Las guerras internas de Raúl Alcaíno - Carcaj.cl
25 de enero 2019

Las guerras internas de Raúl Alcaíno

Raúl Alcaíno. Espejismos. Valparaíso, Ediciones Inubicalistas, 2018, pp. 93.

 

En Espejismos de Raúl Alcaíno (Talca, 1983) los conflictos bélicos son el absoluto centro temático de sus cuentos, hilvanándose estos en geografías y épocas diversas, lo cual le proporciona al conjunto plena coherencia en la elaboración de paisajes por lo general inhóspitos y un significativo espesor para conseguir la verosimilitud de sus anécdotas imaginativas. También hay casi siempre personajes que están extraviados, o dejados a su suerte, y ansían encontrar, a veces sin éxito, el rumbo que los devuelva a algún lugar de confort para continuar el transcurso de sus vidas con menor desespero.

De esta manera, “Después de la victoria” se trama en dos tiempos paralelos: el que se lleva a cabo en el presente de la historia, donde un Sargento y el malherido soldado Andrade procuran, por planicies desérticas y poblados deshabitados, el camino que los conduzca a Antofagasta, pero en el trayecto se evidencian relaciones desesperadas de codicia y soledad; y otro tiempo que rememora las circunstancias por las que estos soldados chilenos se hallan deambulando a la deriva después de haber concluido la Guerra del Pacífico. En “El prisionero”, un pelotón de guerrilleros tiene que demorar la marcha a su centro de operaciones, ubicada en un remoto punto de la selva centroamericana, al capturar a un supuesto espía norteamericano, quien es torturado inútilmente. Las órdenes del comandante de los rebeldes se tornan erráticas al no aclararse la identidad o los propósitos del rehén y la crueldad pasa a ser elemento clave para hacerlo desaparecer.

Por su parte, Nicholas Cohn, soldado israelí-norteamericano, ha querido probar su valor ante los compañeros de armas. Pero al tener la ocasión, es abandonado por su unidad de combate en algún poblado en ruinas de la franja de Gaza. Allí, el azar lo conducirá ante un postrado anciano palestino en silla de ruedas, que lo irá envolviendo, cual Sherezade, en las vicisitudes de Abdul y el genio de la lámpara maravillosa. La distracción de Cohn, quien se deja llevar por la hábil narración sobre las peripecias del héroe fantástico, tendrá un desenlace inesperado en el bien logrado “Espejismos”.

En “Manuscrito hallado en un convento” –a la manera de las crónicas de indias, de cierta picaresca e imitando, certeramente, el lenguaje del siglo XVI– una mujer que es, a su vez, la personaje-narradora, evoca su periplo que va desde España al “nuevo mundo” y el retorno. Esta experiencia contiene grandes desplazamientos territoriales, iniciaciones (sexual, mística, el robo, el asesinato), rituales vernáculos, la esclavización y exterminio de indígenas, duelos o combates en los que ha participado la protagonista disfrazada de soldado. En este relato hay un prolijo despliegue de los tiempos narrativos: informes, fragmentarios, que se entrelazan con fluidez vertiginosa. De igual modo, en “Trumao” pesa lo formal en la descripción que conciben un policía y un “sospechoso” mapuche, al dar su versión de los hechos en los cuales ha sido asesinado un comunero que defendía a sus familiares. Por ello, es la reconstrucción en elaboradas imágenes las que van estableciendo –y que tienen los destellantes matices de colores como irradiación– un vínculo necesario entre la naturaleza, los mapuches y el encadenamiento de las situaciones de extrema violencia en una batalla despiadada y desigual.

Además, Alcaíno ha ideado, con especial destreza, algunos de sus cuentos desde la linealidad y escasos deslizamientos estructurales, que complementan el giro de las acciones. Esto ocurre en “Falkland”, cuando dos militares argentinos, Vignoli y Fernández, luego de una batalla perdida, tratan de llegar a la base de su ejército y son acechados por los sanguinarios ghurkas en un episodio de la Guerra de las Malvinas. O en “Los guardianes”, relato en el cual Eduardo Villablanca, experimentado antropólogo español, intenta realizar una expedición en la selva amazónica para conocer los saberes de la esquiva etnia yahuani, sobre la que pesa una leyenda maldita que impide acercárseles. Es a través de pesadillas de muerte, que Villablanca será llevado a un viaje sin regreso.

Lo más sorprendente de Espejismos –aparte de ser una acabada primera entrega–, es su limpidez narrativa para revelarnos la ductilidad de personajes que, pese a estar casi siempre ante lo adverso, se tienen que enfrentar con la muerte para no sucumbir. Y sobre todo concebir una prosa exacta, tersa, reflexiva, con momentos notables. Sirva de ejemplo una elucubración del anciano palestino inválido: “Yo creo que deberíamos aceptar la vida como es: la guerra nace precisamente de lo contrario, de querer modelar el mundo con la forma de nuestros deseos”.

 

 

Portada: Foto periodística de la guerra de las Malvinas

Escritor, traductor, editor, investigador. Licenciado en Historia por la U. Central de Venezuela y la U. de Chile. Magister© en Historia por la U. de Valparaíso. Ha sido incluido en las antologías: «Glosa y otros cuentos». Santiago, Alfaguara, 2016; «5° Concurso Nacional de Cuentos Teresa Hamel», SECh, 2015; De qué va el cuento. Antología del relato venezolano 2000-2012. Caracas, Alfaguara, 2013; Quince que cuentan. II Semana de la Narrativa Urbana. Caracas, FC Urbana, 2008; 21 del XXI. Antología del cuento venezolano del siglo XXI. Caracas, Ediciones B, 2007. Ha publicado los libros: Historia del corvo. Santiago, TEGE, 2018; Los últimos días de John McCormick. Valparaíso, Inubicalistas, 2018; Venezuela: tres episodios de emancipación. Caracas, UBV, 2013; La muerte y su dominio. Caracas, CNH, 2009; Pequeños infectos. Caracas, Fundarte, 2005, entre otros. Ha sido distinguido en los concursos: Fondo del Libro y la Lectura, Línea de Creación, Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio, 2018; Finalista, «Concurso de Cuentos Paula 2016»; Mención Honrosa, «5° Concurso Nacional de Cuentos Teresa Hamel», Sociedad de Escritores de Chile, 2014. Premio de Investigación Humanística y Educativa, Universidad Central de Venezuela, 2008. Premio Concurso de Investigación y Difusión de la Historia de Venezuela, Centro Nacional de Historia, 2008. Premio de Narrativa Fundarte, 2005. Residió en Caracas entre 1990 y 2016.

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