foto: Nicolas Daniel Aguilera (@a.nicol.de)

25 de mayo 2020

MARTILLAR EN LA OSCURIDAD

por Romi Rodríguez Merino

Educación popular y virtualidad en medio de la pandemia

Este texto podría partir de innumerables maneras, o comenzar asumiendo que esta es una no-partida o partida en falso, humanizar la letra abrazando la neblina de la incertidumbre, de ahí que el título lejos de condensar la idea principal del texto se transforme más bien en un salvavidas para anunciar que dar en el clavo en medio de esta pandemia, es martillar en la oscuridad, con la certeza de que hay un clavo en mi mano y un deseo de clavar enérgicamente a riesgo de errar en el centro, a riesgo de exponer la integridad de los dedos.

Transparentada la situación, esbozo una breve introducción a las ideas que movilizan esta escritura, la primera es una contextualización de la educación virtual en medio de la pandemia a la luz de las afirmaciones de Marco Raúl Mejía y Luis Bonilla y las preguntas que emergen a partir de esto con guiños a la educación popular. En un segundo momento dialogo con los cuestionamientos de Carlos Skliar en torno al sentido de la educación actual, relevando luego algunos conceptos de Claudio Naranjo, abrazando con especial interés el de “competencias existenciales” y las interrogantes sobre la formación docente. Finalmente, me uno a la voz de la maestra Gabriela Mistral como militante de la infancia en un llamado final a la unión estratégica entre educadoras/es y artistas de la revuelta social chilena.

Para comprender las implicancias de la educación virtual en el contexto de esta pandemia global, Marco Raúl Mejía nos invita a situarnos, observando sociohistóricamente cómo llega la educación virtual a plantearse como una posibilidad legítima de escuela en casa, aunque la aureola cuantitativa despliegue números muy poco favorables para respaldar esa idea: “1,600 millones de niños, niñas y jóvenes de 191 países que fueron enviados a sus casas, junto con los 63 millones de maestros y maestras, 826 millones de los estudiantes no tienen acceso a computadores, y el 43% no tiene internet en casa”[1]. Pese a esto la educación virtual está legitimada como la respuesta del siglo XXI a la cuestión educativa global, ¿por qué? Mejía nos alerta sobre la intención de virtualizar la educación, cuestión que se viene gestando hace décadas por gobiernos que han confabulado en pro de la obsolescencia programada de la escuela tal como la hemos conocido hasta ahora, donde observa antecedentes claros como la tecnología entregada de forma directa a los estudiantes (computadoras, tablet, etc.) de uso doméstico, sin inversión significativa en entregar tecnologías a la escuela y a les docentes, que además no tienen formación en el área, dejándoles en un estado de desolación actual puesta en la escena global su incompetencia tecnológica ante las demandas de cápsulas audiovisuales, uso de plataformas virtuales y material online. Un antecedente clave sobre este “giro educativo” -según Bonilla- es la “Universidad de la Singularidad” fundada el año 2008, patrocinada por Google y la NASA, y dirigida por Raymond Kurzweil, donde se critica el anacronismo de la formación profesional actual, afirmando la necesidad de una nueva era de profesiones coherente con las necesidades de la cuarta revolución industrial, bajo el imperio de la inteligencia artificial. Sin embargo, Kurzweil -su ideólogo- afirma que existe un aspecto donde la inteligencia artificial se ha mostrado incompetente, que es el desarrollo del pensamiento crítico. ¡Ese es nuestro clavo! El corazón de las Pedagogías Críticas Latinoamericanas.

Parte importante de este pensamiento crítico es la construcción dialógica entre lo global y lo local. Bajando a la tierra de una conversación cotidiana sobre el sentido de la educación en la actualidad, Carlos Skliar dramatiza una conversación con un niño -Leo- en la cual este le pregunta al profesor: ¿y esto para qué sirve? ¿y esto qué tiene que ver conmigo? Desafiándolo luego: “enséñeme algo que no esté en youtube”. Analizando esta intervención Skliar da cuenta de ese fuego imperioso sobre la confesión de lo útil, restringida la educación a la fabricación en masa de sujetos disponibles para el mercado laboral desde sus años más tiernos, niñes que van a “trabajar a la escuela”. En esta dirección, afirma que la educación actual debe responder negando esta petición, en tanto lo que tiene que ver con Leo son sus marcos referenciales, la educación debe abrir aquellos marcos con contenidos culturales que le entreguen a Leo la posibilidad de cuestionar los sinsentidos de su época, cambiando la educación para el mercado del trabajo, por una educación para el mundo de la vida, aprender en matemáticas por ejemplo “que hay cosas que no se suman ni se restan”, o como señala Theodor Adorno: “si la educación tiene un sentido, es evitar que Auschwitz se repita”. En otras palabras, despatriarcalizar la educación, arrancar a Leo de la paternidad del Banco Mundial y rebeldemente anacrónicos/as/ enseñarle a usar ese clavo que es el pensamiento crítico.

Esta tarea nos significa como educadoras/es estar alerta ante el fenómeno del “verbalismo”. Se define de esta forma al comportamiento de las personas ciegas en la infancia, que retrata la posibilidad de que un niñe exponga con lujo de detalles las partes de un árbol y sus cambios a lo largo del año, sin haber tenido la experiencia de tocar una hoja, de abrazar su corteza, de haber escuchado el sonido del viento entre sus hojas o la experiencia de su sombra ante un sol imponente. Existen cuantiosos escritos sobre la educación popular y proyectos históricos puestos en práctica, sin embargo, el contexto imprevisto nos obliga a mirarnos y repensar cómo nos posicionamos les educadores populares ante el avance de una pandemia de sospechosa temporalidad y el uso de las tecnologías. En clave emancipatoria, ¿cuáles son las prioridades de las educaciones populares actuales? Tenemos mucho que decir, pero ¿cuáles son nuestras prácticas? Tal como se nos fue colando la educación virtual y sus fuentes imperialistas, el lenguaje nos fue subyugando a palabras claves del sistema como la educación en base a habilidades y competencias. ¿Cuáles son las habilidades y competencias que les educadores populares deben desarrollar en sus espacios? ¿Cuáles son los indicadores de evaluación que deben regir sus calificaciones virtuales? ¿Son estas las preguntas que actualmente debemos responder como pensadores/as críticos/as de la educación? ¿Cuál es la intención pedagógica o compromiso formativo de les docentes, qué mundos simbólicos, referentes culturales, políticos y éticos ponemos actualmente en circulación en el acto de formación? ¿Cuáles son las aperturas de posibilidades y construcciones de sentido intencionadas en nuestro material didáctico? Si analizamos ese material, ¿cuáles son los contenidos gatillantes de estas reflexiones? ¿Estamos diseñando las guías que se entregan en clave de emancipación?

En lo personal como educador popular latinoamericano he procurado llevar al aula sus principios con más fracasos que aciertos, como aprendiz de la práctica y luchador solitario en la educación formal, situación tristemente compartida con la mayor parte de les educadores populares que conozco que se encuentran batallando al interior del sistema. Desde esta experiencia me observo como un verbalista con un clavo en la mano, y en el intento de no martillarme un dedo, me resuena la voz del maestro Claudio Naranjo afirmando que las competencias existenciales son fundamentales en todo proceso formativo donde la educación adquiere valor trascendental en la construcción de una nueva sociedad, superando al Homo Demens fabricado en la fraternidad del complejo financiero militar e industrial a los cuales el sistema educativo se abraza perversamente, convirtiéndose en una cárcel y una estafa de la cual participamos desde la infancia y reproducimos año a año las/os educadoras/es. Bajo otros referentes, ¿cómo es esa: “Profesora Nueva”? ¿Su trabajo pedagógico online transparenta los principios de su lucha creando las condiciones para que les estudiantes produzcan y construyan el conocimiento? ¿cuáles son las limitaciones y oportunidades en esta práctica situada? ¿Cómo desde la cuarentena pensamos y articulamos la lucha revolucionaria desde el campo pedagógico junto a esta “Profesora Nueva”?

