Escrituras feministas en la revuelta - Carcaj.cl

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08 de marzo 2021

Escrituras feministas en la revuelta

por Olga Grau Duhart, Luna Follegati Montenegro y Silvia Aguilera Morales

Prólogo del libro Escrituras feministas en la revuleta, publicado por Lom Ediciones en Octubre del 2020.

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En un tiempo suspendido e incierto terminamos de escribir este prólogo. En medio de noticias e información de la pandemia afinamos los últimos detalles de la edición del libro. Si las coordenadas de espacio y tiempo ya se habían alterado intensamente con la revuelta social, hoy esta perturbación es aún más radical. Una virilización intempestiva nos coge desprevenidas y desprevenidos en este descampado neoliberal y agresivo capitalismo de mercado. La inquietud y la acentuación del presente es lo que nos envuelve… y seguimos…

Como un interregno en el acontecer, el libro inaugura sus páginas entre políticas de resistencia al contagio y producción de virtualidad, donde volvemos –forzosamente– a recluirnos en la problemática zona hogareña, haciéndose más vigente que nunca el talante feminista de la emancipación que se extendió con fuerza inusitada hace dos años y con el que se identificó la mayoría de las mujeres. Junto al temor, lo viral nos advierte nuevamente de problemáticas vinculadas a lo doméstico y lo privado como nicho de opresión y desigualdad. Se acrecienta la incertidumbre del porvenir, del día a día de mujeres que se enfrentan al riesgo del contagio, pero también al peligro de lo cotidiano, a la violencia en lo privado –que recrudece en el encierro y en los espacios reducidos–, la amenaza de la cesantía, la carencia y el hambre. Descarnadamente, la pandemia refuerza una reclusión que explicita las condiciones diferenciadas de privilegio y de vulnerabilidad en que vivimos, que también plantean un desafío para el feminismo.

Este tiempo es de contradicciones. Así como nos enfrenta al temor e incertidumbre, a condiciones de restricción y encierro, posibilita formas creativas de sostenernos como comunidad: afloran territorios de solidaridad, se establecen vínculos que sobrepasan las fronteras de lo privado, se recuperan y modifican políticas cotidianas de convivencia y reciprocidad. Las canastas familiares, las ollas comunes, vuelven a aparecer, sostenidas mayormente por mujeres. Lazos feministas se entretejen, generando compañía y contención entre tanta batahola, cuidándonos y alertándonos frente al adverso acontecer. Momentos de virus son los que acechan, pero también tiempos de introspección que nos obligan a plantearnos los futuros posibles, las alternativas deseables, y los caminos que en conjunto podamos forjar desde retóricas comunes y poéticas de la libertad.

Las genealogías feministas, en medio de todos los avatares del existir social, se han enriquecido en el transcurrir de las últimas décadas, nutriéndose sus elaboraciones conceptuales y expresiones culturales, sus acciones y prácticas políticas contestatarias. Multiplicadas en sus procedencias con referentes raciales, territoriales, culturales, sociales, políticos, etáreos, sexuales, de capacidades diferenciadas, que complejizan y densifican las maneras en que se generan los vínculos materiales y simbólicos entre mujeres feministas. Y en este tiempo del estallido, que produce luz y oscuridad, encontramos el espacio para vivir nuevos arrebatos que nos remecen hondamente, cuestión que Escrituras feministas en la revuelta recoge a través de las voces aquí expresadas.

La sensibilidad y comprensión política feminista ha tomado muchas formas a través de la historia, y la memoria colectiva alcanza capas profundas donde se han hecho performaciones, donde el dolor de las mujeres se ha unido a su pasión de transformación de la vida, de las existencias atrapadas en laberintos lóbregos, violentos, donde el aliento dado ha sido solidario, entre y con otras mujeres. En este libro está presente la significación de lo afectivo en el pensamiento y prácticas feministas, en las diversas y variadas formas políticas que dan peso a lo colectivo y sus rituales, que desplaza fuertemente la matriz de lo familiar como dimensión fundamental de lo social. En el proceso destituyente y constituyente que habitamos desde el 18 de octubre, en que nos repensamos como composición social, se muestra problemática la reiterada referencia a la familia como base del tejido vinculante, que deja en una suerte de minusvaloración a los distintos enlazamientos que se producen entre quienes comparten experiencias comunes y comunitarias. Vista como lugar de abusos y violencias, la familia queda despojada de la idealización social y política con que ha sido investida por la cultura patriarcal. La reina está desnuda, exhibida y dicha en su desnudez.

Acciones y reflexiones feministas han ido horadando gradualmente a través de décadas y décadas un sistema patriarcal petrificado, que encuentran en esa persistente rebeldía nuevas configuraciones inimaginables. En este permanente e incansable desafío, los feminismos actuales han levantado pujantemente el concepto de dignidad, apelando a la necesidad de un reordenamiento sustantivo de las formas en que se ha reproducido, justamente, la vida a costa nuestra. Este énfasis surge en estos textos, impregnados del estallido desde la experiencia y subjetividad, en medio del hastío neoliberal.

En este tiempo estallado, y ahora circunstancialmente detenido, cuesta imaginar y encontrar las hebras para componer un futuro próximo; podemos sí saber con certeza de la realidad de la revuelta, de la impresionante energía desplegada por las mujeres jóvenes, las niñas y adolescentes. Una cierta infancia política emergió, manifestada en la extraordinaria imaginación y arrojo desplegados, que han franqueado los límites de lo posible, donde se tiene como horizonte la transformación de los esquemas culturales que han constreñido la vida. Estrategias multiplicadas, inexploradas, dejaron su marca en su borbotear, en una estética de alucinante combate. Textualidades que alcanzan las formas múltiples de la pancarta, el grafiti, el rayado, la décima, la canción, la performance, el manifiesto, el análisis, la fotografía.

Escrituras feministas en la revuelta coge las fumaradas de esa riqueza, conectando y tensando sentidos y composiciones feministas. Amplía el espectro autoral contra una cultura que tiende a quedar prendada de los nombres consagrados y que hace desaparecer, no da sitio o resiste lo nuevo que emerge en su silabeo o como discurso asertivo. En las secciones del libro, algunos de los diversos textos espejean las certezas de Las Tesis; otros hacen de la interrogación su lucidez; unos dialogan entre sí en afinidades o distancias de interpretación, multiplicidad que queda recogida en esta selección, pero que a la vez señala una potencia común: aquella que desde las diferentes intersecciones y posicionamientos acoplan ámbitos similares de pensamiento, resaltando escollos, énfasis y sinuosidades advertidas desde lenguajes variados. Allegamos el hálito de lo que sabemos y no sabemos, los balbuceos y también la firmeza de los enunciados, la ira y el dolor, lo preciso y lo difuso, lo comprendido y lo inaprehensible. El tempo de estos textos es también disímil: algunos escritos completamente en la actualidad de este fulgor; otros revisitan reflexiones previas contemporizándolas; y otros, signados en la oralidad, adquieren registro escrito.

Escrituras feministas en la revuelta dan cuenta de la crisis, signadas por la apertura deseante de experimentar otro mundo, el que no nos ha sido posible aún, en una transformación sin triunfo o fracaso presupuestos, situadas en el ardor del presente por cambiar los signos, los símbolos, las formas del lenguaje y de la presencia política. Momento de vertiginosa potencia, de complicidades, de participación disruptiva, de territorios cruzados, contaminados, cronogramas hechos al ritmo de lo contingente, en un tiempo partido, donde se arrojan lancetas a la hipersexualidad falocéntrica y heteronormativa, en apuestas y amasijos inciertos de existencia, sanadores, con opacidades en una espera incierta de ser traducidos con claridad.

