22 de marzo 2020

Fuerza inercial

por Javiera Zamorano

Ya no le temo a la humillación.
No tienes
nada
en mi
contra.
Eso le escucharon decir a las montañas.
Se desconoce a quién se lo habrán dicho
(puede que haya sido un diálogo entre ellas mismas).

Aparecidas
son un tanto áridas
estas montañas santiaguinas.
Preferirían irse más al sur
o al norte
o más hacia arriba
quizá para abajo.
Volverse dunas
incluso acantilados.

Desaparecidas
Dejar de existir y olvidar su relieve tumoral.
Que la naturaleza permita que sean lo que quieran
tal vez llano
o simplemente nada.
Que ya no existan
ni siendo montaña
y ninguna otra cosa.

Dijo un niñito que son monumento de dios.
Parecen cuerpos calcinados
escondidos bajo una manta de pasto seco.
Nada quiere crecer sobre estos cadáveres momificados
que se la pasan teniendo crisis existenciales
poco a poco
capa por capa
pasto
por
pasto
y con cada exhortación del núcleo tibio
se remueven
cambian, evolucionan.

Ustedes nunca estarán presentes para mirarlas y decir
“sí, este día eres otra
ayer fuiste una y hoy te has transformado”
porque los días que conocemos duran poquito.
Estas vidas a los ojos de las grandiosas
se fueron en menos de dos segundos.
Nuestro transcurso es la caída apresurada
de la gota en el polvo.

Quién sabe si algún día llevarán a cabo el plan
por el cual se esfuerzan en la respiración vacía
o la vibración continua y ciega;
aplastarnos a todos
en la misma milésima de segundo.

Javiera Zamorano es una escritora de veintidós años, vive en Puente Alto y es estudiante de Letras Hispánicas en la Universidad Católica. Su imaginario deambula entre lo bello y lo grotesco, que adopta desde los paisajes y vivencias otorgadas por la ciudad actual.

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