Saakhelu Kiwe Kame
Saakhelu Kiwe Kame, Ofrenda a la madre tierra
Hablemos de las necesidades del campo, y no de las nuestras con el mismo (que son o deberían ser evidentes ya), hablemos de lo que «el campo», es decir la tierra, necesita de nosotros.
Los organismos vivos tienen en su información genética un sentido de dar y recibir; no son actos separados, son actos consecuentes, se necesitan entre sí, es el sentido del equilibrio, no quedar en deuda. ¿Cuánto le debemos nosotros a la tierra?, ¿Cómo nos estamos relacionando con ella?, ¿Es la tierra de quien la trabaja? La tierra es ya de ella misma y lo que importa es cómo le devolvemos vida a aquello que nos la da incesantemente, cómo logramos el equilibrio entre lo que tomamos de ella y lo que le devolvemos.
Recordemos. Hablemos del pasado; del más lejano; del de los abuelos de nuestros abuelos y los abuelos de ellos y de sus abuelos. Volvamos al punto de partida. La mejor referencia que podemos tener de cómo es la vida en su estado más pleno, es mirando hacia atrás y no hacia adelante, es recordando y no proyectando sin memoria. Después de esto, bienvenido sea el caminar, bienvenida sea la gratitud, la ofrenda, la comunión, el trabajo colectivo, el cuidado. Ahora sí vayamos rumbo hacia el punto de partida donde todo era entendido como un mismo conjunto de elementos, y ninguno era más valioso que el otro.
En Colombia, en el corazón de los Andes, el pueblo indígena Nasa desde tiempos milenarios hace cada día actos de gratitud para la pervivencia de la vida, actos para el buen vivir. El Saakhelu Kiwe Kame es uno de ellos, un ritual ancestral de agradecimiento, de encuentro entre pueblos, de comunión, cuidado, armonización y salvaguarda de las semillas tradicionales.
Este ritual se realiza cada año entre agosto y septiembre cerca del inicio de las lluvias para comenzar el tiempo de siembra. Todos los miembros de la comunidad se encuentran para celebrar este ritual en algún lugar de su territorio. Al llegar, cada uno de ellos es recibido con una preparación de plantas medicinales que los médicos tradicionales (Thé Walas) regarán sobre sus cabezas, el llamado “refresco”. Es muy importante siempre en los encuentros comunitarios refrescar la mente y dejar a un lado todo aquello que calienta nuestro sentir y que puede dificultar el encuentro comunitario.
Un árbol es escogido por los Thé Walas un año antes y recibirá a lo largo de éste distintas ofrendas para prepararlo espiritualmente para el ritual. El segundo día del ritual la comunidad se reúne en el bosque para cortar este árbol, “el Saakhleu”, que será llevado y plantado en el lugar de la celebración, y que es cargado un año por las mujeres y al siguiente año por los hombres. Durante los cuatro días que dura el ritual se llevarán a cabo distintas danzas alrededor del Saakhelu que en compañía de la flauta, el tambor y el trabajo espiritual armonizarán a cada miembro para fortalecer su relación con la tierra y con la comunidad. Cada participante ofrenda las semillas de sus huertos tradicionales que también se armonizaran con estas danzas y al finalizar el ritual serán repartidas entre todos los asistentes. De este modo se asegurará una buena cosecha ya que tanto el que siembra como la semilla que es sembrada cuentan con la fuerza del ritual para crecer sanamente. Al participar en este ritual cada miembro asume el compromiso de sembrar las semillas recogidas y de ofrendar la cosecha de las mismas al año siguiente en otro lugar del territorio donde se realizará el Saakhelu. Es muy importante que las semillas siempre se dispersen y crezcan en todo el territorio así como que la comunidad camine todo el territorio para conocerlo y para fortalecer los vínculos con quienes lo habitan.
Así es como allí se práctica la pervivencia, el encuentro, la gratitud y el respeto y cuidado de la vida. Saakhelu quiere decir el encuentro de los niños, es decir de nosotros, sin distinción de edad, con nuestros abuelos espirituales, lo seres que habitan los cielos y el centro de la tierra. Es por esto que el árbol recibe este nombre, porque será él quien hará posible esta conexión entre los cielos y la tierra mientras se danza y se celebra la vida.
En palabras de un miembro del pueblo Nasa: “el Saakhelu reivindica el derecho al ejercicio de la vida; la fiesta nos permite penetrar en el reino utópico de la universalidad, de la libertad, de la igualdad, de la abundancia, de la reciprocidad, de la alegría. El ritual, la danza, la chicha, la risa, la música, la fiesta, las semillas y la comunidad se unen en un solo homenaje de agradecimiento y permiso a los espíritus de la tierra y el subsuelo, al aire y el universo; al final se retorna a la comunidad con gran variedad de semillas para conservar y, con una gran energía, continuar luchando por la tierra, la unidad, la cultura, y la autonomía de nuestros pueblos milenarios”.
El territorio ancestral del pueblo Nasa se encuentra principalmente en el departamento del Cauca, en el sur-occidente de Colombia. En este territorio se concentran los problemas más graves que padece el resto del país. Entre ellos: megaminería, latifundio, monocultivo, producción de biocumbustible, narcotráfico, conflicto armado, y la lucha por la conservación de los pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos.
Es en este contexto en el que abundan las prácticas de la muerte donde los Nasa practican cada día actos para la vida. Se trata de una resistencia como pueblo organizado y arraigado a la tierra, pero sobretodo es una resistencia espiritual, cultural, y actualmente constituye un claro mensaje de autonomía, soberanía alimentaria, respeto, gratitud y comunión con la tierra. Nasa significa humano, y es por ello que todas las prácticas de resistencia que ellos desarrollan son también para todo el que con ellas se identifique, y siempre al caminar por el territorio del Cauca encontrarán las puertas abiertas para ser partícipes de la transformación de otro mundo posible.
Fotografía: Ariel Arango
Galería completa: http://entrelazando.com/portfolio-item/saakhelu-kiwe-kame-ofrenda-a-la-madre-tierra/
SAAKHELU KIWE KAME / Ofrenda a la Madre Tierra from entrelazando on Vimeo.