Imagen: Primer desembarco de Colón, grabado de Theodor de Bry (Intervenido)

03 de julio 2023

COLONIZADA

por Jessy Chamorro - Salas

(Des/Cubrimiento de América)

Bajo la dirección del despistado Colón, auspiciado por la reina de turno en la península, quien había empeñado sus joyas para la expedición, llegaron a América, creyéndolo Japón, tres barcos: La Pinta, La Niña, La Santa María.

P: 30 mil es un buen precio, un buen precio ¡Un buen precio, y no se hable más! 

St: Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores…

N: En navidad, el viejito pascuero me trajo una muñeca (la niña muestra una muñeca que está vestida igual que ella).

P: 30 mil me costó la cartera. 30 mil la peluquería. ¿Les cuento la verdad? Soy crespa. Pero como toda mujer, debo pasar por la plancha antes de salir a la calle. A la calle, para que me miren…

St: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre…

P: Toda mujer debe planchar sus arrugas. Con la plancha, un buen lifting, un poco de botox por aquí y por allá, e incluso, un rejuvenecimiento ahí abajo, porque dicen que, con la edad, los elásticos quedan como carpa de circo. ¡Porque lo que natura non dat, sciencia prestat!

St: Yo no requiero de esas banalidades.

P: Obvio, tú no muestras ni el cabello, ni la ropa, ni…

N: A mí para mi cumpleaños me regalaron una plancha, y una cocina, y una máquina de coser, y una escoba, y…

St: Dios es quien barre del mundo los pecados.

P: Yo creo que las escobas sirven solo para volar. Me encantaría tener una escoba y volar hacia otra parte. Hacia cualquier parte.

St: ¡No seas hereje! Las escobas son los vehículos que utilizan las brujas.

P: ¡Ay! No te pongas grave. No porque quiera volar en una escoba significa que voy a convertirme en una bruja, aunque sería tan entretenido. Esas gallas eran geniales, podían ir donde quisieran sin pedirle permiso a nadie, sin dar explicaciones ni decir a qué hora llegarían a la casa. Solo tomaban su escoba y se iban a recorrer el mundo.

St: ¡Cómo puedes decir esas barbaridades! Muchas mujeres fueron quemadas en la hoguera por decir cosas menos terribles que las que acabas de decir.

P: ¿Fueron?

St: Cuida tus pensamientos.

P: Ni que ellos fueran telépatas que saben lo que yo pienso. Si supieran lo que pienso. Si dijera realmente lo que pienso. Ahí sí que estaría en problemas

St: Expía tus pecados. Purga tu cuerpo pecador del mal que te ha poseído.

P: ¿De qué estás hablando? Yo solo dije que me gustaría tener una escoba para volar. Nada más.

St: Recuerda que de los arrepentidos es el reino de los cielos.

N: Cuando sea grande quiero ser como tú, usar minifaldas bonitas y tener la boca rojita como una frutilla y ser tan flaca como tú y ser así, como las mujeres de la tele.

P: La clave, mi niña, es comer cuatro veces al día, porciones pequeñitas. Y bueno, si te zampas el sendo churrasco o un lomo a lo pobre, te metes los dedos a la boca y ¡Zaz! Problema solucionado.

St: ¿Cómo puedes decirle eso a la niña? ¿Acaso quieres que ella sea como tú? 

P: Pero…

St: ¡Tsh! ¡Silencio!

P: Pero si es verdad, eso todos lo saben, lo dicen todas las revistas de belleza y en muchos canales de YouTube hay videos tutoriales en donde las chiquillas cuentan cómo logran adelgazar y estar así de delgadas (muestra su dedo meñique).

St: ¡Tsh! ¡Cállate!

P: Mi niña, ese es mi secreto. Y peso lo mismo que cuando tenía 15 añitos. De lechuga no se vive Santi. Tú lo sabes bien (ríe burlesca).

St: El pan es el cuerpo de Cristo y el vino es su sangre. Amén. 

P: ¿Y los pasteles, y los completos, y las empanadas?

St: Son solo ofrendas que nuestro señor Jesús Cristo recibe.

P: Esas ofrendas las recibes tú, que estás, querida Santi, con un sobrepeso e-v-i-d-e-n-t-e, a pesar de tu hábito se te notan los kilos de más, vas a tener que cambiarlo a talla XL – L de laaargeee – (ríe).

N: ¿Qué es una ofrenda?

P: Algo que se da.  

N: ¿Cómo un regalo?   

St: Un regalo a Dios. 

N: ¿Solo a Dios?  

P: (Irónica) Una mujer es una ofrenda para los hombres. 

St: ¡Calla! ¡Mujer impúdica!

P: Pero si es verdad ¿Qué crees que hago acá? ¿Qué crees que hacemos todas nosotras acá? 

St: ¡Tshhhh! (Tapándose los oídos).

P: Es una conjugación verbal: Yo me doy. Tú te das. Ella se da. Nosotras nos damos. Vosotras os dais. Ellas se dan.

St: ¡Tshhhh! (Tapándose los oídos y murmurando un Ave María).

P: Y pucha que me dan. Y me dan duro y fuerte. Y me doy enterita. Siempre y cuando valga la pena. O sea, una no se da a cualquiera, eso lo tienes que aprender. Tienes que aprender desde chiquitita cuánto vales.

N: ¿Y qué te dan?

P: ¡Leche! (ríe). Harta leche. A veces hasta me baño en leche. Dicen que eso hacía Cleopatra, quizá por eso tengo el cutis tan terso, eso me dicen las chiquillas.

N: ¡Cómo Cleopatra! A ella me la enseñaron en el colegio. La señorita me decía que ella era muy hermosa, que era muy importante y que se bañaba con leche y flores.

P: Bueno, algo así, ella se bañaba con otra leche.

N: A mí me encanta la leche y tomo todos los días y mi mamá me la da al desayuno y a la hora de once.

P: (Pensativa) Yo tuve los pechos llenos de leche una vez… 

N: ¿Tuviste una guagüita? (emocionada).

P: Casi.

N: Las guagüitas me gustan, son como muñecos y a mí me gusta jugar con muñecos. También para navidad… ¿Qué está haciendo ella? (mirando a St).

P: Está rezando. 

N: ¿Por qué?

P: Por mi guagüita… ella tendría casi la misma edad que tienes tú ahora. 

N: ¿Y por qué reza?

P: Porque está en el cielo. 

N: ¿Por qué?

P: Porque sí.

N: ¿Y era bonita? 

P: No lo sé.

N: ¿Por qué?

P: (Suspira. Silencio. Tristeza). 

St: Porque está en el cielo.

N: ¿Por qué?

St: Porque sí. Rezo por su alma. Y por la tuya. Por la de todas nosotras. 

P: No deberías.

St: Tú también deberías rezar. Expiar tu culpa rezando. 

P: ¿Mi culpa?

St: (mirando a la niña, pero dirigiéndose a P.) Sabes a lo que me refiero. 

P: ¿Mi culpa? (asombrada).

St: Así es, tú culpa.

P: Mi culpa fue llegar tarde a mi casa del colegio. Mi culpa fue caminar sola desde el paradero. Mi culpa fue pasar por ese peladero.

St: Y estar vestida así. 

P: ¿Así cómo?

St: Así. Así como andas vestida. Provocando a los hombres. Tentando al diablo. Una mujer decente no anda así. Por eso te pasó lo que te pasó.

P: ¿Provocando a los hombres? ¿Tentando al diablo? ¡Yo soy la culpable! 

St: Reza, reza. Que de los arrepentidos es el reino de los cielos.

P: Dios perdonó a María Magdalena, pero yo no tengo de qué pedir perdón. 

St: ¿Segura?

P: ¡Quedé embarazada porque el maldito me violó! ¡Él es el culpable! 

St: Cuida tu lenguaje. No blasfemes.

N: ¿Qué es “violó”?

P: Que te obliguen a hacer algo que tú no quieres.

N: ¿Como cuando mi papá me obliga a lavarme los dientes en la noche?

St: No, porque lavarte los dientes es bueno para ti.

P: Es cuando te obligan a hacer algo que no te gusta y que te hace daño o te hace sentir triste. 

N: (pensando, gesto de asco).

St: (interrumpe) Si tú no tenías la culpa, como dices, ese angelito menos que nadie. Y es tú culpa haber hecho lo que hiciste.

P: (a punto de llorar) Tenía solo 15 años…

N: A mí no me gusta cuando mi tío viene a mi casa a cuidarme cuando mi mamá anda comprando y mi papá está trabajando y él se baja los pantalones.

P: (mira horrorizada a St.)

St: (se persigna y comienza un rosario) Padre nuestro…

Profesora de Lenguaje y Comunicación. Doctora en Literatura Latinoamericana de la Universidad de Chile y Magíster en Literatura Latinoamericana y Chilena de la Universidad de Santiago. Es autora de "Corsé" (Sangría Editora, 2021).

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