La Feria del Libro es aburrida y decadente.
Los más desabridos de los encuentros, los más desolados de los espacios, parecieran trastocarse mágicamente cuando el nombre de la cultura aparece para bañar la banalidad de los trabajos y los días. La cultura circula, circula como Cultura, y de este modo todo pareciera resolverse en el mero hecho de darse en un flujo; flujos […]