Página del diario ilustrado de Taiji Yamaga
Yamaga: Samurai del anarquismo
El siguiente artículo fue transcrito del número 71 de marzo-abril de 1971 en la revista libertaria Reconstruir (Buenos Aires). El antecedente de la Editorial Reconstruir es la fundación del periódico (1946) y la revista (1959) del mismo nombre. Reconstruir nace como periódico y amplía su tarea hasta constituirse en una editorial. Posteriormente, la desaparición del periódico y la revista no produjo la disolución de la editorial, que pasó a convertirse en el sello de la Federación Libertaria Argentina hasta nuestros días. La transcripción y edición de este texto estuvo a cargo de Tomás A. Pacheco Márquez.
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La vida sabe, en repetidas ocasiones anticipar ciertos hechos con síntomas anunciadores. Quizá sea en base a ello que el oficio de Casandra1 no termine de desprestigiarse totalmente. Yo acabo de sufrir esta experiencia que tiene un punto final muy triste: la muerte de Taiji Yamaga.
El harakiri del fanático Mishima2, del cual se ha ocupado toda la prensa mundial pretendiendo ver en ello la inestabilidad de la sociedad japonesa, a pesar de su agresividad amenazante en el mundo de la economía, me proyectó sobre las inquietas páginas de otro suicidado nipón: Akutagawa Ryūnosuke, suficientemente conocido en Occidente después del éxito de aquel film antológico, Rashomon. Ha sido en medio del mundo de los Kappas, estos seres imaginarios de la rica leyenda japonesa, actualizados por Akutagawa para ofrecernos la caricatura del mundo contemporáneo, que la carta del amigo Miura me ha sorprendido. El día 6 de diciembre, amaneciendo, Yamaga exhalaba su último suspiro.
Había luchado, durante nueve años, contra una muerte desesperadamente insistente. La apoplejía creía haberlo herido de muerte y sólo pudo derribarlo sobre el tatami3 de su humilde casa de Ichikawa. Contrariamente a los apóstoles del suicidio, a los kamikaze sin causa, Yamaga se negaba a abandonar la lucha, y los anarquistas japoneses, hasta el último momento, iban a discutir con él las tácticas del movimiento libertario nipón. Es así que cuando en el archipiélago del Sol Naciente se decide, para diluirse en el estudiantado y en el proletariado —en estrategia no del todo comprensible para nosotros, los occidentales—, la disolución de la Federación Anarquista, el comunicado especifica, bien palmariamente, que Taiji Yamaga también había sido consultado, y que su parecer era convergente con el opinar mayoritario.
Su filosofía era dinámica, optimista y joven. Su vida fue armónica con su pensar. El profesor de optimismo que Casona nos pinta en Nuestra Natacha4 es un pigmeo intrascendente frente a Yamaga. Este anarquista japonés —es cierto que la educación nipona juega su papel en ello— se imponía el inmutable deber de no causarle pena al amigo y cuando lo arrinconé, en cierta ocasión, sin escapatoria posible, y lo forcé a hablarme de su único hijo, me narró su muerte en Filipinas con la sonrisa en los labios. Su compañera, Okusan, más débil y madre además, no pudo contener las lágrimas y Yamaga se vio obligado a excusarla: “La mujer es un ser débil”. Schopenhauer y Nietzsche, ya lo sabíamos, también habían introducido sus opiniones en el Japón5.
Yamaga integraba, junto con el indostánico M. T. Acharya6, el binomio más descollante del anarquismo de los últimos tiempos en el Asia. Se puede afirmar, también, sin miedo a discrepancia alguna, que la antorcha del anarquismo en el Japón, protegida furioso viento de la reacción por un muro de anónimos multitudinarios, ha llegado hasta nuestros días brillante y magnífica debido, en muy principal modo, a la trilogía integrada por Kotoku, Osugi y Yamaga.
Yamaga fue el precursor del Esperanto en el Japón; el colaborador del anarquista chino más trascendente del Chung Kuo: Shi Pho, con el que colaboraba en la redacción de Ming Sing (La Voz del Pueblo) que éste editaba en Shangai en 1913; un tiempo después Yamaga se convierte en profesor de Esperanto e historia social, junto con Sanshirō Ishikawa7, de la Universidad del Trabajo de esa populosa ciudad… El dinamismo de Yamaga se refleja en todas las actividades y en todas las coordenadas geográficas del Extremo Oriente y cesa tan sólo con su muerte.
Su vida ha sido sufrimiento y tragedia, por lo que uno se pregunta de dónde sacaba su optimismo y su apacible carácter. Su templanza era oriental, de acuerdo, pero es en Oriente, precisamente, donde el pesimismo tiene su asiento. Los países de multitudes ciudadanas, como China, Japón, India, la península indochina, Indonesia, alcanzando puntos de explosión demográfica de 30.000 habitantes por kilómetro cuadrado, como en Hong Kong, son cultivo fácil del desaliento. El optimismo no se concibe en los hogares humildes con muchas más privaciones que en los hogares humildes occidentales. El arroz es inferior al pan y la paja del jergón sobre el camastro apenas más cálida que el suelo desnudo.
Al campo revolucionario se llega por la rebeldía y por el temperamento. Los menesterosos suelen ser lo que transitan por el primero de los caminos. Muchos se quedan en un alto del mismo y otros, ya menos, pasan a ser revolucionarios. La presencia de miembros de los estratos sociales encumbrados en el seno de las organizaciones revolucionarias, llegados hasta allí por razones obviamente diferentes a las de los trabajadores manuales, se explica como resultado de temperamentos incompatibles con la injusticia, capaces de concebir una sociedad más justa, y sufrientes, por otra parte, del actual estado de cosas. De ahí el “Presente”, en las filas anarquistas, de príncipe y descendientes de la nobleza como Kropotkin, Bakunin y Malatesta —Achayra, como su nombre lo indica, pertenecía a la más encumbrada de las castas hindúes: la de los brahmanes—, fenómeno que no se registra en las otras toldas de la izquierda revolucionaria y sobre el que no se ha dedicado excesiva atención por parte de los estudiosos.
Taiji Yamaga fue rebelde y de allí pasó al anarquismo con facilidad, sin violentar ninguna fibra de su temperamento. Nacido en Kyoto, capital durante mil años del hermético imperio nipón, el 28 de junio de 18928, Yamaga sufrió el acoso del más oscurantista ambiente de Mikado9, un régimen que prohibía rígidamente el acceso al país del extranjero, y que, al mismo tiempo, condenaba a muerte a todo japonés sorprendido en flagrante intención de huir del mismo. Contrarrestando este medio ambiente reaccionario el hogar Yamaga trataba de abrir ventanales a los aires progresistas y para ello Zembrei Yamaga, su padre, no halló mejor camino que el de fundar una imprenta. La primera imprenta de Kyoto fue la de la familia Yamaga. Esto ocurría en 1874. El hermano mayor de Yamaga, Seika10, siguiendo una costumbre universal y menos torturado por las inquietudes que Taiji, continuó, con ligeras variantes, la profesión familiar abriéndose camino entre los medios de la ilustración y la plástica de Kyoto como uno de los más cotizados en el ramo. El padre de los Yamaga, en altos y bajos constantes, vio la quiebra de su imprenta, ingresos y despidos intermitentes en la escuela confuciana en la que ejerciera como maestro y murió dejando un legado de excelentes poesías, al decir de los críticos, en la métrica clásica japonesa del Haiku.
En Occidente estamos acostumbrados a codeamos, en los medios anarquistas, con vegetarianos, esperantistas, nudistas, idistas, crudivoristas que llegan a afirmar que es condición sine qua non, para la proclamación del anarquismo, el que, previamente, los revolucionarios renuncien a comer carne, hablen el idioma universal o se despojen de sus vestimentas. Yamaga abrazó el Esperanto desde muy joven, al extremo que en 1907, contando sólo con 15 años, ya era secretario de la Japana Esperantista Asocio. Fue, posiblemente, el camino que lo condujera a las ideas libertarias puesto que es en la agrupación esperantista que Yamaga conoce y logra la amistad de Sakae Ōsugi, la figura de mayor relieve, dentro del anarquismo nipón, después de Kōtoku. Sin embargo, Yamaga deslindaba siempre, con hitos bien precisos, lo que era anarquismo y lo que era esperantismo, tratando de no incurrir en una deformación interpretativa como ya hemos señalado que ocurre en el hemisferio occidental.
