Foto anónima. Terremoto de Valdivia. 1960
Piedras y fósiles
Nombre de piedra
1
Te bauticé con nombre de piedra:
por eso fuiste tumba
y cimiento.
2
Una tarde mientras limpiábamos frijoles, encontramos una piedra que terminó en el suelo. No sembramos un frijol, sino una roca. Así se forman los hogares, me dijiste. Y yo pensé en todo lo que destruyen las piedras.
3
Coloqué un marco roto en la pared
como un presagio de nuestro amor.
La fotografía era hermosa:
las grietas de esta casa.
4
Cuando era niño aprendí
a descifrar el andar de las hormigas.
Supe que cargaban el peso del mundo
cuando en la pared dibujaron una grieta
y la casa se cayó a pedazos.
*
Carritos y dinosaurios
Mi sueño siempre ha sido
montar al lomo de un dinosaurio,
pero ellos murieron hace mucho tiempo.
Sin embargo, me queda la nostalgia del petróleo
y el consuelo de los automóviles:
el motor imita su rugido
y la gasolina intuye,
apenas, su sangre.
*
Las flores
Mi abuela sembró flores en el patio
para embellecer un poco al mundo.
A mí me gustan porque alimentan a los insectos
y todavía hacen reverencia al viento y al sol.
Además, guardan en sus raíces
el misterio de los dinosaurios
y de los fósiles.
Pienso en que las flores son
una buena forma de honrarlos.
*
Viejos fósiles
En mi jardín unos dinosaurios juegan,
saltan, corren, persiguen su cola
y se confunden con árboles
prehistóricos.
Mi madre los observa desde la ventana.
Mi vecino, sin embargo,
no comparte mi entusiasmo:
jugando futbol los condena al olvido.
Allá va la pelota, veloz,
para derribarlos y extinguirlos.
Algún día le contaré a mi hermano.
Le diré
hace muchos años
existieron los dinosaurios de plástico.