Lectura de «La añoranza feérica» de Paula Rivera Donoso – Carcaj.cl
26 de abril 2025

Lectura de «La añoranza feérica» de Paula Rivera Donoso

Leer La añoranza feérica. Ensayos sobre literatura de fantasía de Paula Rivera Donoso ha sido una experiencia poderosa, particular y por sobre todo: mágica. Y para abrir esta puerta que lleva a la magia quisiera comenzar citando la obra:

“Mi esperanza (¿mi consuelo?) es que este ensayo pueda ayudar a despertar la curiosidad o el redescubrimiento de eventuales lectores afines hacia estas obras de fantasía, para que también puedan difundirlas con otros […] siempre habrá temibles Reinas Hadas en los bosques, a la espera del duelo con nuestras palabras, y siempre habrá un puente por construir con nuestras manos, para unir nuestro mundo a aquellos otros. La fantasía espera nuestra llegada; el mundo real, nuestro regreso”. 

Quisiera comenzar este compartir de mi experiencia lectora poniendo en valor la importancia de esta publicación. Los ensayos literarios no suelen estar en los primeros puestos de la industria editorial. ¿Cuántas veces hemos tenido que recurrir a fotocopias ilegibles o archivos pdf de dudosa procedencia para acceder a estos insumos específicos que ensanchan la lectura más hambrienta y el análisis laborioso? Es por esto por lo que la publicación de La añoranza feérica es un hito hispanoamericano, una rara avis que debería ocupar un lugar destacado en todas las bibliotecas y en un futuro -esperemos que próximo- acceder a plataformas en las que esté en condiciones de igualdad para establecer diálogos, con el canon bibliográfico más universal. 

A continuación quisiera detenerme un momento en el género mismo del ensayo literario:

En La añoranza feérica. Ensayos sobre literatura de fantasía, Paula Rivera Donoso no sólo nos ofrece un texto excelente, sino que también es un dispositivo escritural que expande y problematiza al propio género del Ensayo. Casual, CAUSALmente, estos días he estado leyendo un libro de ensayos muy particular que me aporta una articulación aproximativa para intentar describir la gozosa libertad que nos ofrece Rivera Donoso. El libro se llama Enciclopedia de las artes cotidianas de Laura Sofía Rivero. La cito: “Narración, prosa poética, sermones, discursos, autobiografía, crónica, anécdotas, diálogo, listas del supermercado: todo cabe en un ensayo sabiéndolo acomodar. El ensayo no se presenta en estado sólido, líquido ni gaseoso; se parece, más bien, a los coloides […]. La belleza del ensayo no radica en la disparidad, sino en cómo conecta lo que parecía excluyente. Es el género vinculador por excelencia: de la experiencia personal con la reflexión antropológica, de la alta cultura y la baja, de los saberes humanos, de las formas más inusitadas. El genio del ensayista podrá distinguirse algunas veces por descubrir nuevos territorios, pero usualmente suele pasar por lugares ya conocidos tomando una ruta diferente. Es inventor de caminos que unen pueblos lejanos […]. El ensayo es un ejercicio de imaginación, la escritura que se rehúsa a ser secuestrada por las formas y temas validados”. La cita es larga, pero prefiero editarla y no parafrasearla. Hagámosla conversar con esta de Paula. Páginas 14-15: “En mi selección de ensayos, he procurado destacar aquellos que expresen parte de los tópicos que más he abordado durante estos años […], así como de los escritores de los que más he aprendido como Fantasista […], En estos ensayos, desde luego, hay muchas ideas sobre las concepciones estéticas e ideológicas sobre la fantasía, tanto originales como sostenidas a partir del trabajo de mis maestros. Pero también hay muchísimo de mí como ser humano, hasta el punto en que esta obra podría leerse como una biografía o plegaria. No en vano estos primeros intentos de expresión fueron concebidos y publicados en un blog, una bitácora virtual: una suerte de diario de vida público centrado en mis experiencias cotidianas con la fantasía […]. Es mi deseo, como siempre, que estos textos lleguen al corazón adecuado y que el lector emprenda su lectura por ellos como una odisea. Me alegra la esperanza de que estas palabras mías pudieran ayudarlo a orientar el regreso a su propio hogar de imaginación”. Fin de la cita. Bien. Ambas citas coinciden en resaltar la capacidad del ensayo para ser un vehículo de expresión personal y exploración creativa, aunque desde perspectivas distintas. Laura Sofía Rivero enfatiza la naturaleza expansiva y flexible del ensayo como género literario, capaz de conectar lo aparentemente dispar y de resistir las formas tradicionales, posicionándolo como un ejercicio de imaginación y experimentación. Por otro lado, Paula Rivera Donoso, más introspectiva quizás, aborda el ensayo como un medio autobiográfico y reflexivo, destacando su potencial para comunicar experiencias personales y conectar con la imaginación del lector. En conjunto, ambas destacan al ensayo como un género vinculador, pero mientras una se enfoca en su versatilidad formal y conceptual, la otra prioriza su dimensión emocional y subjetiva.

