Soy yos, antología personal (1996-2006)
Soy Yos, es una selección personal de la poeta, artista y cineasta Cecilia Vicuña, realizada junto a Naín Nómez. Juntos recopilan 40 años de trayectoria poética de la autora. Esas 4 décadas de producción poética se signan desde la dedicatoria: Para mi amor y nuestros desaparecidos.
Entiendo por desaparecidos no sólo a aquellos que ofrendaron su carne clase baja y mediera como sacrificio para detener la depredadora política de explotación de los más pobres, sino también a los que desaparecieron simbólicamente, los borrados, los parias de los albores del neoliberalismo. Los expulsados del sur, que tuvieron que comenzar a construir un yo otro, expulsados del infierno y sometidos al desarraigo.
Soy yos, en cada una de sus publicaciones va perfilando ese yo poético heraclitiano que comienza su trazo con Sabor a mí, construyendo una escritura poética que no ha cesado de indagar y bucear en la percontari (pregunta) del asunto de la poiesis.
Sabor a mí, fechado en Londres, en 1973 es un libro que habla de la muerte, que no teme nombrarla, ni desearla, ni descartarla de la mirada poética. La poeta versa: No quería hablarte de la muerte, pero ya que la temes tanto ¿Cómo no voy a hablar? Y más adelante nos sorprende con otro certero verso Naciste del cruce de tu madre con la muerte, ni siquiera en la infancia habrás sido rosada.
Palabrarmas (palabra arma) fechado en Buenos Aires en 1984, me recuerda a Celaya y su famoso poema “La poesía es una arma cargada de futuro”.
Pero la de Vicuña está cargada de pasado y su carácter activo, por renuncia a la introducción, a la cita, y donde el poema ocupa la totalidad del objeto libro, lanzándose a solas al verbo…Palabrar o palabrir. Mil interpretaciones metafóricas acuden enseguida a la cabeza corazón, primerizas, antojadizas, selectivas, en fin. Podrían sonora y simbólicamente ser traducidas de manera infiel como taladrar, ladrar, abrar, o palabrir como una cita a Lira, a la metapoesía interesada en temas desde el conflicto social hasta la deconstrucción de la multiplicidad de las formas de relación en el deseo de las palabras.
Hoy día, este año, que pasarán también a ser devorados por los ávidos labios del tiempo, cuando habitamos la multiplicidad de lo múltiple y donde el yo individualista no ve el reflejo de los yos que o no tienen lugar o les ha sido expropiado dentro de esa multiplicidad.
Los versos de Vicuña resuenan como un recuerdo: Palabra es pala y abra para que entre la Luz.
Vicuña, en Palabrar rescata un conocimiento antiguo y olvidado, resucita en el pensamiento poético de todas las épocas, bucea en las aguas de la poesía poniendo en jaque realidad mentira verdad. Levantando insistentemente esa pregunta esencial que compete a toda poesía que se piensa a mí misma y a su época. Tomando como referente a la poesía que no emana de lo no canónico, sino la poesía que surge para la poeta del pensador nahualt, o sabio y la relación entre ixtli (rostro) y la palabra griega prosopón (cara) a través del reflejo y ese odio que para la poeta es amor bifurcado.
El recuerdo como camino de iluminación
La Wik’uña fechado en Chile en 1990, a finales de la dictadura de Pinochet, inaugura el poema con la cita de Lezama Lima: “la luz es el primer animal visible de lo invisible”
Su Primer poema “Iridiscente”, comienza levantando la pregunta:
¿A dónde van los suaves innúmeros? ¿Apiñándose en haz? La relación entre el ojo y sus piezas y partes que proporcionan la capacidad de ver: el Iris, la membrana circular del ojo e Iris la diosa del arco que dejaba una estela arco iris como trazado de vuelo, la hija alada de Electra que abandonó el Olimpo para cumplir su rol de mensajera, la relación de éstas imágenes confluyen y se yuxtaponen con el Canto del Colibrí, de los indígenas Chiripá autodenominados también nahdeva: Los nosotros, citado por la autora, nos dan una perspectiva de los terrenos expropiados donde la poeta piensa su trabajo escritural en relación a otros pensamientos que han sido desechados en la multiplicidad capitalista.
Tal vez por eso la poeta usa el quechua Wik’uña que concibe como un hilo sin traducción para referirse al mamífero camélido que habita el altiplano andino, y para indagar esta vez no sólo en la palabra y sus antiguos significantes, sino y al mismo tiempo en el/los significantes de la lengua quechua, y el conocimiento ancestral andino.
Vicuña, se adentra estremecida de sed a ese territorio de cuatro patas del animal de la poesía: “Bá surame” dice la hablante, “Sura en mi, Ven a surear, Séme sur”.
