26 de diciembre 2022

Tiburones o la literatura pal saldo de la FILSA

por Diego Armijo Otárola

1 – La FILSA debe morir. Esta versión 2022 es solo el peo de un cuerpo, ya hace mucho cadáver, ya hace mucho pudriéndose. Ya no podrá dar vida, al menos de la manera en que se levanta. 

2 – Como Cámara Chilena del Libro tienen una base de datos, cuya fuente es la inscripción de libros con ISBN. Meses antes de la FILSA estuvieron llamando a todo el mundo del libro. Llamadas desesperadas, promesas vacías de visibilidad y puestos cómodos, pero solo se ofrecían pequeñas casetas, parecidas a un kiosco de diarios, económicas para el ojo de la Cámara Chilena del Libro del Saldo, sin posibilidad de compartir. No es raro que muchas editoriales no quisieran participar de este chiquero. Las multinacionales hace rato abandonaron el barco. 

3 – Algunos libros que se podían encontrar: Secreto constituyente y Leer antes de votar, de las ex constituyentes Carol Bown y Marcela Cubillos, respectivamente. Jaime Guzmán. Ideas y política 1946-1973, el que se lanzó en la feria. Otra del colador: La historia desconocida de Jaime Guzmán, cuyo autor tenía mucho tufo a un Baradit reaccionario. Libros de Hermógenes Pérez de Arce, Luis Larraín, Pepe Auth y Henry Boys. A este último le tocó hacer turnos como vendedor de propaganda. De ahí que exponga esta lista infame. Reducida y exprimida, esta FILSA hizo evidente que el espacio de disputa fascista, también son las ferias de libros. Aquí estuvieron a sus anchas mostrando libros, camuflados de ideas, pero que solo eran propaganda. Esto, no por su inclinación derecha, sino por el grito populista que, desde sus títulos, se evidencia. 

4 – El programa de presentaciones, charlas y presentaciones estaba repleto de actividades paupérrimas. El invitado a esta feria internacional este año fue Chile, sin mucho esfuerzo. Quizá no quisieron molestar a otra delegación internacional, tal como el año 2018 cuando a los invitados peruanos todo les fue incómodo y mal organizado. Revisando el programa uno se pregunta, para la FILSA ¿quiénes son lxs escritorxs chilenxs? Una charla, por ejemplo, titulada “Nueva narrativa chilena”, organizada por Mago, editorial de pago por publicar, era un desierto de novedad. Hubo una conversación entre Gonzalo Contreras y Arturo Fontaine, sobre la Nueva Narrativa Noventera. Puro hueso desenterrado. Muchos homenajes, además. A Gabriela Mistral, a Marta Brunet. Bien. Pero parece que para la FILSA la literatura chilena se reduce a homenajear a los muertos vivos y dar espacios a los vivos muertos. 

5 – Hay carteles con frases de escritores, nada más. El eslogan y el meme. Exprimida la literatura.

6 – Una feria de libros con locales donde se vendían juguetes y poleras, ni siquiera camuflados. 

7 – Una escena: Invitan a colegios por las mañanas. Show circense. Una contorsionista. Vendedores y trabajadores de producción detienen sus labores, se acercan, babosean por los movimientos de la artista, sacan sus celulares y graban.

8 – Ya ni tantos saldos hay. Quien los vendía, Manuel Vásquez, anterior director de la Cámara Chilena del Libro y dueño de la librería Megalibros, fue desenmascarado hace unos meses como pirata. En las instalaciones de su librería ubicada en la entrada de San Diego, se encontraron alrededor de 500 millones de pesos en libros pirateados. Además, poseía máquinas para la impresión y confección de estos. Claro, renunció a la directiva y a su participación como parte de la Cámara, pero después que los allanaran los pacos y todo fuera polémica. Esta vez, al menos, no se coló, al ocupar otros nombres de fantasía. Hace unos meses en Viña del Mar, en una feria del libro organizada por libreros, una de las sucursales de Manuel Vásquez se apareció. La feria se emplazó en la plaza Bernardo O´higgins, a unos pasos del mall de la ciudad. La feria, además, era apoyada por el “municipio de cuidados”, eslogan con el cual la nueva administración busca hacer las cosas de manera distinta. Si lo hubieran aceptado en la feria santiaguina, aún a pesar del parche en el ojo que lo identifica, ya hubiera sido de un descaro para premio nacional de literatura. En el lodazal de la FILSA, al menos, una flor. 

9 – Hay gente en los días de semana, pues la entrada es gratuita. De no ser así, penarían las animas. 

10 – Escuché una conversación:

—Redolés viene a presentar un libro el fin de semana. Se me ocurre ¿Podría tocar? Lo que sí, no hay plata. 

—Le voy a preguntar.

Aceptó, pero tanto el lanzamiento por el cual asistiría como el concierto intimo se cancelaron. Sobre el concierto, la producción no pudo conseguirse amplificación. Sobre el lanzamiento, no tengo mayor información. 

11 – Salvan, y aquí debo aclarar que fui contratado como encargado de local por algunas editoriales universitarias agrupadas en EDIUR. Salvan las editoriales universitarias, salva LOM, Provincianos y Abducción. Salva la librería Acentto. No salva la editorial de la PUCV, parásita privada del estado, la que, aún ganando fondos estatales, infla los valores de sus libros.

12 – ¿A quién le pertenece la FILSA? A Eduardo Castillo. Lo veo llegar. Se saca una foto frente al afiche del evento. De traje, sin corbata, a la moda. Luego no vuelve a aparecer. Bueno, sí, un par de veces, para ver y chochear con los amigos salderos. Para, por ejemplo, permitirle al Chico de los Saldos que instale mesas a libertad en uno de los pasillos. Total, las normas de seguridad no importa si median los deseos del colega. 

13 – ¿El Ministerio de Cultura, la Municipalidad de Santiago, financian este adefesio? ¿La Municipalidad de Viña del Mar seguirá colaborando con la Cámara Chilena del Libro en la organización de su feria municipal e internacional?

14 – La FILSA debe morir. Hay que acabar con estos tiburones a quienes no les importa la salud del libro en Chile. Solo muerden y acaparan espacios y recursos. Los distintos gremios deben generar una mesa de trabajo conjunto. La feria debe ser representativa de la producción del libro en Chile. No puede ser solo un mall donde los libreros que venden saldos tengan el espacio principal. La FILSA debe morir y si la Cámara Chilena del Libro se ha acabronado con el nombre, pues, bueno, titúlenla FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE CHILE, y tan tan. 

(Viña del Mar, 1994). Es comerciante. En 2020 obtuvo una mención honrosa en el Premio Roberto Bolaño, categoría novela. Ha sido becario del Fondo del Libro y la Lectura en 2019 y 2021. Ha publicado el libro de cuentos Glorias Navales (BAJ Valparaíso, 2019) y la novela Carcasa (La Calabaza del Diablo, 2020).

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