Habiendo pincelado un poco en la plasticidad y exuberancia que nuestra autora le concede al género, quisiera desarrollar un poco un segundo tema que creo he insinuado.  Les pregunto: ¿Cómo podemos también leer y vincularnos con La añoranza feérica? ¿No hay en este libro algo de Bildungsroman y algo de literatura de Auto ficción? 

Estoy convencido de que este puede interpretarse también como un Bildungsroman ensayístico, donde se narra el desarrollo personal e intelectual de Rivera Donoso a través de su relación con la fantasía. Desde sus primeros encuentros con autores como Tolkien hasta la consolidación de su mirada crítica, el texto traza un arco de crecimiento que refleja no solo su evolución como lectora, sino también como persona. Este enfoque permite al lector acompañar a la autora en su proceso de autodescubrimiento, destacando cómo la literatura fantástica puede ser una herramienta para navegar y comprender el mundo. Página 40. Abro cita: “Acaso por eso, también, decidí que sería escritora de fantasía: una lámpara más desafiando la Gran Noche, alimentada por el mismo fuego en el que ardían las de mis Maestros y sus obras. Deseaba contar historias como aquellas, tan caras a mi corazón, en mis propias palabras. Sin entenderlo bien aún, quería provocar ese tipo de experiencias en otros como yo. Experiencias que les humedecieran los ojos con las buenas lágrimas, que les hicieran sentir menos solos y tristes, que les trazaran un esbozo de mundo al que al fin podían pertenecer. Que les revelaran un sendero inesperado en el bosque oscuro justo cuando estuviesen a punto de hundirse en un pantano, o coger la engañosa mano del hada de la muerte”. Fin de la cita.

Y siguiendo esta hebra, podemos atrevernos a leer con los filtros de la literatura llamada de Auto ficción, ya que uno de los aspectos más fascinantes de La añoranza feérica es su dimensión autoficcional, que desdibuja las fronteras entre lo autobiográfico y la narrativa entendida como ficción. Paula entrelaza sus memorias, experiencias y emociones con la reflexión literaria, utilizando su vida como un prisma a través del cual examina el género fantástico. En este sentido, la obra no solo analiza el impacto de la fantasía en la cultura, sino también cómo esta ha influido en la propia identidad de la autora como persona. Siguiendo la tradición de la autoficción, podríamos quizás imaginar que Paula utiliza este enfoque como una estrategia de resistencia, desafiando las nociones de objetividad en el ensayo y reivindicando la subjetividad como una forma legítima de conocimiento. Pero desde la perspectiva única de la literatura fantástica: transformando su autobiografía en una narrativa que dialoga con lo feérico, donde la vida real se presenta a través de los lentes de lo mágico y lo imaginario. Abro cita, páginas 166 y 1667: “Eso explicaría también, fenomenológicamente, por qué personas como nosotros, más allá de nuestras neurodivergencias, escribimos fantasía, por qué la amamos tanto, hasta el punto de la incomprensión o el rechazo de otros que solo tienen un interés racional o circunstancial por ella: porque alguna vez estuvimos en sus tierras, cosa que quizá hemos olvidado con la mente, pero no con el corazón. Porque extrañamos sus dominios con desesperación. Porque estamos dispuestos a consagrar nuestra vida entera con tal de que un trazo o eco de su música, sus colores y sus aires florezca en la pequeña flor de una historia. Porque nada más vale la pena en un mundo como este”. Fin de la cita.

Finalmente, y ya para concluir, La añoranza feérica revitaliza el ensayo como género literario, mostrando cómo este puede ser un espacio de búsquedas y transformaciones, tanto para el autor como para el lector. Al adoptar una forma híbrida que combina la reflexión crítica, la narrativa personal y la imaginación, nuestra autora logra no solo un libro profundamente erudito, sino también una experiencia de lectura que invita a repensar el ensayo como un género vivo y en constante expansión. Como un portal que nos abre el sendero a la magia. El camino de un regreso. 

Cristian Cristino

(1982) Es escritor y dramaturgo. Ha desarrollado su trabajo en narrativa, teatro y crítica cultural, con publicaciones en medios como Toda la Cultura y Galaxia Viral. Su obra ha sido reconocida con premios y becas, destacando la novela El fallo muscular (Noctámbula, 2021) y el poemario Los retornados (Fondo del Libro y la Lectura). En teatro, ha estrenado obras en espacios como el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos y el Teatro del Puente. Actualmente, co-coordina el proyecto de mediación lectora “Leo Compartiendo” y estudia Filosofía en la Universidad de Chile.

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