Foto: Nicolás Slachevsky
Poesía sin desperdicio + Cascajo (selección)
Sobre Cascajo, de Manuel Illanes; México, Ediciones Bon Art, 2022.
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De los deshuesaderos de la periferia de la capital, del espectáculo que ofrecen coches desvencijados, enterrados en la nada, como un espejismo de nuestra imaginación, o la basura que se acumula por tiempo indefinido en montículos de materias inertes, toma su aliento cuasi profético este poeta para armar un discurso que, “como el parabrisas / de un carro / tras un choque”, deje caer sobre nosotros sus vidrios cortantes hechos palabra. Y el lector que tema ser dañado por una cascada de cascajo tras un derrumbe, que no se acerque, pues es seguro que no saldrá ileso del tránsito por este poemario. Pero de esa incómoda experiencia nace la promesa que estos versos cumplen de obrar sobre nosotros como “tratados / de piromanía”: encendiendo llamaradas en la visión, redescubriendo la desolación de un mundo que reconocemos en su extrañeza. Manuel Illanes, joven poeta nacido en Chile, habitante de Tláhuac, Iztacalco y Tlalnepantla, quien ha sido reconocido con una mención honorífica en el VII Premio de Literatura, Ciudad y Naturaleza “José Emilio Pacheco” por este libro, entra pisando fuerte con esta poesía nacida de los desechos humanos y materiales, los cuales consigue enfocar para acercarlos al lector usando un estilo que combina técnicas cinematográficas con cruces de discursos filosóficos y referencias culturales, que por el modo en que son tratadas también se vuelven visuales, partes de un escaparate poético con el que construye su observación dinámica de “realidades psicológicas”, a la manera de Sean Bonney, una de sus importantes influencias, y de Mario Santiago Papasquiaro, otro de sus modelos definitivos. Del primero deriva su proyección de ciertas zonas de la ciudad “que se extienden hacia atrás y hacia adelante en la historia, zonas que se unen para crear una ciudad nueva / invertida superpuesta”, óptica que materializa sobreponiendo a la periferia de la Ciudad de México la escenografía de una saga de ficción como Mad Max, la cual es combinada hábilmente con referencias bíblicas e injertos de vaticinios apocalípticos, que tanto desde lo fantástico como desde lo canónico se entrecruzan y afirman inesperadamente su sentido irreductible. En sus poemas convergen y toman la voz personajes de ambos ámbitos, y una aguerrida superviviente de la desolada tierra baldía como Imperator Furiosa, habla sola, luego de que la voz del profeta Ezequiel se ha dejado oír (“…dice que en la basura / está nuestro futuro. / Que habremos de vivir / entre el cascajo / como ardillas en un bosque calcinado”). Por otra parte, el sello de los “Consejos de un discípulo de Marx a un fanático de Heidegger”, poema paradigmático de Papasquiaro, se hace presente en el uso de recursos estilísticos, signos y diagonales, así como en las sentencias vertidas en mayúscula que interrumpen el discurso, pero más que nada, su huella se radicaliza en la absoluta certeza de su premisa básica: “En cualquier momento acontece un poema”, especialmente uno que ilumine la fealdad de este mundo para ofrecernos algo más. En ese punto es que se sitúa este poeta pepenador del cascajo, Manuel Illanes, dispuesto a “escombrar la lengua” con esta poesía del post-apocalipsis, nutrida de la filmografía de los holocaustos nucleares, atemporal y envolvente, que como el ángel del cuadro de Paul Klee —que Walter Benjamin volvió una imagen inmanente de nuestro tiempo— también da la espalda al futuro “mientras el cúmulo de ruinas crece ante él hasta el cielo”.
Cascajo es una pieza singular de poesía urbana que enriquece el panorama de la lírica de la Ciudad de México, en la cual se inscribe, con un trabajo que hace su aportación al repertorio poético de la urbe, donde nos trae de regreso a “la monstrua” que Eduardo Lizalde describiera en su Tercera Tenochtitlan, ahora convertida en una yerma “Ciudad de los Deshuesaderos” sobre la cual el poeta amplía la mirada. Y al igual que lo hace su ilustre antecesor, Manuel Illanes también recupera fielmente las resonancias bíblicas de los profetas que tomaron su voz para denunciar un mal que ha sido castigado con la destrucción, pero extiende todavía más su red de resonancias hebreas a lo largo del poemario donde salpican, junto a los ritos mexicanos, el olor a ruda, las veladoras y las flores de chicalote, imágenes de la “Sión de nuestros sueños” con “candelabros puestos sobre la mesa del desierto”, como haciéndole justicia al propio término ‘cascajo’ (חָצָץ,ָ jatzátz) cuyo origen también se remonta al Antiguo Testamento. Y aún más: nuestro autor recobra el eco de Jeremías quien clama por una ciudad cautiva: su Jerusalén destrozada, que es condenada por sus pecados; pero lo hace con un tono diferente al de su modelo precursor, invirtiendo la lamentación del profeta por una actitud de desapego y calma frente a lo que parece ser la representación de un paisaje en ruinas, sin final.