Releyendo lo afirmado por Mejía en cuanto a la desactualización premeditada de la escuela y de la formación docente, me toca denunciar que he sido víctima de la deformación global de mi profesión servil a la reproducción de este sistema, contribuyendo a la perversidad y homicidio masivo que se perpetra en las aulas, y me pregunto: ¿puedo yo, profesor trans, clase media, urbano, que ha vivido 28 años en un país neoliberal en una “cómoda” transición democrática, que ha extremado las diferencias sociales a expensas de gobiernos concertacionistas y de derecha, contribuir a la formación de personas libres? Naranjo se pregunta ¿quiénes serán las/es formadores de docentes libres? Asumir las propias limitaciones, y la búsqueda sincera de articular las claridades -pensar críticamente- en pro de la emancipación personal y social ante la voracidad del sistema, es a mi entender la mascarilla más segura contra la pandemia en la educación actual.

Por último, comprendiendo que la liberación es dialógica y en la fraternidad de les oprimides se gesta la educación que cambia a las personas que cambiarán el mundo (Freire), la única mujer que citaré -disculpando las referencias masculinas que me han hecho resonar por esta vez- en su escrito “La raza triste”, Gabriela Mistral hace un sentido llamado a la unión entre educadores y artistas como defensores/as de la infancia. Destaco en mi último aliento de escritura, que en este país que acomodó su democracia perpetuando en el subsuelo las directrices de la dictadura de Pinochet, Chile, desde el 18 de octubre del año 2019 fue el centro de una esperanza compartida por varies hermanes latinoamericanes, una Revuelta Social que reavivó las esperanzas y en su grito hizo emerger todo lo putrefacto de las prácticas de dictadura como la represión, violación, amputación y asesinato de les compañeres. Movimiento social históricamente masivo que se ve actualmente entre paredes, guardando cuarentena por amor a su pueblo. Ante el escenario que expongo dejo la última pregunta: ¿cuáles son los nuevos cantos, cuentos, poemas, pinturas para el goce de la infancia en contexto de encierro? (relevo también en este punto a la infancia de SENAME cuyo encierro pervivirá a esta pandemia). Les artistas de la revuelta junto con les educadores son centrales en este contenido y en el proyecto pedagógico cuya semilla está echada sobre nuestro suelo, es mi anhelo que la escuela se abra y caminen libres quienes la vivifiquen en pro de la lucha de los pueblos.

Referencias citadas o consultadas:

Bonilla, Luis (2020). Conversatorio Educación a distancia y Reingeniería Social. Luis Bonilla y actores educativos (23 de abril 2020). Disponible en:

https://www.youtube.com/watch?v=nZcoKvrcxVY&list=LLUdtW3Abp5Pa3Jc3lcWTgGQ&index=4&t=5188s&fbclid=IwAR2-Y2AxBLw-e1LBdWTAs7rudCci-kjVzBhke5OIp921viAQ5gDP4bySt0s

Mejía, Marco Raúl (2020). “Ove entrevista a Marco Raúl Mejía: “El maestro educando también está luchando” (25 de abril de 2020). Disponible en: http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/345205

Mistral, Gabriela. “La raza triste” en: Mistral, G., Warnken, C., Pfeiffer, E., (2017). Pasión de enseñar. Valparaíso: Editorial UV de la Universidad de Valparaíso [p. 121 – 123].

Naranjo, Claudio (2013) Cambiar la educación para cambiar el mundo. (5ª edición) Barcelona: Ediciones La Llave.

Skliar, Carlos (2018). “Pedagogía de las diferencias» (Día 2 CNEP 2018, 25 de septiembre). Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=KmyaJTIe_Tk


[1] Dato de la UNESCO citado por Marco Raúl Mejía en la entrevista: “El maestro educando también está luchando” (25 de abril de 2020).

Educador Popular Latinoamericano, activista trans y Antropólogo Social. Me he desempeñado como educador en contextos de alta vulneración social, trabajando en contextos de encierro promoviendo espacios de creación narrativa, y en la educación de Jóvenes y Adultos desempeñándose como profesor de Lenguaje y Comunicación. Actualmente soy profesor de la Escuela Amaranta Gómez, destinada a la contención familiar y nivelación de estudios de niñes trans. Soy parte de Asociación CreA organización sin fines de lucro dedicada a la construcción de herramientas de accesibilidad en diferentes espacios, ligados a las Artes, a la Cultura y la Educación, militando en pro de los derechos de las personas en situación de discapacidad. // Contacto: rmrodriguezmerino@gmail.com // Página: https://www.facebook.com/Aprender-en-libertad-1705617126391478/

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