiene uncontexto: precisamente hace unas semanas, por el aniversario de la fundación del MIR, la Izquierda Libertaria, más o menos novedosamente, reivindicó y participó de la conmemoración y se veun resurgir de esas reivindicaciones, creemos.Es importante entonces preguntarte también por la influencia de los libertarios o las de ideas anarquistas.

EP: Durante mi investigación realicé varias estancias en Chile para consultar archivos, para hacer entrevistas, y también asistí a una gran cantidad de eventos académicos, también militantes, coloquios y conmemoraciones sobre el MIR. Esta tesis de la importante influencia libertaria en el MIR y en su historia la escuché antes de empezar a investigar realmente a fondo. Y me pareció, cuando la escuché, muy convincente, porque también tenía en mente la historia de las organizaciones revolucionarias, la nueva izquierda europea y estadounidense donde claramente había una importante contribución de los sectores libertarios en su creación y también su historia,  también en Italia y en otros lugares. Entonces, cuando empecé a trabajar sobre este primer período del MIR, busqué encontrar estas influencias libertarias y busqué en fuentes documentales, hice la pregunta varias veces en entrevistas, y aparte de los elementos que mencionaban en la pregunta y que yo evoco  en el libro, no encontré mayores signos de una influencia libertaria. Esta se fue perdiendo, o sea, fue mediatizada por Clotario Blest, hubo algunos sindicalistas del cuero y del calzado que venían de esta corriente libertaria anarquista y participaron en la fundación del MIR, pero no desempeñaron un papel central.Además, dentro de la federación de cuero y calzado ellos fueron minoritarios, osea, de verdad una corriente muy minoritaria. Y tal vez la otra manifestación de la influencia libertaria se podría ver a fines de los 60 con las expropiaciones y los asaltos a bancos. ¡Pero los asaltos a bancos no son solo anarquistas! Y, claro, tal vez otro elemento que no pude desarrollar porque no encontré suficiente material en las fuentes, es esta línea de acciones directas de masas que desarrolla el MIR a fines de los 60, pero no toda la dirección. Sergio Zorrilla desempeña ahí un papel central. Él postula el carácter revolucionario de las acciones incluso las espontáneas de las masas, acciones muchas veces violentas, sin mediatización de una organización y sin estructura partidaria, aunque no creo que haya sido formalizado o teorizado así en documentos del MIR

Pero, finalmente, en los documentos de la dirección de 1969 lo que uno encuentra es un intento de centralizar la acción de la organización y el ejercicio de un control sobre los diferentes niveles de la organización. Y cabe también recordar que el MIR no fue fundado como un movimiento libertario, sino como una organización marxista leninista que adoptaba el principio de centralismo democrático, está en su declaración de principios, y fue un principio aplicado, puesto en práctica cada vez que existían tensiones y divisiones importantes en el seno de la organización. Ahora bien, es trabajo de historiadores aclarar estos hechos, luego en la política toda organización nueva o menos nueva necesita revindicar orígenes, necesita arraigarse y reconocerse en una tradición nacional. Y en este sentido seguramente el MIR pueda parecer a posteriori (repito, no era el caso en ese momento) como el movimiento más libertario dentro de la izquierda chilena.

Carcaj:En la introducción del libro, cuando justificas los límites del período que abordas, entre el 65 y el 70, cuando toma la dirección la nueva generación y también llega al poder la Unidad Popular, dices que, en efecto, estos eventos abrirían a un nuevo período que por tener lógicas y dinámicas propias queda fuera del período de estudio, porque “suscita preguntas y planteamientos distintos a los que orientan el libro”. Entonces, intentando pensar qué puede pasar más allá, nos interesaba preguntarte, ¿qué tipo de quiebre en la historia del MIR marca el ascenso de esta joven generación, que significa también la expulsión de los viejos elementos, y la victoria de la Unidad Popular en 1970?

EP:En un primer momento, la victoria electoral de la Unidad Popular y la llegada de Allende a la Presidencia de la República en noviembre de 1970 fue un sismo para el MIR y sus militantes. Sin lugar a dudas, acarreó un cuestionamiento brutal de una de las tesis centrales del MIR, que era que la izquierda no podía llegar al poder por la vía electoral. Parece que en ese momento se genera una crisis interna, pero tendría que hacer más estudios, más entrevistas, investigar más en profundidad este período para poder afirmarlo. Ahora no puedo decir con certeza qué consecuencias internas tuvo la victoria de Allende en 1970.