La relación entre sur, huelgas, luz, y el recuerdo como camino de iluminación. Entendiéndose iluminación como resplandor que difumina las sombras entre la presa y el predador. Entre Nacer y morir, versa la autora, donde se halla el fundamento de la igualdad.
Samara/El Templo, fechada entre los años 1987 y 2001 entre Roldanillo y Nueva York, se inicia con la sentencia: “La poesía es una afinidad suprema con el habla del mundo. Habla en el sentido de respiración secreta. Aspiración y expiración, palpitar del mundo en un lenguaje de percepción”.
Cada palabra de la infinitud de ellas, que Vicuña recoge para su templo contiene una cosmogonía latinoamericana. Para la palabra Cruz, Vicuña define: Cruz es el sur y cómo duele. El templo es el tiempo versa la hablante. No puedo dejar de recordar la “Oda al tiempo”, de Neruda que versara sobre él:
“ y con sus mismos dedos invisibles
borré la identidad que nos separa
dándonos la victoria
de un solo ser final bajo la tierra.”
La poeta mexicana Rocío Cerón afirma que “Un poema es un sistema cerrado de relaciones de espacio, tiempo y lenguaje. Sin la exposición temporoespacial no existiría el pensamiento abstracto. Cada poema es parte de un gran y complejo poema, donde cada uno de éstos es eslabón de un inmenso discurso poético en tránsito. Esta transitoriedad, indisociable del hombre, tiene como espejo la experiencia de la poesía.
En Vicuña esta experiencia poética se evidencia con la publicación de Soy yos, una obra reunida en 40 años de escritura y experiencia poética de una poeta que comenzó públicamente su oficio a fines de los convulsos años 70’. Y como diría Stella Díaz Varín, el comienzo de los años del Asco en Chile.
Palabra e hilo, fechada en Edimburgo 1996. La palabra es un hilo y el hilo es lenguaje. Con este verso la poeta nos introduce aún más profundamente es su universo. “Hablar es hilar y el hilo teje al mundo”. Con este libro Vicuña bucea en los significantes desde el latín al quechua. Haciéndose cargo de la función de significar y devolverles su lugar de origen a las palabras. Origen, ombligo, raíz, hebra, tejido, telar, tensión, lengua, trenzar son ejecutadas con la misma sonoridad del silencio de un hilo que se hunde y reaparece para soñar sobre un tejido de Wik`uña.
Cloud-Net (escuchar), Nueva York 1999 e Instan/ I tu, escrito entre Barkeley y Buenos Aires entre los años 2002 y 2004 trabaja con los elementos antes expuestos: Luz, sonido, lenguaje, poesía, “el silencio y el ruidito del lápiz” español e inglés esta vez son las lenguas que trenza Vicuña. “Las fábulas del comienzo y resto del origen”
El tiempo y la contemplación de la lengua, parecen ser para Vicuña de una importancia relevante. Tiempo y memoria, memoria y littera. Cito:
“Dialogar con lo que no es palabra al interior de las palabras crea la unión. Versa la hablante. Conciencia como el templo del instante. Continuidad como movimiento del am del amor.”
Soy yos, de Cecilia Vicuña, también contempla en su selección algunos poemas no recogidos en el libro. Es decir, trabaja también con su antónimo: El abandono. Esta operación no es sólo antilírica sino y también, subversiva. En Soy Yos, Des pedida.
Le da la voz creo, pienso, luego erro, a la cantora tucumana, bagualera y pastora de cabras, Gerónima Sequeida: Des pedirse es dejar de pedir. Sentencia la hablante
O dejar de pedirse completaría en una multiplicidad de sentidos que la poeta me abre como lectora al partir las palabras en divisiones fonológicas.
La introducción de un breve dixionarió completan la constelación de palabras que la poeta utiliza como herramientas. La ante penúltima Grammaticar: del griego gramma, rasguñar, escribir y pintar.
El nudo que acerca la estética y política de la poesía de Vicuña con la estética y política de las culturas que están desapareciendo. Acunan orígenes culturales y el origen de la palabra y su sonido en un canto parecido al de una india en mitad del desierto, parecido al del pescador artesanal, parecido al peón no culturizado destinado a desaparecer en el silencio de un hilo del que pende la memoria: La poesía como versa Vicuña: “una historia de las palabras sería una historia del ser”. La historia de un poema mayor que nos recuerda ese hilo roto entre el yo poético, el yo autoral y la multiplicidad de yos que habitamos más allá de nuestra vencida conciencia citadina y mestiza.
Presentación del libro, Santiago, 19 enero 2011.