27 de abril 2024

La expresión íntima de una mujer y su poderosa palabra política en el libro «Mujer araña»

por Jorge Estay Ávila

Mujer araña es una obra poética de corta extensión escrita por la talentosa autora chilena Cherie Quidel Núñez. Publicada en el año 2023 por la editorial Signo Poesía, esta obra nos sumerge en un mundo de heterogéneas emociones y sentimientos intensos que trascienden las palabras y buscan ser escuchados con urgencia. Me atrevo a decir con total confianza, que este libro es el resultado de un proceso creativo que se gestó a partir de un libro anterior, titulado Desencajadas de su colectivo niñas contestarias publicado por la editorial 3NRO. En Desencajadas, encontramos una compilación mucho más extensa de expresiones poéticas en las que participa todo el grupo de mujeres del colectivo, creando así poderosas y diversas voces particulares y a la vez colectivas.    

Por eso, primero que todo, me voy a permitir un pequeño desvío del propósito principal y la finalidad de este escrito. Antes de sumergirme en la poesía de Mujer araña, quiero detenerme un momento en la poesía de la autora del libro Desencajadas. De esta manera, podremos tener una comprensión fehaciente de la intención poética y comunicativa que la autora presentaba. La poesía que proporciona en el libro la autora, se erige con una voz desafiante que cuestiona el discurso oficial de la política y el patriarcado, y busca desarticular los valores normativos imperantes. Parece también adoptar la voz de aquello(as) que han sido excluido(as) y olvidado(as) por la palabra canónica y tradicional, pero también pareciera ser muy consciente del lugar que la mujer ha tenido en la historia y que ella no está dispuesta volver a repetir. Por eso, en la siguiente cita podemos apreciar sus palabras, con un tono bastante cargado:     

Soy una cabra culiá respondona, de porquería. En mi boca no cae cuchara de madera ni letra con sangre […] Porque yo soy una pendeja mala, una niñita habladora, una jovencita respondona, una mujer que cuestiona (55).

Una de las muchas poesías que la autora nos presenta en su libro Desencajadas es un poderoso ejemplo de divulgación colectiva. Aunque se trata de un poema personal, la autora es consciente de que esta realidad, en la que las mujeres siempre han tenido que estar calladas y obedientes, para el patriarcado y el sistema, no es exclusivamente suya, sino que refleja un contexto de represión, olvido y censura hacia el género femenino. Su objetivo es ampliar la comprensión histórica y masificar la conciencia sobre esta problemática.

Con esto, la autora demuestra que su voz no es sólo individual, sino que representa a un colectivo. Es un “nosotras” que busca transformar los órdenes de género. A través de su lucha por la igualdad, la autora legitima su fuerza y voz frente a las represiones, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y empoderamiento.           

Por eso, es importante destacar y compartir, que una de las principales causas que impulsó al colectivo, por este trabajo que realizaron y lanzaron en conjunto, fue que, en la construcción de sus poemas, se comparten las vivencias personales de las autoras, con el propósito de hacer suya su propia causa, para lograr hacer una conexión que explora ejes temáticos tan relevantes y urgentes. Manifestando que:  

El colectivo niñas contestatarias […] Fue creado en base a la reivindicación del concepto de niñita, muchas veces utilizado para rebajar y estigmatizar el discurso de mujeres y disidencias, y porque además somos contestarias, críticas y respondonas (1).

Por otra parte, Mujer araña es una recopilación intensa y cuidadosamente seleccionada de poesía, creada y reunida por la autora. En esta obra, se puede apreciar una amplia gama de expresiones, sentimientos y recursos metafóricos que se entrelazan con la propia identidad auténtica de la autora. Cada poema es una manifestación viva y poderosa que nos sumerge en un mundo poético único. 

Se muestran sentimientos que parecen encarnar más que una secuencia interminable de solo palabras. Son un registro incalculable de imagen viva, con una intensa y apasionada forma de ver su propia realidad y una secuencia de conexiones profundas que simbolizan a una hablante que intenta encontrarse a sí misma y que en esa intensa lucha de referencias, autorretratos e imágenes que ella misma construye para elaborar una conexión íntima y establecer una reflexión que explora por escenarios sentimentales como el dolor, la negación y el sufrimiento. 

Estas formas de expresiones están en casi todo el libro de la autora, pero hay uno, en la que se despliega una sensación de experiencia personal, en la que la angustia emocional por esos recuerdos y esa memoria, que ya parecieran no estar en la vida de esa persona, se manifiestan profundamente arraigados a ella dejando así una marca o huella en su ser de manera tangible. Esto se puede ver más de cerca cuando se expresa:

El recuerdo se me recoge en la piel/ como una película del agua derramada, / me es el latido del corazón/ el alma concurrida de angustia […] Soporte de mis penurias, / el olvido del sueño/ me recojo/ resisto (21).        

También se pueden apreciar experiencias sentimentales en los poemas, que resultan reconfortantes, las que se abordan de una manera única. La autora entrelaza la intensidad del deseo y la pasión con una pizca de dolor, lo cual le permite acercarse más a su propia experiencia. Estas combinaciones crean una dinámica emocional fascinante, que nos invita a sumergirnos en los sentimientos y reflexiones más profundas de la autora. En el siguiente poema que destaco, se vislumbra la persistencia del dolor, por la intensidad del deseo y la pasión, que expresa una falta de apego en el amor y cuyo propósito es dejar ver la reflexión de la ausencia y la soledad, que el amor le ha dejado y que transmite la idea de que es mejor estar solo/a.  Esto lo podemos ver cuando expresa:

El amor es un hilo descosido de mi piel, no hay gentío, no hay mirada, se me encoge entre las palmas la tibieza de la compañía, una extraña amiga, una desconocida sola […] No hay apego, no hay lazo alguno. Sola, mujer, siempre sola. (16).   

Mujer araña, es un libro que amplía correctamente la sensibilidad, las emociones y actos de sentimientos perfectamente cohesionados en la palabra, en el decir y en el hacer de la autora. Sentimientos que si tuviéramos que ubicar, comparten una característica que resalta la intensidad de un deseo que está experimentando en los poemas, una apasionada intensidad que pareciera emerger de la propia autora y que se encuentra con un valor de cargado significado. Ahora en cuanto a los sentimientos que se entretejen, según mi opinión en los poemas, cuya formas se manifiestan por la reflexión profunda, que intensifica aún más la exploración íntima, que evoca sentimientos de peligro y duda, por terrenos de exploración que muchas veces no se saben cómo pueden o van a terminar. Se desprenden por lo tanto de esa manera conexiones que incluso van más allá de la propia realidad de la autora y que intensifican una intensidad mucho más íntima que somete a experiencias, con un gran impacto personal y tangible.    

También se comprueba nuevamente que con la poesía de Mujer araña los motivos determinados por múltiples sentimientos, no son para nada inofensivos, ya que se muestra una forma elegante y culta de transformar no sólo la propia realidad de la poeta, sino que otra realidad también, una en la que se comprometa decisivamente, que con el lenguaje se puede crear y destruir a la vez y que ese zigzagueo muestra la parte, no solo decisiva que tiene la creación de un poema, ya que también comprueba de manera expresa la plena libertad que la palabra te otorga al expresar eso que tanto quieres decir. Los poemas de esta autora, son una forma de sensibilidad que fácilmente se pueden conectar con el exterior y ser un acto político y social de expresión, ya que evocan profundamente experiencias crudas de vulnerabilidad y violencia, que se someten a una desgarradora imagen de opresión y destrucción, que a través del recurso de la palabra, es capaz de profundizar, sobre heridas dolorosas, que exploran de alguna u otra manera una intensidad que desenvuelve experiencias emocionales intensas. Esto lo podemos ver en la siguiente expresión:

Imaginar al intruso surcando como una sierra que separa mis pieles y somete mis huesos. Un invasor que violenta mis entradas y de mí hace un orificio sucio de su mucosidad […] Es carne dividida, conquistada y reclamada en el semen que corre por su cuerpo y mancha el mío en una brusquedad nunca antes querida (20).

El poema anteriormente mencionado, puede que utilice recursos metafóricos para describir aquella realidad, pero es innegable no sostener, que se transmite una sensación de vulnerabilidad y repulsión hacia la idea de ser sometida por un intruso, por un violador, que ha magullado y penetrado ese cuerpo, ya que narra la experiencia cruda de la violencia sexual. La descripción está cargada de esa representación invasiva y violenta que siente en el cuerpo por la violación, la agresión y el dominio masculino.   

Ahora, si seguimos ampliando la mirada a la poesía de la autora, podemos seguir observando que en uno de sus primeros poemas se expresa una hablante lírica cuyo sentimiento personal de descripción contiene una mezcla especial de autocrítica y autodesprecio, al manifestar una imagen de sí misma que es negativa, resaltando ciertas características físicas suyas como desfavorables. Esto lo podemos ver más de cerca cuando se expresa:

Yo otra cuerpo blando en grasas cicatrizada estriada/ de colores irregulares cadera fina y hombros de cordillera […] Pestañas de vaca, de yegua de perra/ y lo demás pura cerda (7).

En definitiva, los sentimientos que se despiertan al leer este pequeño libro son equivalentes a la experiencia de presenciar la erupción de un volcán, ya que se desatan diversas emociones, experiencias, realidades, momentos y hechos, que parecieran ser experiencias personales conectadas con una función colectiva de su sentimientos. Los poemas logran fusionar de manera perfecta la furia y el deseo, la pasión y la intriga, el amor y la soledad, con hechos íntimos y apasionados, que se logran desenvolver en un acto más que sublime, para poder contemplar la expresión poética, que cada uno de los poemas es capaz de entregarle al lector. La utilización de recursos metafóricos que la autora emplea dejan una marca profunda en la sensibilidad estética y emocional, que no solo pareciera ser íntima, sino que también suelen entregar palabras de divulgación política, social y femenina, donde el acto de la palabra es ocupado como una forma de expresión política. A través de la palabra se logra abrir, explorar y transmitir el deseo, la reflexión profunda y también contestataria, el amor, el sufrimiento, la soledad y la identidad con la conexión personal y colectiva de transmisión. La autora se entrega por completo a su intensidad personal para conectar con esos sentimientos que pueden  parecer desfavorables, pero que parecieran desempeñar un papel fundamental en su propia realidad.            

(Santiago, 1998) Licenciado en letras y literatura de la Universidad Andrés Bello. Editor y creador de reseñas y letras en resistencia. Actual estudiante del programa de pedagogía en media de la Universidad Andrés Bello. En su tiempo de ocio y entretención le encanta escribir poesía y cuentos, que van relacionados a lo político, social e histórico.

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