En el período posterior, pero eso se ve desde el año 70, incluso antes de las elecciones, me parece que se observa una tensión entre dos tendencias internas. Una tendencia, menos visible tal vez, principalmente involucrada en el aparato clandestino y también armado del MIR , estaba sobre todo interesada en desarrollar la lucha armada o prepararse para la lucha armada que venía; otra parte del partido, que es la gran mayoría, que participa activamente en las movilizaciones, forma parte y vive la efervescencia social y política que caracteriza la Unidad Popular y se esfuerza por dar una orientación revolucionaria a las movilizaciones en las que participan.

Ahora, no quiero esquematizar, porque existen contactos e intercambios entre estos dos  sectores del MIR.Y por lo demás, esta tensión tampoco desemboca en una división del MIR. Miguel Enríquez logra dar una coherencia y asegura la solidez interna (además ya ha expulsado en el año 69 las principales voces disidentes del MIR). Entonces el MIR después del 69 y el 70 tiene una militancia sobretodo joven, que ha conocido como dirección a Miguel Enríquez y el resto de la Comisión Política, y que cuestiona poco, o por lo menos no de manera abierta, las líneas de la dirección, aunque tensiones y cuestionamientos sí surgen a lo largo del período.

Tal vez, lo que yo apuntaría como el principal cambio producido después de las elecciones del 70, es un radical cambio en el discurso y en el imaginario político de la dirección del MIR. Si uno lee los discursos de Miguel Enríquez a partir de 1972, lee los discursos de un líder leninista que está muy lejos del ferviente admirador de la Revolución Cubana que Enríquez era a fines de los años 60. Paradójicamente, después, y a pesar de la expulsión de los trotskistas en el año 69, durante la Unidad Popular, Miguel Enríquez reanuda, me parece a mí, de manera aún más firme y evidente, con la tradición política marxista y sindicalista de la vieja generación del MIR, que él mismo contribuyó  a marginar.

Carcaj: Bueno, siguiendo con este momento de decisión de los años 69 y 70, claro, también la mayoría de los estudios justamente se centran en este segundo período.En este sentido es también lo novedoso de tu estudio el haber abarcado este período de formación del MIR, sobretodo frente al interés que hay en ese otro período que se abre en los años 70, y que justamente es el período más mistificado. ¿Aqué atribuyes tú ese borramiento tácito del período de formación del MIR, del 65 al 70?

EP: Creo que se pueden encontrar varias explicaciones. Ante todo, debo señalar que existen textos, los anteriores a la publicación de mi libro, que abarcan, estudian y se interesan por este período fundacional y debo señalar que estos aportes fueron fundamentales para mi trabajo. Ahora bien, en cuanto a los otros libros, que son los más difundidos, los más conocidos, los que han salido en librerías, que todo el mundo cita y conoce, creo que hay varias explicaciones. Aparte de la tensión que hubo entre la vieja generación y la nueva, yo creo que este silencio sobre los primeros años se explica más bien por las trayectorias de los historiadores y militantes que publicaron los volúmenes. Son personas que pasaron, que militaron en el MIR y que empezaron a militar hacia fines de los años 60 o inicios de los 70, o sea, el MIR que ellos conocen, lo que para ellos es el MIR, es el MIR de Miguel Enríquez, y sobretodo del MIR durante la Unidad Popular. Sandoval, cuando escribe en su libro sobre el periodo anterior, habla de una prehistoria: yo creo que es un término bastante revelador de la representación que hay en esta generación de militantes, de lo que existía antes de que ellos ingresaran en el movimiento.

Existe otra razón también:  hay muchos menos documentos del período anterior.Muchos de los libros que abarcan el período que se abre el 70 fueron publicados cuando recién empezaban a haber iniciativas editoriales sobre el MIR y su historia, es decir, son los primeros intentos de recopilar documentos, y empezar a juntar material que permita escribir una historia del MIR, y el acceso en esta época al material anterior al 70, si bien habían pasado pocos años (pero las condiciones de trabajo han cambiado mucho) era muy difícil, porque antes del 69 el número de militantes en el MIR era muy limitado. Los documentos que existían eran destruidos, osea era mucho más difícil guardar, salvaguardar y preservar  esos documentos.Y además se publicaba y se escribía menos y salían muchos menos documentos en la prensa, que es un medio para consultar y preservar documentos.

En este sentido, es importante que los militantes que tengan documentos los faciliten a los jóvenes historiadores. Claro que no van a poder tener un control sobre lo que escriben personas que no militaron en la organización, pero es importante que haya debate, y es el debate el que hace avanzar la reflexión, y por último, si uno es militante en algún momento de su vida, probablemente lo sea para toda su vida y este compromiso tiene que seguir, permitir que haya una reflexión diferente a la que ellos hicieron. Y eso se hará si existen los documentos y si se facilita el trabajo.

Carcaj: El libro sale en un momento en que el MIR vuelve a tomar cierta relevancia porque se venían los 50 años, y también dentro de muchas organizaciones, con las cosas que están pasando en Chile, el MIR comienza aaparece como un referente, la pregunta es entonces¿por qué crees que el interés en el MIR puede haber tomado esta importancia, ascendido en estos años?

EP:Yo creo que hay razones que obedecen tanto al marco nacional chileno como al marco continental y también mundial. Para referirme a Chile, claramente el renacimiento de los movimientos sociales, esas fuertes movilizaciones de los últimos años, la búsqueda de un modelo alternativo, de un modelo económico que lleva a las nuevas generaciones a buscar inspiración, referencias en el pasado, ¿y qué mejor período que los años 60? En este sentido, volver hacia el pasado es también signo de una sociedad que no vive ya en el presentismo, sino que mira tambiénel futuro, e intenta entender, imaginar, proponer, para cambiar lo que existe y llegar a una sociedad más justa. Existe también un marco continental que justifica, a mi modo de ver, este interés en la izquierda revolucionaria, que está imbricado con los cambios que han tenido lugar a nivel mundial. Me refiero a todo lo que fue caracterizado por los cientistas políticos como el giro de América Latina hacia la izquierda, sobretodo con la llegada al poder después de dos décadas de derechas, militares y neoliberalismo, de gobiernos que se decían de izquierda, que se reivindicaban de la izquierda, que se decían revolucionarios, independiente de las diferentes etiquetas que cada uno de esos gobiernos haya podido adoptar.Pero también, después, a fines de los años 2000, con todo lo que sucedió en los países árabes, y también con la crisis y con un agotamiento del modelo neoliberal que ustedes también viven desde hace varios años, y que nosotros en Europa estamos viviendo en los últimos años, sobretodo en el sur de Europa. Eso permite buscar modelos alternativos, empezar a pensar de nuevo que un profundo cambio social, económico y político es necesario, y creo que Chile en cierto modo refleja y se hace eco de estas tendencias mundiales, incluso está en la vanguardia de ellas.

Carcaj: Sobre esa especie de paralelismo que mencionas, recuerdo haber visto un documental sobre Greciaen el que se mostraba a mucha gente en las plazas cantando canciones sobre el Che Guevara. Era realmente mucha genta, para mí fue un poco impresionante la referencia tan explícita y tan pública.No podemos dejar de preguntar cómo ves tú,incluso como investigadora o ciudadana, este paralelismo entre el estudio del MIR en este período en Chile ylo que ha pasado o lo que pasará en Grecia.

EP:Para mí estudiar, o sea para hacer un análisis freudianobarato ¿no?, trabajar sobre los miristas era en cierta forma trabajar e intentar entender a la generación de mis padres, y también en cierta medida de mis abuelos, porque esa generación es la de la Guerra Civil en Grecia, de la Guerra de Liberación Nacional primero contra la ocupación alemana y luego la Guerra Civil, en la que la violencia revolucionaria fue un aspecto central. Entonces en cierta forma, la historia del MIR era una combinación de las dos principales etapas de la izquierda reciente, la de la posguerra y también la de los años 60, marcada por fuertes movilizaciones, por el auge de una izquierda democrática, marxista y democrática, que luego dio nacimiento a Synaspismós, Syriza, etc. Y lo que estamos viviendo ahora en la izquierda actual es también heredera de izquierda de los 60. Entonces, para mí, estudiar la historia de la izquierda chilena en la larga duración, desde inicios del siglo XX, era una manera de trabajar, de reflexionar, de analizar la historia de la izquierda griega, que es una izquierda que fue muy activa, con un larga tradición de lucha, lucha sindical, lucha política, con períodos largos de clandestinidad (de hecho el Partido Comunista Griego fue clandestino entre 1936 y 1974, es una de las clandestinidades más largas). Y luego los años 60 y 70 que estuvieron caracterizados por las movilizaciones estudiantiles, contra la dictadura en el caso de Grecia, donde la referencia a Allende y la Unidad Popular fue central. Entonces existen paralelismos, también puentes y relaciones, entre dos izquierdas que empezaron a interesarse la una a la otra y a dialogar desde hace más de 40 años.

Carcaj: ¿El libro fue publicado en Grecia?

EP: No, no lo intenté publicar ni en Grecia ni en Francia donde vivo desde hace varios años. Lo estuve pensando, podría ser interesante, pero terminé el libro en su versión española hace poco, en Grecia estábamos en plena crisis, crisis que por supuesto el medio de la edición es uno de los primeros que sufre con esto, entonces no hay plata. Pero me gustaría hacerlo.

Carcaj: En Francia es más viable quizás. Al menos económicamente. También hay editoriales que están más dedicadas a este tipo de cuestiones, han aparecido varias publicaciones sobre Chile y sobre Latinoamérica.

EP: Sí, pero consideré que para mí la prioridad y que el medio natural de publicación del libro era Chile. Era una deuda con los militantes que había entrevistado, que me dieron su tiempo, que aceptaron entregar su experiencia, hablar de lo que habían vivido, y confiarme con sus análisis, son sus testimonios, y también porque considero que los libros de historia son libros que participan y actúan, y el debate no es sólo un debate chileno pero sí lo es en gran parte, y ese debate lo quería tener en Chile.

Entrevista realizada y editada por L Felipe Alarcón y Nicolás Slachevsky

 


[*] Hace algo de un mes se celebraron 50 años de la fundación del MIR, y las tres letras que nombran esa experiencia decisiva de la izquierda chilena volvieron a rondar las memorias y los discursos, levantando el eco de un pasado aún no suturado e interpelando la imaginación política que llama por un porvenir.  Con los cuatro artículos que publicamos en este dossier especial sobre el MIR, no pretendemos dar una visión exhaustiva de lo que fue su historia ni arrojar conclusiones definitivas de su experiencia, sino, ante todo, interrogando esta experiencia, contribuir a la reflexión más general sobre la posibilidad de convergencia de la izquierda radical y la vigencia del proyecto de la emancipación social.

Los cuatro artículos acá presentes ofrecen un corte determinado sobre distintos aspectos de la historia del MIR, y están centrados principalmente en el periodo que va desde su fundación el año 65, hasta el fin de la Unidad Popular con el golpe militar del año 73, periodo que por no haber tenido la urgencia de derrocar al tirano, permite pensar lo que fue el proyecto revolucionario del MIR como tal con mayor claridad. En la entrevista en portada, la historiadora Eugenia Palieraki se refiere a su investigación sobre los primeros años del MIR (de 1965 a 1970) y la influencia que en esta etapa fundacional tuvo la impronta de tradiciones de más larga data del movimiento popular y de la izquierda chilena, tales como el trotskismo y el sindicalismo. En Ocho momentos de un dirigente y militante del FER, se disponen temáticamente los fragmentos de una entrevista y se deja hablar la voz de un militante de los años 69-73, pequeño fragmento de una de las experiencias ético-políticas más importantes de nuestra historia y donde se puede leer, como a contraluz,  la atmósfera de un periodo y las contradicciones dentro de una organización. En El MIR y los Problemas de la perspectiva revolucionaria, Juan José Rivas piensa en torno a la Declaración de Principios del MIR y la pone sobre el plano de la realidad política de los años de la UP, intentando así vislumbrar  los momentos de eficacia del discurso y sus nudos problemáticos. Siguiendo en un tono más reflexivo, L Felipe Alarcón se detiene finalmente en La palabra revolucionaria y, pensando a partir del famoso discurso de Miguel Énriquez en el teatro Caupolicán el año 73, en la voz de la revolución que resuena en la historia, no ya como un monumento discursivo sino siempre como una crítica,  temblor por el que se filtra la posibilidad de un porvenir.

Revista de arte, literatura y política.

1 comentario

  • Me entere de la entrevista por medio de Luis Felipe, me pareció interesante conocer las motivaciones de Eugenia para comenzar su investigación y también me llamó la atención el marco temporal en el que se enmarca, porque efectivamente quienes nacimos posterior a esa etapa, tendemos a asociar el MIR con la resistencia a la dictadura y con Miguel Henriquez, post ’70s. Sin duda un libro para leer y discutir, si alguien se anima, me avisa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *