Foto: Chas Gerretsen (Intervenida)
A propósito de la dictadura presente
«Los arrojaron al mar
y no cayeron al mar
cayeron sobre nosotros.»
Elvira Hernández
En el contexto de actualización del capitalismo global, la necesidad de la imposición por la fuerza de una estructura jurídica económica junto con el peligro del crecimiento de los pensamientos comunistas libertarios, socialistas y contrahegemónicos, vuelven un imperativo moral para el imperio la instauración de un proyecto moderno y revolucionario: el neoliberalismo.
La dictadura, gestada desde el más alto rango político norteamericano, representado por el genocida Richard Nixon junto con su Asesor de Seguridad Nacional Henry Kissinger, se planifica a través de la «Doctrina de Seguridad Nacional», dando como resultado intervenciones como la «Operación Condor», el asesinato de altos mandos militares simpatizantes con el régimen constitucional, como René Schneider, y el adoctrinamiento de militares latinoamericanos en la «Escuela de Las Américas»[1] quienes fueron educados en tortura, contrainsurgencia, inteligencia y contrainteligencia. Alumnos de esta «escuela» de asesinos fueron Manuel Contreras (ex director de la DINA condenado a 529 años de prisión), Miguel Krassnof (ex miembro de la DINA, condenado a casi 1000 años de prisión), Álvaro Corbalán (ex CNI condenado a 100 años de prisión), entre muchos otros.
Esta formación dejó una cantidad de victimas que supera las 40 mil personas[2], de las cuales 3.227 fueron asesinadas o desaparecidas y 150 fueron menores de edad, «si se leyera el nombre del total de las víctimas, serían 28 días de lectura ininterrumpida». Los horrores no terminan ahí, ya que los datos solo exhiben cuantitativamente los hechos, si nos vamos a las formas, a los métodos de tortura, desaparición y asesinato en que ocurrieron estos, podremos ser capaces de comprender la dimensión terrible que hay tras estos números. Golpizas, aplicación de electricidad, simulacros de fusilamiento, confinamientos en condiciones infrahumanas, presenciar fusilamientos y torturas de otros, violaciones sexuales a mujeres, a menores y a mujeres menores de edad, son algunas de las atrocidades cometidas por las Fuerzas Armadas de Chile durante la dictadura descritas en el Informe Valech.
El terrorismo de Estado aplicado por las fuerzas de Augusto Pinochet nos llevan a preguntarnos sobre las razones de semejante violencia contra el pueblo, las cuales pueden ser explicadas en parte por una razón histórica o contextual de Chile en la posición geopolítica entre los imperios estadounidense y soviético en un momento identificado como «Guerra Fría», sin desatender también a las expresiones locales de este fenómeno global, las cuales no se tratarán en profundidad, pero que sin duda quedan subsumidas a los movimientos del capital global en su proceso de reajuste frente a sus crisis.
En el sentido planetario del enfrentamiento entre potencias, luego de la «Crisis de los Misiles»[3] en 1962, uno de los momentos más tensos en la situación internacional, EE.UU se vio amenazado por las rampas de misiles soviéticos en territorio cubano justo un año después de la derrota sufrida por los «anticastristas» apoyados por la CIA en la bahía de cochinos. Luego de estas experiencias el imperio norteamericano no podía cometer el error de permitir en su patio trasero la existencia de células insurgentes de carácter marxista, a pesar de los derechos humanos y el intervencionismo. Para ello se contacta con quienes operan en la esfera de poder militar e informativo, aquí aparecen figuras como Agustín Edwards Eastman, dueño de El Mercurio y La Segunda. Había que detener de todas maneras los dos movimientos, a veces antagónicos, que se manifestaban en ese momento: la izquierda liberal burguesa, reformista, con cambios graduales y aquella izquierda revolucionaria que buscaba transformaciones radicales. La mezcla de estos dos elementos dio como resultado un experimento, lo que se llamó la «vía chilena al socialismo», interrumpida con violencia debido a los intereses que se vieron amenazados.
El temor existente de la instauración de modelos provenientes de los llamados «socialismos reales» como lo fueron Cuba y la URSS, hizo mover todas las piezas del tablero nacional chileno. Llevando a una defensa acérrima de los principios liberales en un país capitalista subdesarrollado. Quienes ocupan este espacio reaccionario serán la Democracia Cristiana junto con la oposición tradicional fascista representada por el Partido Nacional y el Partido Conservador. La maquinaria ya estaba en movimiento y solo debían los engranajes ponerse a girar.
