30 de diciembre 2023

DEVOLVER A BOLAÑO

por Martín Cinzano

Sobre Roberto Bolaño: real infrarrealista de Raúl Silva de la Mora. Santiago, Carbón Libros, 2023, 120 páginas.

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De una novela se pueden desprender sesudos artículos eruditos, congresos, cientos de tesis para no leer, cientos de libros especializados, cientos de homenajes, más novelas, quijotismo, turismo, enfrentamientos entre barras académicas y una conductora de televisión a punto de provocar una tragedia al confundir la muerte de su autor con la de un famoso personaje de televisión. De Archimboldi, por lo demás, se dice algo así: “podían leerlo, podían estudiarlo, podían desmenuzarlo, pero no podían morirse de risa con él ni deprimirse con él, en parte porque Archimboldi siempre estaba lejos, en parte porque su obra, a medida que uno se internaba en ella, devoraba a sus exploradores”. Acaso el autor de 2666 ya lo intuía: dicha condición acabaría siendo válida para los variopintos clubes de amigos (o enemigos) de la vida y obra de Roberto Bolaño, quien, como Archimboldi, “siempre está lejos”.

El conjunto de testimonios recopilados, transcritos y editados por Raúl Silva de la Mora en Roberto Bolaño: real infrarrealista, bien podría pasar a engrosar la lista de exploradores devorados si no fuera por el gran efecto de devolución, en el mejor sentido tenístico (y a ratos, estomacal) de la palabra, que mantiene con Los detectives salvajes. El deporte un tanto embrutecedor de ir a buscar personas reales representadas en una novela, aquí queda, por fin, relegado a la total irrelevancia mediante la proyección, desde el título, de los posibles alcances de esa ficción en las vidas de este pequeño gran libro, que no es ni una biografía ni una novela ni el perfecto guion para un documental, pero que bien podría ser esas tres cosas a la vez. 

Basándose formalmente en la secuencia narrativa de la segunda parte de Los detectives salvajes, la testificación enfoca y desenfoca el par de figuras en torno a las cuales orbita, dibujando de esa manera dos retratos más o menos consensuados de los aludidos: uno central y otro más bien adyacente, el del escritor de carrera y el del poeta cuya vida, como dice su mejor poema, fue el único taller de poesía posible. “Roberto retrataba un corazón sangrante”, dice uno de los testigos; “Mario lo traía en la mano.” 

La biografía del escritor iniciado en México se imbrica, así, con apreciaciones directas acerca del surgimiento, acción y ocaso del (real)infrarrealismo, la práctica poética, la política cultural, la amistad y la ciudad mítica en la que se forjó. En ese aspecto, la reunión de voces de inmediato cobra valor si, antes de ir a confirmar o poner en duda un itinerario vivencial (del cual, se supone, Bolaño dio pistas en sus ficciones), todavía se pretende aquilatar el peso de una apuesta como la infrarrealista. De pasada, por supuesto, los y las infras aprovecharán para ajustar algunas cuentas o para mandar al diablo, al menos por un rato, el hecho de haber pertenecido a un movimiento del cual, por fortuna, cada quien tiene su versión. 

Pero el libro presenta también las voces de quienes rondaron a Bolaño sin formar necesariamente parte de la pandilla. Los testimonios de Victoria Soto, de Julián Gómez o de Carla Rippey, entre otros, señalan la complejidad de las experiencias personales en el entramado social de una época difícil, expectante, permeada por la actividad política y artística después del 2 de octubre de 1968 y el 11 de septiembre de 1973, sin perder de vista el potencial crítico de la amistad (y sus problemas) ante las trampas interpuestas por la oficialidad cultural.  

La lectura de testimonios, como la de la ficción, se realiza mediante un pacto; en Roberto Bolaño: real infrarrealista admitimos con placer el montaje de un transcriptor de entrevistas, diálogos por chat y videollamadas que no aparece sino en el epílogo; es esa figura la encargada de dar curso a las múltiples voces de una investigación iniciada hace 25 años (y de la cual este libro podría pensarse solo como un breve anticipo), dispuesta ahora en una secuencia separada por temáticas que irremediablemente se tocan, gracias a una narración tan vertiginosa como la de un artificio. Roberto Bolaño, el real y el imaginario, sería el centro desperdigado de ese artificio, la coartada ideal para proseguir oyendo y leyendo a quienes, como él decía, mantuvieron los ojos abiertos en la oscuridad.

Pueblo Quieto, diciembre 2023   

(Guayaquil, 1977). Escribió el libro de crónicas Perdido, los poemarios Peatonal, Yo ya y los fragmentos de El piano de Waldstein, además de la nonononovela En pana. Coedita le revista cartonera PUF! en la colonia Obrera de la Ciudad de México.

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