Lo mismo podríamos decir con respecto al pacifismo. Yamaga pertenecía a la sección japonesa de la War Resistermen International (WRI) [sic], entidad de mucho prestigio en el único país en que la bomba atómica fuera “ensayada”, y ello dos veces seguidas. Es como delegado a dicha institución que se encuentra con destacados anarquistas, también integrantes de la WRI, tales como Tony Smythe y Hem Day, en la localidad de Gandhigram, en la india, en 1960, con motivo de la celebración del X Congreso de la WRI.
Es innegable que hay una estrecha relación, más que con el Esperanto y mucho más, sobre todo, que con el vegetarianismo, entre el pacifismo y el anarquismo, y aquél entraña, además riesgos físicos extremos por la persecución enconada que deben sufrir los objetores de conciencia. No obstante, en Yamaga había observado siempre un recato que fungiendo de muro inexpugnable, separaba drásticamente su anarquismo de su esperantismo y su pacifismo.
En cuanto al vegetarianismo, el japonés suele serlo por obligación debido a que sus islas, saturadas de seres humanos, no dejan lugar para reses, corderos o puercos. Existe ganado en la lejana isla de Hokkaidō, al norte del archipiélago, pero su carne es prohibitiva para las multitudes por el alto costo de la misma. La única transición posible, debido a la exigencia de proteínas reclamadas por el organismo, es el pescado, del que el japonés hace gran consumo. Yamaga, un japonés más, no tuvo que renunciar, como el occidental “converso”, al bistec y al embutido. La única comida nipona con retazos de carne, el sukiyaki, es la que menos come el japonés. Se diría que fue inventada para los turistas.
Yamaga fue un gran caminante también. El Japón era demasiado minúsculo para su sed de horizontes y si esta sed no bastara allí estaba la tiránica tetralogía integrada por el Gumbatsu (militares), Kambatsu (la burocracia), Monbatsu (Corte y aristocracia) y Zaibatsu (capitalismo industrial)11, causantes directos de la muerte de Kotoku y once anarquistas más en 191112, de Ōsugi, su compañera y el pequeño sobrino en 192313, así como la de muchos revolucionarios más, anónimos, pero igualmente peligrosos para el Mikado en período de expansión territorial a expensas de China. De ahí la presencia de Yamaga en Formosa, en Filipinas, en Corea y, sobre todo, en China, donde permaneciera varios años militando fervorosamente al lado de los anarquistas chinos. La fuerza represiva del Mikado quedaba diluída cuando debía proyectarse más allá del archipiélago y Yamaga aprovechaba la circunstancia para proteger una libertad, y una vida, absolutamente amenazadas en Tokio, Kyoto o cualquier ciudad japonesa.
Al poco tiempo de terminar la Segunda Guerra Mundial los libertarios del mundo empezaron a recibir en forma periódica y seguida, el órgano de la Federación Anarquista Japonesa, Heimin Shimbun14, cuyo primer número se remontaba a 1903. cuando fuera creado por Kōtoku y Toshihiko Shakai. El periódico se hallaba en su enésima época, tres de sus directores —Kōtoku, Umpei Morichika y Ōsugi— habían sido asesinados por el ejército o la policía nipones, pero era un Ave Fénix que el sable no podía acallar y allí estaba de nuevo, reafirmando su condición de permanente, a despecho de todos los regímenes. El periódico se editaba en forma rotatoria, es decir, unas veces se imprimía en Fukuoka, en el Kyūshū sureño, otras veces en Osaka, en Kyoto, en Kōbe, en Nagoya y, naturalmente, en Tokio. Indistintamente de esta rotación, el remitente que podíamos observar los que lo recibíamos en el extranjero era siempre el mismo: T. Yamaga, 263 Nakayama. Ichikawa Shi, Chiba Ken (Japan).
Otra particularidad del envío era la presencia de una hoja, acompañando al periódico propiamente, que, escrita en esperanto, resumía los trabajos publicados, indescifrables en su escritura katakana15 y los caracteres ideográficos chinos. Esta hoja —reemplazada en los últimos tiempos por otra redactada en francés o en inglés, gracias a los cuidados del último secretario de la FAJ, Agustín Miura— la imprimía Yamaga gracias a una minúscula imprenta —el morbo del arte tipográfico se había afincado fuerte en las generaciones de los Yamagas— que ocupaba un modesto rincón de su exigua morada de los aledaños de Tokio. El Heimin Shimbun (Periódico de la gente común), por decisión de la Federación Anarquista, pasó a ser el Kuro Hata (corriente negra)16 porque la disolución de las castas —daimyo (señor), samurai (guerrero), heimin (gente común), además de un fuera-casta o eta— impuesta por la occidentalización del régimen por parte del emperador Meiji, descartaba el título original concebido por Kōtoku. El Corriente Negra pasó a ser Federación Libertaria pero en todos los casos la hoja de resumen iba siempre acompañando al ejemplar propiamente.
La extraordinaria red de corresponsales que Yamaga se había tejido a lo largo de su largo militar ácrata fue menguando poco a poco. Imposibilitado de escribir, tenía que renunciar a sus amigos desperdigados por todas las coordenadas del mundo. Todos los años, al llegar junio, le escribía unas breves líneas junto con el signo ideográfico chino “kotobuki” (salud!) que Yamaga mismo me había enseñado a trazar. Había algo de paradoja amarga, habida cuenta de su estado físico, en este signo complicado y bello pero el mismo encerraba algo más que un gran deseo de que continuara viviendo, como era su firme empeño, ya que entrañaba algo de homenaje del discípulo hacia el maestro, de evocación de unos días intensos vividos en peregrinaje de los dos por todos los caminos del Japón, de un mensaje, en fin, que a través mío los libertarios de Occidente le mandaban.
El último de estos homenajes ya quedó sin respuesta. Durante nueve años, a pesar de su enfermedad, Yamaga fue capaz de contestar con breves y temblorosos rasgos, al saludo anual. Su voluntad llegó al límite. Esperó la aurora para dejar un mundo que quería, como gran humanista que era, pero contra cuyas estructuras había luchado desde que era un mocoso. Fue un “samurai” del anarquismo y su “bushido” —la ética del “samurái”— un tratado perfecto de humanismo, comprensión, esfuerzo, lucha y sacrificio.
Disuelta la Federación Anarquista Japonesa, por voluntad de sus propios miembros y desaparecido Yamaga de las filas libertarias niponas, uno debería abrigar ciertos temores sobre la suerte del anarquismo en el Extremo Oriente. Creo, sin embargo, que dichos temores no tienen justificación. Al Heimin Shimbun siguió Jiyu Shimun (Ciudadano Libre) y a éste el Kuro Hata. Siguió la Federación Libertaria cuyo fin coincidió con el de la FAJ. Ahora estamos en posesión, ya, de los once primeros números de El Libertario, obra, mayormente, de Agustín S. Miura. Kou Mukai, en Himeji, sigue consecuente su labor publicista y manifestante. El estudiantado es receptivo al impacto de las ideas libertarias.
“Nuestro movimiento —escribe Miura al final de la carta en la que anuncia la muerte de Yamaga— está ascendiendo y es de contentarse que Yamaga pudiera verificar tal hecho antes de morir”.
Si el anarquismo continúa librando su batalla en el Japón, los esfuerzos de Yamaga habrán sido recompensados.
