Foto: @pauloslachevsky

14 de septiembre 2020

Proyecciones y Peripecias pasajeras

por Ejaim Provinciano y Nelly Azocar

«Peripecias pasajeras»

por Ejaim Provinciano*

Es cierto, el cielo ya no se veía azul, apenas se alcanzaban a distinguir algunas nubes a través de la ventana. La reflexión perniciosa sobre este encierro y sobre algunos encierros anteriores a la pandemia, se suman a las marejadas propias de libros y opiniones que rápidamente podríamos catalogar como reflejos pretenciosos. Así pasan las horas en ese acto curioso de arrojar la vista a la lejanía, mirando frecuentemente hacia arriba, en silencio, en pausa, sin remedios.

Al bajar la mirada, al acabar con esa ilusión de mirar algo tan enorme e inagotable, puedes encontrar un árbol, uno real y descuidado, rayado con unas iniciales hechas quien sabe cuándo, posiblemente fue esa pareja de adolescentes que se juntaban bajo el árbol a fumar y conversar. Ahora se observan sus ramas tristes, sus hojas secas, sus diferentes cicatrices o grietas de cualquier árbol de avanzada edad, de esos que la gente a veces olvida al caminar.

Empieza el sonido ya no tan molesto de la tetera al hervir el agua, digo ya no tan molesto porque has pasado tanto tiempo escuchando aquel ruido que ahora ya es costumbre, en esta soledad aquel chillido de la tetera ya te suena como algo familiar. Entonces te preparas un café, uno amargo como los que le gustaba a la abuela, cada sorbo te da una inexplicable plenitud, si cierras los ojos al momento de tomar lentamente un sorbo de café, aquella plenitud parece prolongarse, por lo menos ese es mi caso.

Abrumado, no de imposibles presagios, sino que de hechos pasados, de recuerdos melancólicos, aquí agregale las casi inevitables referencias de lluvias y trenes, también aquella partitura secreta de melodías provincianas, esas vibraciones de persona mareada, angustiada, agazapada de profundos errores y vergüenza. Entonces decides cerrar las cortinas y alejarte de la ventana.

-*-

Proyecciones

por Nelly Azócar**

Entre coordenadas UTM, metros y kilómetros se mueve un sistema de referencia dentro de una cartografía. La capacidad de poder proyectar y reproyectar a nuestro antojo el territorio en donde nos encontramos dentro de una escala de medición, con el modelo terrestre que mejor se acomode a la realidad, también es una forma de repensarnos.

Me pienso y miro mis proyecciones. Al igual que nuestro planeta tierra, somos seres imperfectos, con baches y hendiduras (físicas y mentales), que buscan desde los modelos sociales que se presentan en nuestra sociedad, poder calzar o ajustarse lo mejor posible. El acomodarnos a dichos modelos en la forma de vestir, pensar y vivir, nos llevan cada vez más a poder entrar dentro de una escala de medición, en la cual obviamente, todos aquellos y aquellas que se encuentren alejados de la media, no caben en nuestra sociedad.

¿Somos lo que realmente vemos cuando nos reflejamos frente a un espejo, o somos lo que queremos proyectar, buscando la aceptación, la caricaturización o la forma en como sentirnos menos vulnerables?

Nuestro entorno, territorio y espacio, genera y construye de una u otra forma lo que somos y proyectamos, pero más aún, el constante entrelazamiento con este, va generando mediante un círculo constante su propia creación y a la vez la nuestra. Cabe preguntarnos si somos conscientes de esto. Cabe también preguntarnos, si la modificación del espacio – en cuanto a la limitación y accesibilidad a este – durante este último tiempo de pandemia sanitaria, nos reproyectará o nos generará hendiduras, fisuras o cárcavas, que con el tiempo vayan modificando lo que entendemos como persona, o como el “otro”; si las formas de relacionarnos y de reconocernos afectarán nuestras futuras proyecciones o si, en esas futuras proyecciones, caben todos y todas aquellos/as que vivieron la pandemia, o quedarán al igual que siempre, los y las excluidos/as, los y las que no se encuentran dentro de esta escala de medición y que por ende, no se logran pensar dentro de este sistema de referencia.

-*-

*Ejaim Provinciano : Joven que creció en Arica pero que actualmente vive en Santiago lejos de toda su familia, siendo un estudiante universitario y alguien que ha participado de talleres de poesía, entre los que destaca el taller del poeta chileno Roberto Aedo.

**Nelly Azocar : Geógrafa. Estudiante de Doctorado en Estudios de Género, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *