La escritura femenina y el Hip Hop, la experiencia champurria de dos raperas en Chile - Carcaj.cl
02 de junio 2023

La escritura femenina y el Hip Hop, la experiencia champurria de dos raperas en Chile

por Marjorie Huaiqui Hernández

El origen del Hip Hop como escritura femenina

El comienzo cultural que tuvo el Hip Hop a partir del breakdance, se puede interpretar como una escritura de femineidad. En las mujeres el acto de escribir y posicionar un relato, constituye un acto performático del cuerpo, hablar y pensar en primera persona, generalmente se emplaza en un territorio de masculinidad hegemónica de disputa. En el breakdance, el cuerpo deja una huella en el espacio, y construye una relación de “espacio- tiempo”, dicha premisa de unión, es la concepción del relato histórico. Desde la oralidad, es la primera escritura, porque deja una huella de memoria en el tiempo-espacio que se sitúa en el presente.

“El hip hop, de formación lenta, acumulativa, no solamente pero sí fundamentalmente negra, subalterna, en los ambientes downtown de New York City y otras ciudades donde b- boys y fly- girls empezaron a reunirse y a elaborar una actitud de resistencia colectiva” (Méndez, 360). Se gesta gracias a la juventud, la migración, y la posición contrahegemónica de sus protagonistas, la oralidad, tiene un valor cultural para la transmisión generacional de una continuidad que trasciende las generaciones. 

Si bien, los relatos acerca del origen del Hip Hop responden a Nueva York como primera cuna y con raíces afros americanas en sus exponentes, en Brasil existen puntos de unión que dan énfasis a la construcción de una historia de origen que otorga aperturas a la posibilidad de desarrollar un relato contextual del género artístico, y dan respuesta al desarrollo estético cultural del Hip Hop. Para sus protagonistas culturales, en el breakdance (bailar cortado)el movimiento dancístico, conocido como “giro de cabeza” marca el comienzo. La experiencia estética brasileña propone una imagen que marca un origen literario, “el movimiento de danza común en sí, en el que el bailarín apoya la cabeza en el suelo y levanta las piernas en círculo, pretende simular las palas de un helicóptero” (Postali, 134 Traduc. Huaiqui, 2023).

En Chile, las raperas La Deyabu y Fátima Rivera, dieron un quiebre al relato, cuando decidieron formar la organización femenina Tralkan (trueno en mapuzungun). Sus deseos por rapear, y ser protagonistas del Hip Hop se venían desarrollando desde niñas, y fueron mayores ante el deseo de ser protagonistas de una cultura a partir de sus propias voces. Sus primeras escrituras surgen en un contexto masculino de la cultura, en donde expresarse en primera voz era un acto performativo de crítica y continuidad histórica de sus identidades. La Deyabu, comienza en la cultura Hip Hop bailando un movimiento de breakdance que es ‘arriba’ (de pie, y con los brazos y el pecho principalmente) “[…] a los 11 años bailaba, y me encerraba a rapear mirándome en el espejo del baño” [1]. Mientras que, para la rapera Fátima Rivera, la escritura y la poesía surge en la infancia, “a los 8 años, le escribía al niño que me gustaba […] también escribía cartas y cuentos, y cuando grande quería ganarme el Premio Nobel de Literatura” [2].

El rap como territorio

En el rap, ellas escriben sus propias historias que se expresan en el canto, se sitúan desde sus propios puntos de vista y establecen un significante cultural. Dicho significante surge desde una oposición al “blanqueamiento cultural” que se ha instalado en Chile con los pueblos originarios. Curiosamente, y pese al alto indicador de continuidades culturales que surgen desde los pueblos originarios, visibles en las raíces folklóricas, pero también en las formas en que nos desenvolvemos para pensar la vida y el manifiesto estético cultural de un continente que estaba poblado por culturas originarias americanas previo a la colonización, el mestizaje con bases eurocéntricas se instaló en el país como un argumento del territorio chileno, a partir de una identidad unitaria que se adscribe desde sus inicios en la identidad nacional republicana.

Para la cultura mapuche portar una identidad mezclada, es estar distante de las referencias tradicionales de dicha identidad, no poseer una memoria total de tus antepasados, portar una genealogía “blanqueada” por otra que no sea la mapuche en el parentesco, contar con posesión de la tierra y hablar fluidamente el mapuzungun, responde a una identidad conocida como champurria. Una distinción a la forma de entender el mestizaje eurocéntrico en territorio chileno, porque el mestizo se conforma con relaciones culturales europeas, mientras que el champurria surge desde el pueblo, un pueblo que portó una continuidad cultural popular o fuera de la cultura de élite republicana.

Cuando las raperas crecieron un poco más, formaron otra organización de mujeres llamada Deyas Klan. Deya, en mapuzungun, el idioma mapuche, significa hermana desde el punto de vista del hombre. Este nombra así, a su hermana de filiación consanguínea. En un contexto de fraternidad en el que se desenvuelve en general el Hip Hop, es importante nombrar a la hermandad y buscaron un nombre que representara dicho significado.  

Desde la práctica artística del rap, ambas raperas, le otorgan un realce distinto a lo que se ha escrito, y desde este contexto construyen una disidencia que transita o que se define como “trans” en un contexto de transnacionalidad en territorio chileno. Porque transitan y se expresan con elementos de dos naciones, usan el mapuzungun, idioma de la nación originaria mapuche para nombrar sus organizaciones, y también está presente en algunas letras de sus canciones y en las imágenes de sus discos musicales.

En su música se escuchan identificaciones con la naturaleza, estableciendo nuevos paisajes de memoria con el espacio territorial urbano. Como un gesto similar al que haría una lamngen, en la ciudad, posiblemente buscaría los espacios en donde pueda relucir la naturaleza y depositar allí, su identidad mapuche o de otro pueblo originario que se nutra desde estas perspectivas que la conciben como una experiencia estética de libertad de los cuerpos. Sus elementos estético creativos no son parte de una apropiación cultural, si no que, responden a sus raíces originarias, y con su poesía, sensibilizan a una comunidad que escucha sus emociones femeninas, estableciendo continuidades de identificación con la etnoliteratura que proponen.

Lo champurria en primera voz

La Deyabu y Fátima Rivera, son protagonistas de una cultura que se basa en la memoria oral para escribir las letras de sus canciones, y en la oralidad para perpetuar el oficio en sus protagonismos. Sus cuerpos y voces en primera persona dan un giro a la disposición masculina hegemónica del rap, similar a cómo lo hizo el breakdance para dar origen al Hip Hop. Representan la identidad champurria, dicha identidad se ha ocultado en Chile debido a la posición mestiza que se propone en el relato histórico que se ha instalado como verdadero, desde una posición eurocéntrica y de blanqueamiento cultural. Dicha identidad champurria, es posible observarla en todos los pueblos, especialmente en Chile, permanece oculta por el proyecto oligárquico republicano y de élite que conformó la nación chilena pero visible en la cultura popular, y en nuestra memoria oral, portamos la certeza de la existencia territorial de un continente previo a la colonización, poblado por culturas originarias.

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Referencias 

Amukan (2022). Fátima Rivera. Grabación, edición y masterización por Juan Faúndez en Modos Estudio. https://www.youtube.com/watch?v=80gMFJrS66U&list=PLSicTXcHdwV2i2MU9emTeyrWe2IOWTffn

Chacana (2020- 2021). La Deyabu. Ítalo Mendoza. https://www.youtube.com/watch?v=tgk-EEoXg_8&list=RDtgk-EEoXg_8&start_radio=1&rv=tgk-EEoXg_8&t=254

Matria (2018). La Deyabu. Pablo Ramos en Gatoruso Records. https://www.youtube.com/watch?v=Slw3qy8pjjU&t=18s

Méndez, Antonio (2016). Comunicación musical y cultura popular una introducción crítica, Valencia: Tirant Humanidades.

Postali, Thífani (2011). Blues e Hip Hop una perspectiva folkcomunicacional, Jundiaí: Paco Editorial.

Ser o no ser (2019)Fátima Rivera. Juan Patricio Faúndez en Modos Estudio. https://www.youtube.com/watch?v=7-UYiRa_V6k


[1] (nütram, octubre 2020).

[2] (nütram, noviembre 2020).

Magíster en Estéticas Americanas PUC, mujer, madre, poeta, y profesora.

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