Libros Peludos: Historias que erizan los pelos
Bajo la sigla LIJ se agrupa a, la siempre vigente y pujante, Literatura Infantil y Juvenil. Fenómeno por sobre todo editorial que, hasta podría contradecir una de las mayores alarmas mundiales, en relación al déficit de lectura. Aunque con todo, dichas cifras apuntan a un llamado mundo lector en retirada, no tiene por qué referir ni afectar a los niños y jóvenes. Justamente, porque nadie es culpable de lo que no sabe, sino de lo que no hace. Rango que deja por fuera a estos novatos y lectores en potencia. Y si decimos «lectores en potencia», por supuesto, acusamos a la labor que compete a los adultos, padres y profesores que conforman su entorno, y que son los principales modelos y garantes de la creación del hábito y del amor por los libros. Suena romántico y hasta cursi definirlo en estos términos, pero es lo que describe la reacción de ciertos adultos, ante el llanto y/o el aburrimiento de un niño: ponerlo frente a un televisor o computador o bien pasarle un libro. Y más todavía, dentro de esa misma salida, ver junto a él televisión, un video interactivo, o leerle un libro. Está demostrado que muchas de las habilidades que un niño en edad escolar logra consolidar, como la lectura fluida y el manejo del vocabulario, han tenido su sustrato en la mediación temprana de un adulto. Que un niño lea bien en 3° básico, obedece a que antes de que este hablara se comunicaban con él como un ser humano y no como un ser desvalido de toda forma de comunicación. Las cifras de lectura que, críticos o no de la medición SIMCE de 2° básico, nos revela como información que dentro del tramo de los 6 y 7 años, uno de cada cuatro niños no comprende lo que lee.
Libros para niños sensibles y pensantes
Atento a ese contexto, algunas corrientes de la llamada LIJ han destinado esfuerzos en generar un corpus de obras, títulos, formatos y estéticas, que consigan captar a esos noveles lectores. Una industria editorial que ha dispuesto soportes y recursos que también los aparatos estatales han sabido recoger como parte del fomento, tanto en campañas de difusión, así como realizando implementación de bibliotecas de aula y públicas durantes estos últimos años. Ya hemos escrito en otros momentos sobre esto, y viene siendo tiempo de que, dejando a un lado esta situación mundial -ya no digamos local del déficit lector- nos hagamos cargo de los contenidos. Porque en ellos estriba gran parte de los factores que hacen que un niño sea o no un lector. En ese sentido, la tradición aflora, y solemos pensar que un cuento para niños debe dejar una enseñanza, por ejemplo. Pero, debemos decir que como primera lección, esto no siempre debe ser, ni tampoco es así. Bien lo confirmó Esopo, hace tres mil años, con sus fábulas, toda la tradición clásica (Andersen, los hermanos Grimm, Perrault) hasta marcas registradas como Roald Dahl, Anthony Browne, Maurice Sendak, o la apuesta gráfico-literaria de La melancólica muerte de Chico Ostra, del realizador Tim Burton, al abrir sendas por las que vienen transitando, desde hace algún tiempo, autores e ilustradores que reconocen, primero en su condición de lectores, el niño que fueron y que ahora como adultos creen poder incidir en las nuevas generaciones. De ese camino, al gran número que inunda los estantes de nuevos mundos y títulos de la LIJ, queda bastante por conocer, revisar y valorar. Quizás porque lo único cierto es que: estamos ante niños sensibles y pensantes, y eso nada tiene que ver con la tradición, sino más bien con el contexto de su crianza, las posibilidades que se le presentan y la motivación que se inyecta en su educación tanto formal como informal.
Libros peludos: Desde Dinamarca a Chile
Nuestra editorial LOM lleva bastante tiempo haciéndose cargo sin mayor pretensión ni propósito que satisfacer la necesidad lectora de los más pequeños, pudiendo participar del fomento a la lectura, dentro de las políticas públicas, con sus antologías y compilaciones que la ponen en las filas donde se debate sobre el mundo lector, dentro o fuera de la sigla que nos convoca LIJ, y buscando así cubrir tanto los llamados textos literarios como los no literarios.
Este año se ha iniciado una nueva colección, Libros Peludos, para dar cabida a una serie de escritores e ilustradores de Dinamarca –una verdadera escuela de tradición y fogaje creativo– que ha puesto en circulación historias que, literalmente, ponen los pelos de punta. Acaso porque, como se sabe, incluso muchas de las historias de H. C. Andersen no correspondían precisamente a los happy-end que nos presentará la empresa Disney.
Por su lado, los títulos: Pedro Paff, La últhima obortunidat y Angelson H y el ultimátum, respectivamente, son historias que cruzan la desolación del mundo infantil enfrentados a la vida real más cruda. En tiempos en que se ha puesto de moda el anglicismo bullying, encontramos claras muestras de matonaje en el barrio, formas de discriminación sexual; incluso, el abuso de poder por parte de quienes deberían educar y preparar para la vida a los más pequeños: sus profesores. Por último, una tira jocosa y agudamente irónica, sobre los últimos siete días que entrega Dios a su ángel tutelar para que salve a la Tierra del colapso. Pero nada puede salir peor, ya que el ángel junto con descubrir que la Tierra no tiene salvación, encuentra algo parecido a la felicidad, compartiendo con gente sencilla, humilde y demasiado conciente de que solo las relaciones humanas pueden llegar a hacer la diferencia.
Libros Peludos, son textos con una alta factura de producción, cuidada gráfica, un formato innovador y atractivo para la lectura adolescente, y que con la brillante traducción de Camila Bunster, se empeñan en transferir parte de la cultura escandinava y trasladar expresiones y giros verbales al mejor español chileno. Todo esto hace que, esta apuesta de LOM Ediciones, se convierta en un claro gesto reivindicador de una literatura para jóvenes que saben cuánto de sus propias vidas puede verse retratado en un libro.
1 comentario
Gracias por lo de «brillante»!
Efectivamente libros con enseñanzas maravillosas para niños y también para los adultos! A mi el Angelson H me encanta!