Este libro no solamente nos ofrece la vista de exteriores de las afueras de la capital como locaciones para un guión de cine, sino que a la par establece una tensión sostenida con momentos de silencio y violencia al interior de supuestos departamentos anodinos, en los que introduce al lector y desde donde reproduce escenas conflictivas, de impotencia, de ira y dolor contenido (“Hay tanta / materia oscura / en el silencio / interrumpido / del comedor”). Y este paso abrupto de la voz a la imagen y de la imagen a la voz, alcanza alturas impensables, por ejemplo, cuando de una palabra recogida del basurero procede la conversión esencial de su bagaje poético y ante nuestro asombro surgen los fémures que Paul Celan convirtiera en poema de la quintaesencia de Auschwitz. Y así el pepenador termina de transformar los desechos de la historia en señales fulgurantes para el camino, fogonazos que surgen de la misma cadena de poetas convocados para tejer un solo llamado de atención que opere de golpe sobre nosotros, como “incendios / de carcasas / de autos” que nos obligan a mirar lo que acontece en esta ciudad.
Y desde la escoria de los basurales, todavía nos asalta la belleza de una poesía sin desperdicio…
**
*
CASCAJO
(Selección)
por Manuel Illanes
CASCAJO
No sólo
la palabra
usada
en México
para indicar
basura.
No sólo
la pila
de escombros
que invade
el deshuesadero
de Avenida
La Turba
casi esquina
c/ Piraña
& que el Perro
& la pandilla
reducen
s/ fin.
No sólo
el altar
de la Santa
Muerte
c/ varios
cuerpos
de gallinas
decapitadas
& restos
que humean
enfrente.
No sólo
el breviario
de la maleza
sino también
el manifiesto
corrosivo
que acompaña
sus imágenes:
Akira
acelerando
p/ Canal
de Chalco
c/ los cerdos
atrás
de su moto
rugiente
balizas
encendidas
como veladoras
en la oscuridad.
G. Debord
montado
en el asiento
de una carcasa
de carro
quemada
mientras
conduce
a 160 km/h
como si fuera
Mad Max
cruzando
la Zona
Prohibida
sus aforismos
grafiteados
en las puertas
de la carcasa
ennegrecida
e inmóvil.
*
PORTBOU
El secreto está
en saber
que no vamos
hacia ningún
lugar cierto
Ezequiel
en subir
resollando
los peldaños
de la escalera
& preguntar
p/ una mujer
siempre ausente.
Aullar
a todos & nadie
desde la calle:
¿Has visto
a mi viejita?
El secreto
está en pararte
frente
a la puerta
de tu dpto.
& golpear
la madera
gastada
una &
otra vez
–¿vieja,
vas a abrir
o no vas
a abrir?–
c/ una fe
intacta:
la de que
tu mujer
abrirá
la puerta
& entonces
la zarza
ardiente
& entonces
el Sinaí
en la noche
vuelta estrella
de la revelación.
Fe de urraca
cercada
p/ el abismo
la misma
que guió
a W. Benjamin
p/ los caminos
sinuosos
de la frontera
entre Francia
& España
hacia
un pueblito
llamado
Portbou
donde sólo
lo esperaba
el NO
de la burocracia
el NO
de la policía
el NO
rotundo
del mundo
que es como
la puerta
que golpeas
c/ frenesí
Ezequiel
detrás
de la cual
imaginas
que aguarda
la zarza
ardiente
el Sinaí
en la noche
de la revelación.
*
EL TÍO BILL ALECCIONA A FRANCIS BACON EN EL DESHUESADERO-TÁNGER DE AVENIDA LA TURBA C/ PIRAÑA (CIRCA 5 AM)
La mordedura
de óxido
que deja
el tiempo
sobre la carcasa
que ahora
incendiamos
Francis
es el botín
que la realidad
nos roba
día tras día.
Un par
de bachitas
para empezar
la jornada
entre bolsas
c/ envases
de refresco
& lavadoras
destripadas.
Tonayan
& mona
sólo cuando
la luna
se ausente
del cielo
& seamos uno
c/ la sombra:
mucho más
que cráneos
escalpados
un poco
menos
que desahucio
reiterado
p/ la lengua.
Hazle caso
al Perro
sabe más
que todos
nosotros:
un pedazo
de mierda
sobre el pavimento
sigue siendo
un pedazo
de mierda
sobre el pavimento
c/o/s luz
c/o/s poema.
Esa navaja
histérica
que gime
s/ pudor
en el espejo
astillado
en el convulso
espejo
del alba
es tu rostro
Bacon
una mueca
que se pierde
como
una veladora
en la oscuridad
como
un grueso
brochazo
sobre la tela
de nadie
de nada
de esta
carcasa.
*
S. LEONE MONOLOGA SOBRE STALINGRADO EN ALGÚN LUGAR DE LA NOPA, TLÁHUAC
Porque, para ellos, un mundo justo es un mundo cuerdo. Pero Chernobyl no tuvo nada de cuerdo. Lo que ocurrió ahí, lo que ocurrió después e incluso el bien que hicimos. Todo. Locura.
