20 de diciembre 2016

Patricio Marchant: Carta a Filebo. [Inédito]

[El presente texto, hasta ahora inédito, de Patricio Marchant, es una respuesta a un presunto artículo de Gerard de Pompier, heterónimo del poeta Enrique Lihn,  en el que, sin ser mencionado directamente, el filósofo chileno se habría visto aludido. La respuesta está dirigida a nombre de «Filebo», seudónimo  de Luis Sánchez Latorre, escritor y periodista que se desempeñaba en el diario Las Últimas Noticias, y a quien también habría estado dirigida la anterior misiva de Pompier. Agradecemos a la familia de Patricio Marchant la autorización para publicar este texto.]

 

Señor Filebo
Últimas Noticias
(Diario popular e independiente)
Presente.

Señor:

Todo escrito puede ser, por esencia, el último; vale decir, puede convertirse en un testamento; ahora bien, todo testamento se puede leer, debe leerse. Apoyado en estos principios, no vacilé en leer la carta que don Gerardo dirigiera a Ud. y que el azar hizo caer en mis manos. ¡Maravilla de maravillas; no sólo cumplí con mi deber de guardar la memoria de lo escrito, de todo lo escrito, sino también me inicié en el acto de la adivinación: en esa carta se hablaba de mí!

Dejemos a un lado, como trivial, lo que en ella se dice de mi necesidad de encontrar una tribuna para la exposición de mis pensamientos; dejemos a un lado, en receso, aquella frase sobre “los emolumentos del caso”. Vamos al infundio, a la calumnia. Veo que Pompier –aunque sibilinamente- se agrega a la larga lista de quienes me acusan de mucho hablar, tal vez de mucho saber, pero de nada escribir. Sibilina pero también contradictoriamente; pues Pompier reconoce algo, algo que parece nada, pero es todo, el todo: reconoce que yo puedo hablar sobre el balónpie y el pezón. ¿Se da cuenta Ud., estimado señor, lo que eso significa? Nuestro profesores de filosofía hablaban de lo que se decía en manuales de filosofía de hace 40 años, sobre el ente, la esencia, la verdad, las categorías, lo supremo. Pero póngales Ud., señor, casi amigo ya, delante de una coliflor: ¡no pensarán en pensar, sólo pensarán en comer! Yo, al contrario, como escribe Pompier, tomo como fundamento Heidegger (con más exactitud debiera haber escrito: toda mi crítica a todo Heidegger) para hablar del “pezón casero”. Es decir, si es cierto que yo, como los profesores de filosofía, me gano los porotos hablando de Heidegger, sin embargo, a diferencia de aquellos, yo soy un hombre agradecido y al comer porotos pienso en el florecer de los porotos y pude llegar así, transpirando más bien que inspirado, a escribir mi apología del “pezón cazero” (véase Amor de la foto, parte final). Si pude hablar de ese objeto quiere decir, Ud. lo habrá adivinado, señor, que puedo hablar de cualquier objeto, de todo objeto: ¡haga la prueba!

Así, si he callado por tantos largos años no ha sido para aumentar la carga fiscal; no he descansado ocioso en los hombros poderosos de la nación entera. No; simplemente esperaba mi hora, la hora del hablar concreto. El movimiento de mi pensar parte de lo abstracto, sube a lo concreto, baja a lo abstracto: ¡esa sí que es desgracia! Adivino que escéptico Ud. sonríe, señor, casi mi enemigo ya. Pero ¿qué diría si yo le prometiera explicar no digamos la existencia, digamos la función de Pompier a partir de cuestiones de vestimentas y palabras?. ¿Es que acaso por azar Ud. ha olvidado esa vieja foto de Pompier: Pompier, goalkeeper de Santiago National?. ¿Comenzamos?.

 

Suyo,

MARCHANT

Ilustración: Fragmento de un trabajo de Paula Bravo Marchant

Patricio Marchant (1939-1990). Filósofo chileno, fue profesor de Filosofía del Centro de Estudios Humanísticos de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile. El año 1984 publicó Sobre Árboles y Madres, libro clave del pensamiento chileno.

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