El neoliberalismo ya tenía las condiciones para hacer su aparición estelar como salvataje al deterioro creciente de la economía capitalista. Imponiendo, entrada la dictadura, una constitución de vanguardia que ponía el concreto por donde transitaría la miseria de nuestro presente. Lo que suponía un milagro económico para Chile fue la destrucción de garantías básicas de supervivencia como lo son la salud, la vivienda y el medio ambiente. El principal relato de quienes defienden la imposición de la dictadura[4] es la necesidad de transformación de la economía que hasta ese momento tenía al pueblo sumido en la pobreza. Cuestión que se contradice rotundamente con la información existente: profundización de la desigualdad, con el quintil más rico teniendo ingresos 20 veces superiores al más pobre, desindustrialización y elevado desempleo.
Como modelo fue un ejemplo para lo que vienen a ser posteriormente las experiencias de países satélites a las capitales económicas globales, la cual entre sus medidas están la desregulación financiera, la apertura de la economía al capital extranjero y la privatización masiva de empresas nacionales. Ampliando una dinámica que ya contenía como potencia el capitalismo. La subyugación de los estados, sus formas políticas y nacionales, a los intereses económicos globales. Tanto así que ya en las etapas finales de la dictadura chilena, empresas como Entel, Endesa, Lan Chile y Soquimich son entregadas a manos de privados de manera irregular, dejando un saldo de 725 empresas que previamente habían sido del Estado[5], trayendo consigo consecuencias económicas evidentes. Chile de estar sexto dentro de las economías de América Latina y el Caribe, medido por el PIB, cae al puesto undécimo en 1977. Menciona Ffrench-Davis (2018) en su libro sobre reformas económicas en Chile[6] que el ingreso de sus habitantes en relación a los estadounidenses pasó de un 28% en 1973 a un 25% para 1989, concluyendo que Chile no se acercó al desarrollo que esperaba sino lo contrario. Otro dato que contribuye a esta realidad es que durante la dictadura, el crecimiento del PIB per cápita fue del 1,9% promedio anual, a diferencia del período 1960 – 1970 con un crecimiento promedio de 2,6% según datos del Banco Mundial[7].
Este movimiento expansivo que tuvo como pionero a nuestro país, luego de la instauración de la carta fundamental de 1980, a día de hoy tiene a sus sacerdotes y cardenales actuando en todas las esferas de la vida social y política, en la vida cotidiana a través de los negacionistas y en el escenario democrático a través de representantes de elección popular. Es tal la regresión que genera este movimiento histórico que incluso produce sujetos que están por una profundización de este modelo, borrando sustancialmente las debilitadas garantías conquistadas por las luchas de los movimientos sociales. Urge conocer las razones de este proceso para así actuar sobre la realidad concreta.
Nuestra actualidad contiene la sangre enterrada y arrojada al mar de esta historia. Hoy las consecuencias de esta revolución capitalista son evidentes en cada rincón del planeta, nos enfrentamos a uno de los desafíos más grandes como especie. Debemos asegurar nuestra supervivencia para el futuro. Podemos ver con tristeza los estragos que causa la destrucción de la naturaleza, sus consecuencias sociales y económicas, resultado de nuestro modelo productor de mercancías. Pero es impensable para una gran mayoría un horizonte diferente al sistema actual en crisis y desplome. Estamos habitando un cadáver en descomposición. Lo único a lo que se atienen quienes pregonan el buenismo político es a una socialdemocracia, con su natural reformismo cómodo y cegado a la tortura diaria de cientos de miles. Es la natural expresión del conjunto social e individual dañado por este proceso histórico con el golpe de estado como hecho coyuntural local, expresión de una dinámica global principalmente económica.
En el contexto de conmemoración de los 50 años desde la imposición de la dictadura fascista aplicando su facultad de estado a través del monopolio de la violencia y su despliegue militar.
NUNCA MÁS: ESTADO Y CAPITAL.
[1] Barrera, R. (2017). Chile, segundo país latinoamericano que más militares envía a la escuela de las américas. Diario UdeChile. https://radio.uchile.cl/2017/10/29/chile-segundo-pais-latinoamericano-que-mas-militares-envia-a-la-escuela-de-las-americas/
[2] Equipo La Hora. (2023). 17 años de dictadura: Estas son las cifras más importantes. La Hora. https://lahora.cl/cronica/2023/09/11/17-anos-de-dictadura-estas-son-las-cifras-mas-importantes/
[3] Atahualpa, A. (2022). 60 años de la Crisis de los misiles: cómo EE.UU preparó la «zona cero» en caso de ataque de misiles soviéticos desde Cuba. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-63323067.
[4] Fajardo, L. (2019). ¿Es realmente el milagro económico de Chile una herencia de Pinochet? https://www.bbc.com/mundo/noticias-46788932.
[5] Miranda, O. (2016). El turbio proceso de privatización de empresas estatales durante la dictadura. Diario UdeChile. https://radio.uchile.cl/2016/05/20/el-turbio-proceso-de-privatizacion-de-empresas-estatales-durante-la-dictadura/
[6] Ffrench-Davis, R. (2018). Reformas económicas en Chile, 1973-2017
[7] World Bank Data.