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Notas
1 El oficio de Casandra se refiere a la capacidad profética de prever acontecimientos futuros, pero no ser creída o tomada en cuenta por los demás. El origen de este término proviene de la mitología griega, donde Casandra fue una princesa troyana dotada de una gran habilidad para predecir el futuro, pero que nadie creía en ella debido a una maldición impuesta por el dios Apolo que hacía que sus profecías nunca fueran creídas. Por lo tanto, el oficio de Casandra se utiliza para describir a alguien que tiene una gran capacidad de prever situaciones futuras, pero que no es escuchado o tomado en cuenta por los demás, ya sea por falta de credibilidad, prejuicios, intereses ocultos, entre otras razones.
2 Yukio Mishima (1925-1970) fue un escritor, dramaturgo, actor y cineasta japonés, considerado uno de los autores más importantes y controvertidos de la literatura japonesa del siglo XX. Es conocido por su estilo literario cuidadoso y meticuloso, su interés en la estética tradicional japonesa y su exploración de temas como la identidad, la muerte, el erotismo y la violencia. Además de su carrera literaria, Mishima también fue un activista político y social, y fundó su propio grupo paramilitar nacionalista, la Tatenokai, que abogaba por el renacimiento del Japón tradicional y el culto al emperador. En 1970, Mishima llevó a cabo un fallido intento de golpe de Estado y posteriormente cometió seppuku (un ritual de suicidio japonés) en público para protestar contra lo que percibía como la decadencia moral de la sociedad japonesa.
3 El tatami es un tipo de estera tradicional japonesa que se utiliza como suelo en las casas, templos y otros lugares. Está hecho tradicionalmente de paja de arroz trenzada y recubierta de una capa de tejido de algodón o cáñamo. El tatami se caracteriza por su forma rectangular y sus dimensiones estandarizadas, que varían según la región de Japón. Generalmente, un tatami mide aproximadamente 90 cm de ancho por 180 cm de largo y tiene un grosor de unos 5 cm. El tatami es una parte importante de la cultura japonesa y se utiliza en muchos contextos, desde el diseño de interiores hasta la práctica de artes marciales y la ceremonia del té. En las casas tradicionales japonesas, las habitaciones están diseñadas para tener una superficie de tatami y la medida de las habitaciones se hace en función del número de tatamis que pueden albergar. El tatami también se utiliza como base para el futón (colchón tradicional japonés), que se coloca directamente sobre el tatami para dormir.
4 Nuestra Natacha es una obra de teatro de Alejandro Casona en tres actos, estrenada el 13 de noviembre de 1935 en Barcelona.
5 Es sorpresivo este párrafo, teniendo en cuenta el rol de las mujeres al interior del movimiento anarquista, supuestamente no tan relegado al rol de cuidados como en la izquierda de la época en general. Habría que indagar este aspecto sexista de Yamaga o lo que declara Victor García de él.
6 Mandayam Parthasarathi Tirumal Acharya (1887-1954) fue un destacado activista político indio, conocido por ser del grupo fundador del Partido Comunista de India y su papel en la Conspiración Indo-Alemana durante la Primera Guerra Mundial. Acharya también estuvo involucrado en la fundación del Cuerpo de Voluntarios Indios en Berlín, con el objetivo de reclutar prisioneros de guerra indios de los campos de batalla de Mesopotamia y Europa. Después del final de la Primera Guerra Mundial, Acharya se mudó a la Unión Soviética y fue uno de los miembros fundadores del Partido Comunista de India en Tashkent. Acharya se sintió decepcionado con la Internacional Comunista y regresó a Europa en los años 20. Allí, se involucró con la Liga contra el Imperialismo y más tarde se unió al movimiento anarquista internacional.Desde Bombay, estableció correspondencia con el anarquista japonés Taiji Yamaga y el anarquista chino Lu Jinbao, lo que llevó a los tres a establecer contactos con la Comisión de Relaciones de la Internacional Anarquista. En los años siguientes, Acharya contribuyó a publicaciones anarquistas como Freedom en Londres, Tierra y Libertad en México y Contre Courant, una publicación anarquista en París.
7 Sanshirō Ishikawa (1876-1956) fue un disidente político y activista social durante la transformación rápida pero problemática de Japón en una nación moderna. Fue un cristiano, socialista y anarco-sindicalista japonés que tuvo influencia en el movimiento anarquista japonés durante el siglo XX. Escribió bajo el seudónimo de Asahiyama y fue colaborador del primer periódico socialista de mujeres japonesas, Sekai Fujin.
8 Algunos textos refieren su nacimiento el 26 de junio.
9 El término japonés Mikado se refiere a un antiguo título imperial japonés que se usaba para designar al emperador de Japón. Aunque en la actualidad el término no se utiliza oficialmente, todavía puede ser utilizado en contextos literarios o históricos para referirse a los emperadores japoneses anteriores.
10 Seika Yamaga (1885-1981) fue un artesano de teñido y tejido. Nació en la prefectura de Kioto. Su verdadero nombre era Kenkichi.Seika Yamaga, trató de seguir la profesión de su padre (tipográfico), pero le imprimió su propia variante al convertirse en el mejor artista de bordado y tapicería del país. Se pueden encontrar obras impresas que muestran su arte con la más perfeccionada policromía tipográfica. Seika, fue uno de los artistas más calificados, en la actualidad, en las artes plásticas kyotenses
11 En Japón, el término zaibatsu se refiere a un gran grupo de empresas que están presentes en prácticamente todos los sectores económicos y que se caracterizan por su estrecha relación financiera y empresarial. Las compañías que pertenecen a un zaibatsu suelen tener una participación cruzada en el accionariado de otras empresas del grupo.
12 El Incidente de Alta traición en Japón ocurrió en 1910 cuando la policía descubrió materiales que podrían ser utilizados en la elaboración de una bomba en el domicilio de Takichi Miyashita, llevando a la detención de varios cómplices. A través de los interrogatorios, se descubrió lo que la oficina de la fiscalía definió como una conspiración a nivel nacional contra la monarquía japonesa. 26 personas fueron llevadas a juicio y 24 de ellas fueron condenadas a pena de muerte por ahorcamiento, siendo los otros dos sentenciados a penas de prisión. El caso fue utilizado como pretexto para perseguir disidentes del régimen, aunque solo unos pocos de los acusados estaban relacionados con el complot para asesinar al emperador. El caso está indirectamente relacionado con el Incidente de la Bandera Roja de 1908. Una apelación para un nuevo juicio fue solicitada al final de la Segunda Guerra Mundial sin ser aceptada por la Corte Suprema en 1967.
13 El Incidente de Amakasu, también conocido como Amakasu-jiken, ocurrió en septiembre de 1923 en Tokio, Japón. Después del gran terremoto de Kantō, las autoridades temían que los anarquistas pudieran aprovechar la catástrofe para derrocar al gobierno. Por lo tanto, un escuadrón de la Kenpeitai, la policía militar, dirigido por el lugarteniente Masahiko Amakasu, arrestó a dos prominentes anarquistas japoneses, Sakae Ōsugi y Noe Itō, así como al sobrino de Ōsugi de seis años. Los tres fueron linchados hasta la muerte y sus cuerpos fueron arrojados a un pozo cerca de la jefatura de policía. La muerte de los anarquistas y el niño conmocionó a la sociedad japonesa de la época y Amakasu fue condenado a diez años de cárcel. Sin embargo, fue liberado después de sólo tres años gracias a una amnistía proclamada con motivo del ascenso de Hirohito al trono imperial en 1926.
14 El Heimin Shimbun (Periódico de los Comuneros) fue un periódico libertario-socialista establecido en Japón a principios del siglo XX.
15 El hiragana y el katakana son dos sistemas de escritura silábicos utilizados en la lengua japonesa. Cada uno consta de 46 caracteres que representan sonidos. El hiragana se utiliza principalmente para palabras de origen japonés, mientras que el katakana se utiliza para palabras de origen extranjero. Por otro lado, el kanji es un sistema de escritura logográfico en el que cada carácter representa una palabra o un concepto. Los kanji provienen del chino y se utilizan en el idioma japonés para escribir sustantivos, adjetivos, verbos y otras palabras. El conocimiento de los kanji es esencial para leer y escribir en japonés.
16 La traducción literal de Kurohata es bandera negra.