Foto: @pauloslachevsky
HERENCIA y otros poemas
Camillas de cariño
De los pilares de errores
cuelgan las luces del juzgado.
Esa luz infértil
abriga los bancos, las sillas,
los trazos y trazos de lana
Entre estos kilómetros
mueren abrazados los cariños.
Las lágrimas no se ocultan
ante lupas, overoles y mallas
Ese silencio posterior
que pobla todo el censo
es el aprender propio de la ausencia.
*
Herencia
Listo de reposar
tanto silencio,
me recuesto
en lo que fue tu techo
abrígate en este pedazo de sombra
que te regaló tu viejo
*
Confianza
Me hiciste crecer
arropado de promesas,
poblado de sueños.
El papel mural
enroscado sobre si.
Cada grieta de la habitación
es un nido de aplausos
que retumban dentro
del pequeño cráneo
(pequeña cabeza)
Tus palabras que aseguran
no resisten pregunta,
no aguantan que las toque
estas manos curiosas.
Y me gustaría creer,
pero ni la inocencia
es ciega voluntaria.
*
Tránsito
Toda la ciudad, su caminar,
sus peatones de aliento centenario,
se resumen en las esquinas de la sala,
en los trazos verdes de la pantalla
y en esa suma, abrasadora,
de las culpas
Cómo no iré a escuchar
los murmullos,
que de tanto silencio
me llegan como gritos
me colman el cráneo
y esos temores
hacen de mi cuerpo, tierra
para siembra y semilla
Me pueblan sus manos
mientras me enrollo
vértebra por vértebra
Así la ciudad, sus calles
sus silencios de madrugada
sus olores subterráneos
pesan sobre mi nuca acostada
abrigan a este
caracol vertebrado.
*
Panales de infancia
Son los mismos salones, estos que vieron los primeros pasos, mis llantos incómodos, que apuraba a que me cubrieran la boca, ahogados por el ajetreo del invierno. Las cortinas separan quejidos, encapsulan los pechos apretados, panales de pequeñas vidas anotadas en libreta. Es aquí donde formé piso, pared y techo.
Cada hilera de sillas, laberintos de puertas, son un centinela al que no le pesan los años, las sangres, los sudores, los alaridos, no envejecen la mueca de su cara.
Estírame la mano centinela, que me dejen en tu estómago, déjame echar raíz en tu abrigo de acero y cemento, que yo no te haré más viejo.