Muchos de los textos refieren a Las Tesis, como textualidad performática que contiene una potencia y un saber que, reiterada y universalmente, declaran la violencia estructural patriarcal que ha cobrado sus propias formas en un sistema capitalista neoliberal. La violencia de género como fenómeno denunciado en el contexto de la revuelta hace visible el carácter transversal del feminismo, radiografiando un sentir colectivo de las mujeres, que bregan por relaciones de igualdad y justicia en las propias casas, en los hogares, en la familia. El eco de Las Tesis se escucha en estos textos. Se desprende también como un antes y después del octubre permanente. La revuelta feminista alimenta el estallido primaveral, con la fuerza activada en mayo del 2018 y marzo del 2019, hitos que marcaron un antecedente en relación a la activación del movimiento social desde la crítica profunda y radical. El feminismo proporciona un basamento de disconformidad frente a un orden supuestamente calmo, apaciguado. Feminismos chilenos que venían cuestionando el orden de las cosas –ese orden de la transición democrática–, volviendo la incomodidad en experiencias de resistencia, transformación y lucha, aunando las diferentes intersecciones que otorgan pluralidad al problema de la explotación y precarización de la vida de las mujeres. Este ímpetu es llevado a su mayor potencia en la revuelta social, insolente, contracultural, multitudinaria, rebelde, diversificada, combatiente, en un presente en que se configura nuevamente el pueblo y su sentido de soberanía.

En estas escrituras feministas se realiza también la oralidad, recogida en el lenguaje de la experiencia del cuerpo que ha padecido violencia, que acerca la hebra del pasado para comprender la violencia del presente. La mandíbula castigada por el reír o gritar, la puesta en vereda de un cuerpo que se toma la calle abusando de él, el blanqueamiento de la escritura callejera, la inseguridad amenazante de la violencia policial y militar, la calle disputada, la «primera línea» masculinizada, las expresiones del cuerpo vilipendiadas, un espectro de constricciones para sujetar a las sujetas que emprenden su propio vuelo colectivo transgresor, en múltiples ejercicios de politización feminista que materializan la imaginación política subversiva y democrática de los feminismos en mensajes de múltiple factura. Gestos que en conjunto configuran un cuestionamiento a la masculinización de la revuelta de las primeras semanas, que interpelan una lectura clásica del acontecer político del octubre chileno y se entrometen en la analítica académica masculina, posicionando una diversidad de lenguajes bajo el nombre del feminismo, textos que a la vez interrumpen el devenir tradicional de la política, de la letra y la lengua.

Escrituras feministas en la revuelta nos provoca diversas imágenes y conceptos para seguir pensando la complejidad de nuestro presente y nutriendo el protagonismo y la voluntad emancipatoria de los feminismos que encuentran un sustrato común en tal voluntad, la que se refleja incluso en las mujeres que no se han reconocido como feministas, y que encuentran una ocasión para la caída del pudor en hacerlo. Estos textos pueden enriquecer las conversaciones y los diálogos políticos que se activan en distintos espacios, transversales, en un contagio feminista que, esperemos, mutará la vida humana.

Escrituras feministas en la revuelta apela también a esa cotidianidad que envuelve a los feminismos: una reflexión y agencia colectiva que es diaria, permanente, e incluso molesta con ese tinte insistente que nos obliga a sospechar del orden de las cosas. La posibilidad de activación del feminismo es constante y siempre persistente en estos tiempos convulsos. Es una capacidad de acción política que desarrolla sus propios códigos y formas de manifestación, generando una crítica política que desafía el lugar tradicional y común, conformando espacios de encuentro, asambleas y redes comunitarias más allá de las conocidas, feminismos que se apropian del futuro, que lo construyen a su manera, desafiando trabas históricas. En nuestro octubre, el feminista, aquello se percibe. Se comprende entre líneas y se vivencia en las palabras que enhebran los textos que aquí presentamos. Percibimos una comunidad que va forjándose desde otros códigos, restituyendo problemas desde el territorio, desde la asamblea, desde un nosotras común y colectivo que construye feminismo desde la experiencia, pero también en la letra y el papel, desde la canción y la consigna, desde la pancarta y la poesía.

Los textos de Escrituras feministas en la revuelta fueron producidos entre enero y febrero del año 2020. Agregan voces desde estas artesanías textuales a la conversación social, cultural y política destituyente y constituyente en la que estamos, en esta siempre huidiza democracia que deseamos interminablemente, en la que sustituimos la esperanza individual por la fuerza colectiva emancipatoria que trastorne los sentidos individualistas y mercantilizados, patriarcales y excluyentes, violentos, abusivos y negadores. Muchas voces faltan, pero el libro encuentra su sentido como homenaje a las feministas jóvenes que han puesto y ponen sus cuerpos y almas en este afán.

Olga Grau Duhart
Luna Follegati Montenegro
Silvia Aguilera Morales

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