Personaje de Valeri Legasov en Chernobyl
Dédalos
de escoria
abatidos
sobre
la orilla
congelada
del Volga
un malpaís
invadido
de metralla
& acechanzas
helados
maniquíes
entre los que
se ocultan
tiradores
cuyos aciertos
confirman
la sentencia
de Hobbes
el hombre
es un lobo
para… etc.
Qué encuadre
podría
dibujar
los paisajes
c/ ruinas
la obscenidad
del día
glacial
invadiendo
los cuerpos
ateridos.
Qué travelling
seguir
los movimientos
del miedo
abriéndose
paso p/
el cascajo
& los murmullos
de pardos
& bolcheviques
atrapados
como ratas
en ese desierto
s/ dunas.
Inútil
el montaje
cuando
CUANDO-
Una película
c/ fotogramas
ausentes
triturados
la reali—
*
DE POR QUÉ NO ESCRIBO POEMAS COMO B. BRECHT (ANTI-HOMENAJE)
yo debería
debería
pero:
Mad Max
camina
p/ Gallo
de Oro
platica
c/ el Perro
se van
a monear
al tianguis
pulques
& resplandor.
Max
baila
c/ pasos
de briago
una cumbia
en el sonidero
& luego
despedaza
biblias
para compartir
un gallo
c/ Keylor.
Max
entra
en los salones
de juego
la mañana
completa
acribillando
zombies
como avispas
atrincheradas
en un rincón
del techo.
Max
vende
películas
piratas
duerme
en el sillón
destripado
de Aída
mientras
el mundo
arde arde
como un carozo
sangriento.
MAX NADA
SABE DE TEBAS
allá están
todos muertos
MAX NADA
SABE DE TEBAS
allá están
todos muertos
MAX NADA
SABE DE TEBAS
ALLÁ
ESTÁN
TODOS
MUERTOS.
*
DISCÍPULO DE MANES
La literatura
es cascajo
estos días
de smog
& encierro
de ropas
agitadas
p/ la lluvia
de piedras
que fijan
calaminas
a los techos.
La literatura
es cascajo
& también
una raíz
a la que aferrarse
contra el—–.
Un vocablo
como otros
cuya brasa
escondo
bajo la lengua
que disimulo
entre guiones
metástasis
silenciada.
Quemadura
el aire
cuando
del cuerpo
sólo astillas:
falanges
húmeros
tibias
cráneos.
Quemadura
el aire:
túmulos
que los perros
de la noche
ocultan.
Colinas
de Santa Fe:
excrecencias
del paisaje.
Manes
dijo
El hombre
es un lobo
para el hombre
La muerte
es el maestro
de Alemania
Después
de Auschwitz…
Etc.
Manes
nada dijo
sólo arrojó
un puñado
de ceniza
a los ojos.
Puso a zumbar
el miedo
bajo la lengua.
Restalló en furia
c/ el abrazo
del mundo
su esplendor
satánico
reino de luz
& tinieblas
mezclados.
La literatura
es cascajo
una raíz
a la que aferrarse
contra el miedo.
Nosotros
pepenadores
entre escombros.
*
MANIFIESTO N°9 P/ UN ARTE CASCAJO
Entra & sale de una película
de Agnes Varda.
Recorre los tianguis
p/ las tardes
cuando la basura
se acumula en las calles
& rescata de entre las cajas
las bolsas
que repletan el asfalto
algunas frutas & verduras
para comer.
Puede ser un teporocho
un esquizo como un potro
desbocado p/ las voces
un cantor del sol en clave huitzilin
de alas tornasoladas
& rapidísimo batir
revoloteando entre quiotes.
O puede no ser más que otro habitante
de la Monstrua
Tenochtitlan hundida
que no deja de retornar
a su antiguo asiento
entre inundaciones & granizadas
de fines de verano.
DICE que en la basura
está nuestro futuro.
Que habremos de vivir
entre el cascajo
como ardillas en un bosque calcinado.
Pronto.
Dibuja corazones
en el polvo del camellón
mientras dice
tararea canciones c/ su voz de Él
su voz de Ella.
Porque no es un teporocho
ni un potro como esquizo
desbocado p/ las voces.
Es una reina que baila & canta
que recorre las calles
c/ su bolsa de yute
cargada de vegetales & frutas
los bolillos que ha comprado temprano.
Dice que la basura.
Dice que el cascajo.
IMPERATOR FURIOSA
es su nombre.
Dice que las semillas son lo único
que importa
que sólo ellas pueden salvarnos
de Aniquilación.
Guarda
en los bolsillos de su pantalón
algunos granos de maíz
que mira cuando está cansada.
DICE.
DICE.
Canta & baila
dibuja corazones en el camellón
mientras entra & sale
de una película de Agnes Varda
& se hace imagen
carne en las calles.
Ella
espigadora entre espigadores
pepenadora en los escombros.